Passione

117

Al regreso el perrito se bajó de mis piernas y se sentó en mis pies donde durmió, Storm se acostó en mis piernas y yo lo acaricie, bese su cabecita, al llegar bañe al lobo y lo seque, de paso bañe a Storm y les puse ropita.

—Son como el sol y la luna Rouses, tan diferentes y distintos, él puede…

—Sé lo que puede hacer y sé que también pueden llevarse bien —Indique mientras jugaban, sonreí —Entonces —Me pare frente a él —¿Cómo puedo recompensarte? —Me miro

—Quítate los zapatos —Lo hice —Date la vuelta —Demando, lo hice —No quiero que te muevas, no quiero que digas nada. —Asentí, sus manos pasaron por mi cintura y cadera, levantando mi blusa y sacándola de la falda, desabrocho mi falda y esta cayó, quede en ropa interior, paso sus manos por mi abdomen, sus manos se posaron sobre mis senos apretándolos, sobre mi brasier, sus labios comenzaron a besar mi cuello. —Te dejarás crecer el cabello. —Sonreí —No te lo cortarás otra vez. —Sus besos bajaron por mi cuello hasta mi clavícula, una de sus manos bajo hasta el inicio de mis bragas, su mano entro y comenzó a acariciar mi clítoris, eche mi cabeza hacia atrás, sus dedos comenzaron a buscar mi entrada. —Sin gemidos. —Asentí. —No muevas las piernas, ábrelas un poco más. —Con mucha dificultad lo hice. 

—Inclínate un poco. 

Poso su otra mano en la parte de atrás de mi espalda inclinándome un poco para adelante, sus dedos comenzaron a entrar y salir de mi interior, desenfrenadamente, me mordí el labio intentando no gemir. Me saco el brasier y comenzó a acariciar y apretar uno de mis pechos, frotaba mi aureola y sus dedos no dejaban de salir de mí, aún tenía puestas las bragas, estaba por llegar al orgasmo cuando se detuvo así simplemente se detuvo. 

—No te muevas. 

Me quedé quieta, después de un incómodo rato sentí como me bajo las bragas y termine en el colchón. Se posicionó sobre mí, comenzó a besar mis pechos. Sus labios regresaron a los míos y sentí su intromisión en mi cuerpo, sus embestidas eran fuertes, me aferré a las cobijas mientras entraba y salía de mí, me dolía mis labios por morderlos 

—Gime hazlo —Solté mi labio inferior, y los gemidos comenzaron a salir de mi garganta, estaba por llegar a mi orgasmo y salió de mí

—No —Suplique —Alessio, por favor —Me miro —Alessio

Me volteo, tomo mis manos y las sujeto sobre el colchón, sus manos siguieron un camino por mis brazos, pasando por mi torso hasta llegar a mis caderas, coloco mis caderas en pompa, sentí sus besos en mi espalda baja, sus manos se sujetaron a mi cintura y lo sentí posicionarse detrás de mí y entrar otra vez.

El movimiento fue algo brusco, un gran gemido salió de mis labios, se sentía raro, otra vez, me sujeto de las caderas llevándome contra de él, apreté las cobijas bajo mis manos, sus arremetidas incrementaron. Sus manos pasaron por mi torso, apretando mis bubis, nuestros gemidos se unieron en uno solo, sus manos pasaban por mi espalda hasta mi cuello, llevándome contra él, comenzó a besar mi cuello, sus gemidos los podía escuchar en mi oído, alce mi cabeza y capturo mis labios con los suyos, sus manos se posicionaron en mi cintura subiéndome y bajándome sobre su falo 

—Alessio, no te atrevas a salir —Demande entre dientes, sus arremetidas fueron más fuertes, mi orgasmo estaba cerca y ahora, si lo tuve, Alessio se movió un rato más dentro de mí hasta que evacuo, nuestras respiraciones eran irregulares.

—Lo siento —Susurro sobre mi cuello —Fui muy brusco

—Estoy bien —Comente —Solo es algo incómodo —Compartí —Fue nuevo para mí —Lo mire sobre mi hombro, beso mis labios, salió de mí y me volteo, me aferre a su cuello, tomo las sabanas y nos metimos debajo de las cobijas, él estaba sobre mí, miro sobre su hombro y se levantó — ¿A dónde vas?

—Espera —Entro al armario y después tomo algo del suelo, tenía puesto unos bóxeres, subió a la cama y me dio una camiseta de él, yo me la puse y se metió a mi lado. —Tus hijos caninos están bien —Lo miré, se ponía celos de los perros, celos, me daba risa, ahora me estaba riendo, él me miro con mala cara y me posicione debajo de su brazo, su mano acariciaba mi costado, beso mi cabeza, pero no me deje de reír —¿Qué es chistoso?

—Tus celos de unos lindos animalitos, ¿Por qué te pones celoso? —Me miro —Sabes que el amor que siento por ti, es diferente del amor hacia unos animalitos —Me miro —Alessio

—Mi padre me odiaba —Lo regresé a ver. —Decía que yo le arrebate el amor de mi madre. Antes de que se fuera, cuando descubrió que me gustabas, me dijo, solo espera a que tengan hijos, y no te volverá amar, te hará a un lado como me hizo a mí y yo me aleje de ti. Mi madre hizo lo que todas las madres harían, amo a su hijo y medio lo mejor

—No es tu culpa, y tu padre no te odia, no lo haría, él solo no entendía que son amores diferentes. —Me puse enzima de él. —Las madres cuidarán a sus hijos pase lo que pase, aunque eso signifique dejar a la persona que más amas de lado. —Lo miré —Te olvidas de ti y pones la felicidad de ese ser humano sobre la tuya. — Acaricie su rostro. —Cuando yo supe que tendría un bebe, realmente no supe qué pensar —Comenzó acariciar mis piernas 

>>Voy a admitir que estaba asustada de lo que ibas a decir y también estaba preocupada de como decirlo, pero puse dos escenarios en mi cabeza, la una fue donde tú aceptabas de buena manera lo del bebe, y la otra, era en la que tú no aceptabas al bebe, en el segundo caso yo estaba dispuesta hacer lo mejor para mi hijo, pero eso no significaba que iba a dejarte de amar, porque lo iba a hacer, el padre de mi hijo, Alessio —Junte su frente con la mía —Si algún día, sucede un milagro y podemos tener un bebe, aun que yo le dé más atención a él o ella, porque lo necesitara, ya que será un bebe, y nos necesitara a ambos, no voy a dejarte de amar, es más te amararé más, porque tendré una parte de ti conmigo, él no te va a robar mi amor




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.