Passione

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—No les di instrucciones claras, no puedo ir y venir, solo fue una orden, arréglalo —Colgó y se tiró en la cama —No puedo estoy muy cansado si sigo trabajando así moriré

Alessio había tenido mucho trabajo, mientras tanto del otro lado la adquisición de armamento aumentaba, al igual que el robo, no habíamos avanzado en localizar a los rebeldes. Los paquetes dejaron de llegar, para mi tranquilidad, pero no para la de Alessio.

—Me vas a dejar viuda

—No —Se apresuró a decir —No les daré el gusto a los demás —Me reí

—Quítate la ropa —Demande, me regreso a ver —Vamos —Pedí acercándome a él —Alessio

—No creo que tenga fuerzas para tener sexo

—¿Qué? ¡No! —Hable alarmada, él se rio

—Te has puesto roja —Le saqué la lengua

—Desvístete, déjate la ropa interior

—Eso ya no es divertido —Se burló y me reí, siguió mi orden con mucha pesadez —Listo Alessandretti —Lo miré

—Date vuelta y acuéstate —Sonrió y me hizo caso, me puse enzima de él y comencé a darle un masaje en los hombros —Estás muy tenso Caruso

—Rouses no vayas a parar

—Tranquilo cariño, no dejaré que por ningún motivo me dejes viuda —Me reí

—Chistosa —Susurro seguí masajeando sus hombros y espalda —Voy a acostumbrarme a esto

—Estás viejito —Se movió poniéndose de frente a mí, me reí. —Es broma. — dije, pero él no dijo nada —Alessio, bien. —Me iba a levantar, pero me sostuvo —Estoy bromeando contigo, siempre me dices que debo tomar las cosas con calma y eres el primero en morir de estrés, cansancio, además cuando puedes divertirte lo único que haces es poner esa cara de poco amigos. Hasta yo sé que hay un límite entre el trabajo y la diversión, trato de hacerte reír, pero no, te enojas más, ya no te ríes como antes, no he podido ver tus lindos hoyuelos, tal vez ya se borraron —Sonrió —No, mira ahí están

—Soy mayor para ti

—Cuatro años nada más —Quite el cabello de su frente —¿Qué son cuatro años?

—Para nosotros toda una vida. —Sonreí —Sé que trabajo mucho, pero es un sacrificio que hago, no he tenido nada en mi vida, casi lo pierdo, lo que quiero es saber que estará ahí hasta que yo no este, y poder dejar un legado. — dijo —Para ti, Erick, los que vengan. —Mañana comenzaría con ese odioso tratamiento, lo quería, quería una oportunidad de tener un bebe, solo uno —Trabajo desde hace mucho que creo que ya me pesa

—El dinero no es tan importante, sino que estés bien y pases con tu hijo o hijos, te quiero conmigo el resto de mi vida, no importa si solo tenemos un centavo, soy feliz si te tengo —Bese su frente

—Quiero que tengas todo, quiero muchas cosas

—Yo solo te quiero a ti —Sonrió

—Pero no soy el único que se estresa, tú prácticamente te olvidas del mundo y a veces ni duermes —Asentí —Comienzas a torcerte los dedos y a lastimar tus palmas, te muerdes tanto el labio que lo haces sangrar, ayer estabas enojada

—No, estaba preocupada —Aclare —No hay noticias de los soldados, y yo solo no sé qué hacer, es tan preocupante y, por otro lado, hay un maniático que me quiere secuestrar, además de que tengo una boda en un mes y siento que voy a explotar

—Sabes que puedes hablar conmigo

—Lo sé, y es lo que hago ahora, llegas tarde del trabajo y no duermes, lo sé, no creas que no me doy cuenta —Bese su mejilla

—Hagamos un trato —Lo miré —No dormiremos hasta que hablemos y solucionemos todos nuestros problemas

—Me parece bien, ahora debes descansar

—Eres mi ángel, solo mío —Giramos por el colchón —Di que eres solo mía

—No voy a alimentar tu ego, ya bastante tienes, con tus admiradoras

—No sederas, ¿verdad? —Negué —Eres terca

—Tú también

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El dolor de cabeza, los ojos nublados, sentía el corazón en el cuello, esa cosa que me inyectaron, me tenía mal una semana, había hecho mi vida un caos, no se lo dije a Alessio, no podía desechar esto, debía intentarlo no podía darme por vencida.

—Llevas dos semanas con eso como te sientes —Gia estaba con un taro de helado

—Yo estoy bien —Mencione —Solo a veces se me nubla la vista y me duele la cabeza, es todo

—Se lo has dicho a Alessio —Negué —¿Por qué?

—Yo no quiero arruinar esto —Me miro

—Ya verás, en poco tiempo nos darán la noticia a todos

—Eso espero

—¿A qué edad te tuvo tu madre?

—Mi madre era mayor para mi padre, él me tuvo a los veintiuno y ella creó que a los veintiséis no recuerdo bien —Mencione

—¿Quieres un poco?

—No estoy bien

—¿Segura? Estás pálida y sudas mucho —Asentí

—Voy a recostarme —Me puse de pie, pero el mundo se me vino abajo

—Rouses —Escuchaba mi corazón en mis oídos —Rouses

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Abrí los ojos lentamente y me senté, tenía puesta una intravenosa, mire a mi alrededor, Alessio se acercó a mí.




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