Passione

130

Había llegado ayer, Ed había estado buscando algún rastro de los soldados o de Ivo, los nervios estaban al cien con cada ataque que ocurrió esa semana, teníamos que reunirnos los líderes y declarar emergencia. Pero nadie se pronunciaba, el presidente estaba igual de nervioso.

—Bien, creo que es hora que te dé una revancha

Mire a Cronos, estaba parado frente a mi sonriente.

—Esto no será como la vez anterior

—Eso quiero ver

Me puse de pie, y taco, salte sobre la mesa esquivándolo.

—Nada mal cariño

Salte encima de él, quedando atrás, se volteó y volvió atacar, no que de atrás, y seguí, lo lleve al suelo, sacando una daga de mi espalda y poniéndosela en el cuello. Levante la mirada y vi que nos apuntaban.

—Está bien tú ganas, linda

Nos pusimos de pie, y guardé la daga y el resto bajo las armas.

—Excelente cariño

Estábamos muy cerca, demasiado cerca.

—Eres una tentación, pero no puedo —Miro detrás de mí —No es la mejor venganza Maléfica, está sufriendo

—No lo veo haciendo algo

—Ahí viene

—¿Qué carajos hace? —Me separo de él, me solté de su agarre. Miro a Cronos

—¿Qué te importa a ti? —Me miro

—No juez con fuego Rouses, porque no sé que soy capaz

—¿No tienes alguna chica a quien besar?

—No me tientes Rouses

—No hago nada

—Estaba por irme —Intervino Cronos —Hablaremos luego

Camine de regreso a la mesa, tome mis cosas.

—Mañana no podré venir —Mire a mi padre —Debo ir a una cena en París, vendré el miércoles

—Está bien

Camine hasta el auto, pero Alessio me intercepto, lo mire y pase por su lado.

—¿Que carajos te pasa?

—Nada —Respondí mirándolo a mi lado —¿Necesitas algo?

—Que me escuches por Dios —Me dé tuve —Sé que cometí un error y estoy pagando por ello joder, pero no es para que te refriegues con ese idiota delante de mí

—¿No es eso lo que hago?

—¿Es que no me perdonaras?

—Si tan mala persona crees que soy, ¿Por qué estás conmigo Alessio? Si me parezco a Regina, solo hago lo que dices comportarme como lo que soy

Me sujeto de la cintura, atrayéndome hasta él, me tomo del cabello, lo miré enojada.

—Suéltame

—Tú eres mía, mi esposa, joder, me vuelves loco

—Lástima, tú no eres mío

—Lo soy, cada centímetro de mí te pertenece, tengo tu maldito nombre en mi pecho y en mi alma —Me sujeto fuerte, besándome, me arrimo al auto, mientras intentaba apartarlo, pero era imposible —Te amo joder —Dijo separándose de mí

—Bien por ti, ahora quítate de mi camino que llevo prisa —Me miro

—Tú no eres mi esposa —Lo miré —Tú no eres mi Rouses

—Tu esposa, te vio besando a tu ex, que trajo a tus ex para amedrentarme, a tu esposa la persigue un psicópata y está harta de escapar, y sabe que si no se le hace duro el corazón perderá, ahora mi amor quítate —Se hizo aún lado y subí al auto

Se quedó ahí mientras el auto partía a casa.

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Estaba preparando mi maleta cuando escuche un gran alboroto en el dormitorio, ¿Alessio con una mujer? Salí y encuentre a Cristiano discutiendo con una mujer, ella se dio la vuelta.

—¿París?

—¿Conoces a esta loca?

—Claro que me conoce

—¿Que haces aquí?

—Vine de vista, mi esposo hablo con tu abuela y pude venir, cariño, no puedo creer que te hayas casado ¿Y tu esposo?

—Trabajando —Cristiano me miro, hace una hora que él llegó, después de la discusión que presencio

—Ya quiero conocerlo

—Estaba por salir

—¿A donde iremos? —La mire, tenia un pañuelo que le cubría la cabeza y unos lentes —Y además ¿Quien es este sujeto?

—Es Cristiano, es como mi familia Además del primo de Alessio

—Loca

—Me llamo París Demir

—Cristiano Ferri

—Un gusto —Me miro —¿A donde vas?

—A Versalles

—¿A la fiesta? ¿Me llevas?

—Claro

—Bien tengo la maleta lista

—Yo estoy haciendo la mía ¿Bienes? —Cristiano me miro

—No tengo nada mejor que hacer, aún no responden de ese trabajo que solicite

—¿De Striper?

—De profesor

—¿Es genio?

—Sí, voy a hacer mi maleta

Me regresé a la habitación, y me puse hacer la maleta, mi abuela la mando, eso me preocupa sabia cuanto podía ser de entrometida, no la había visto desde hace mucho tiempo, desde que se casó. Su esposo era un turco que no permitía no que saliera a la esquina sabia, cuanto significaba esto para ella, poder salir.

—¿Quien es la hermana Adams?

—Es una prima lejana, la casarón con un hombre doce años mayo y que no le permite salir, este viaje debe ser mucho para ella —Lo mire —¿Qué?

—Lo de Alessio, fuiste algo bruta, y dura

—¿Me está reclamando?

—Sí, se disculpó, ¿No? Dale el benéfico de la duda —Voy por mi maleta

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