Passione

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—Fue hace mucho, era el final del curso de ballet y se supone que debía hacer una presentación, así que mi tía separo todo el teatro para mí, así podía repasar, hasta el día de la presentación. El primer día que repase, Mía y Lucia estuvieron ahí, el lugar era algo sombrío, recuerdo que justo a las dos, un chico aparecía a limpiar la sala, comenzaba pro la parte de atrás donde no pegaba la luz, todos los días fue lo mismo. Un día por la tormenta no pude salir para regresar a casa, me quede, y me senté a esperar a que pasara, escuche sus pasos y supe que estaba limpiando detrás de mí, él me saludo y empezamos hablar. Uno de esos días mi entrenamiento fue después de una presentación, pero llegué antes por si acaban más rápido y poder empezar, él estaba mirando la presentación desde la oscuridad; miraba a la gente y se reía, no de la obra, era de la gente. Él me detallo como los dejaría sin piel para ver si eran igual a él, cuando le pregunte si haría lo mismo conmigo dijo que no, que él y yo éramos iguales. Seguimos hablando, realmente no le preste mucha atención, después de mi presentación, antes de ir, se presentó en el baño, fue tétrico, era como una película de terror. Me dijo que me iba a mostrarse como en realidad era, salió a la luz y lo vi, tenía una cicatriz en el lado izquierdo de su cara, demasiado grande para que nadie lo notara, que afectaba hasta su ojo, su cabello era negro y su ojo celeste. Lo recuerdo bien porque me recordaba a los ojos de mi madre, él se sorprendió mucho cuando no me asuste, pero había visto cosas peores, le dije que no era feo y que se veía bien, creo que nadie se lo había dicho antes, lo vi después tres veces hasta que un día desapareció

 

—Felicidades, ese día enamoraste a un sádico —Miré a Nicolás

—No hice nada

—Pero nadie lo había alagado. Además, Nicolás no me dijiste que era primo de tu esposa —Mire a Nicolás

—¿Viste algo más? ¿Hablaba con alguien?

—No, pero una vez lo vi subir a un auto muy lujoso, que tenia más seguridad que yo

—¿Que marca era el auto?

—No lo sé, pero la placa me pareció muy extraña. Decía Marchetti, no debía ser Maserati.

—Bueno, es que es parte de la familia de Dalia.

—Abra que investigar. Me reuniré con los Calabria

—¿Por qué?

—Porque tal vez no olvidan lo que les hiciste

—Yo no les hice nada

—Si claro, niña —Rodé los ojos —Bien los veré en Dinamarca, si no sale mal, si no llego, recen o hazte cargo

—¿Por qué lo dices?

—Esta tarde hubo cinco de esos soldados, un batallón solo pudo con dos

—Acabarlos será difícil pero no imposible

—Tengo una idea para acabar algunos, ya está en marcha

—¿Qué idea?

—Sé que necesitan de cierta medicina, he puesto una carnada, espero acabar con un gran número.

—¿Quieres ayuda?

—No, el plan se ejecuta en dos horas, será mejor que partan a Alemania. Buena suerte

—Gracias

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El avión iba en un completo silencio, Alessio estaba a mi lado sin decir nada, el viaje no fue mucho hasta Alemania, Pero me llevé tremendo Disgusto al bajar. Sandra estaba ahí.

—Pensé que vendrías solo, cariño como en los viejos tiempos —Miré a Cristiano

—No pienso viajar con ella —Le susurré

—¿Quieres que busque un taxi?

Constantino y Enzo vinieron con nosotros.

—Sería muy grato —Aclare

—¿Darán la bienvenida a la nueva integrante? —La tipa llevaba tacos, yo tenía zapatillas, me estaba restregando las tetas de silicona en la cara —Achilles cariño, ese semblante no te favorece

—Como a ti el Bótox

—Aún sigues sin respetar los rangos, cariño, ubícate

—Cómprate un bosque y piérdete —Me miro

—Es horrible, como pueden permitir que tú seas parte de esa familia

—Créeme, no soy parte, ahora quítate antes de que haga que tu trasero de silicona se reviente por caerte al suelo —Pase por su lado

—Fue un gusto verte linda —Sonreí

Camine a tomar taxi, con los demás, Gia salió.

—Tengo las llaves del lugar donde nos quedaremos, pero podemos rentar una habitación de hotel

—Solo quiero regresar a casa rápido, así que acabemos con esto —Subimos al taxi y ella le dio la dirección, al llegar ellos ya habían llegado, tuvimos que tomar el mismo ascensor, ya arriba ella comenzó a repartir las habitaciones.

—Recuerdas Alessio, siempre nos escapamos aquí ¿Dormirás en la misma habitación? ¿Donde dormirás tu querida?

—dormirá conmigo — dijo Gia

—¿Qué ella ha sacado tu lado lesbiano?

—No es necesario, yo puedo pagarme mi propia habitación —Ella sonrió triunfante

—Dormirá conmigo, porque es mi esposa. —Alessio se paró frente a mí —Ahora has que alguien lleve sus maletas a nuestra habitación, y que el servicio le haga caso en todo lo que quiera —Alce una ceja, paso su brazo por mis hombros, atrayéndome hacia él, me beso, fue sorpresivo, cuando se separó de mí me pase mis brazos por su torso.

—¿Con qué no eras de esta familia?

—Eso no es de tu incumbencia —Respondí, ella sonrió

—Pero sigue en pie lo de esta noche, ¿no Alessio?

—Ya veré —Asintió —Has que suban eso —En fila las personas del servicio se presentaron ante nosotros

—Señor Caruso —Hicieron una reverencia

—Ella es la señora Caruso, trátenla bien —Ellos me miraron




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