Passione

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La estabilidad estaba en jaque desde el ataque a Alessio muchos habían dado un paso atrás por miedo, el más fuerte de los cuatro hermanos estaba entre la vida y la muerte, este era el momento en que nosotros debíamos ser más fuertes y demostrar que éramos una familia, si ahora era una Caruso, las familias nos solo se forman por sangre, esta era la mía y estaba dispuesta dar la vida por ella, por cada uno de sus miembros.

—Tengo todo listo —Ed estaba arrimado al auto

—¿No quieres verlo?

—No, cuando despierte lo saludaré —Sonreí —Va a despertar y quera morirse si sigues con esa idea y la realizas

—Se pondrá muy molesto si —Subí al auto —Pero soy yo o todos. Ahora mueve ese trasero

Subió a mi lado, Cristiano subió a lado del conductor, Cronos se subió al frente, puso en marcha el coche, tomaríamos un avión a Nepal a ver a nuestros supuestos aliados, el viaje fue en silencio, al bajar saque la maleta y Cristiano me detuvo.

—¿Sabes lo que haces?

—Eso creo

—Nuestros padres creen que no —Lo mire —No lo hagas, no te arriesgues así

—Soy Rouses Alessandretti, Achilles, princesa de la mafia Italiana, y futura reina de la mafia global, mi esposo está en una camilla y tal vez no se despierte no pudo quedarme de brazos cruzados, si lo que les preocupa es que me lastime, pues están mal, soy la mujer de la bestia, del rey del infierno, soy capaz de todo. —Mire al resto —No soy una muñeca de porcelana y pienso hacer arder al mundo solo para saber que no nos iremos al carajo

Subí al avión, me senté en uno de los asientos y cerré los ojos, no hable en todo el viaje, al llegar a la casa en Nepal, me cambie de ropa, tocaron la puerta y entraron.

—No pienso que seas débil —Hablo Cristiano —Nadie lo piensa, pero nos preocupamos por ti, Rouses

—Lo último ahora es entrar en detalles, tengo poco tiempo, es momento de usar todas las armas —Asintió

—Vamos

Llegamos al lugar en medio de las montañas, bajamos unas gradas hasta llegar a un lugar intestado de gente, había gente peleando, pelea de perros, y al fondo la mesa de los aliados. Los aliados de la familia Caruso, entramos hasta el sitio, nadie se paró esta vez, Nicolás tomo asiento y yo me senté a lado de él, todos me miraron, pero no hice caso.

Cronos estaba en las sombras en un tipo de andamio.

—Esto es simple, una pregunta, una respuesta —Hablo Nicolás —Su lealtad con quien está

—Se dice, que ahora los Caruso están al final de la cadena y que muy pronto la familia desaparecerá, además una mujer está a tu lado, ¿es una ofrenda de paz?

—¿Ofrenda de qué? — pregunto Tomás

—Nuestras vidas corren peligro —Hablo el hombre —Ivo ha demostrado ser un gran oponente, mato a tu hermano —Nicolás apretó las manos —Terminar así es lo último que queremos

—Son mafiosos y le temen a la muerte —Hable —Qué gallinas

—¿Cómo nos llamaste?

—Gallinas —Todos me miraron —Su lealtad se quiebra al sentirse amenazados, alguien realmente leal, se mantendría firme, lo único dan a notar es lo cobardes que son cada uno

—El poder que ellos tienen…

—Es fácil de arrebatar —Me puse de pie —Podemos hacer sentir ese mismo miedo —Hable —Y mucho más, pero si quieren largarse, háganlo, pero si se unen al bando contrario, créame que lo haremos sufrir más que a nadie, tarde o temprano morirán

—¿Quién te crees?

—No me creo, simplemente soy la reina de mafia, y es una pena ver lo pobre que es mi séquito, debemos buscar gente fuerte y capaz de recibir una bala, porque sinceramente creo que si me disparan usted no serían capaz de poner el pecho por mí

—América, Rusia y China, se une a su lucha su majestad —Aleck, Wang, Brad, Piero, Stalin, Pedro, se pusieron de pie e hicieron una reverencia

—Nunca me arrodillaría ante una mujer —Miro a Nicolás —Una mujer nunca será capaz de gobernar, una mujer nunca debería gobernar

—Es su ego hablando o es que tiene miedo —Se puso de pie

—Hay una gran diferencia entre tú y yo puta, yo nací en la mafia, tú eres la puta que se acostó con los tres príncipes y convenció a la hermana para llegar a donde estás, no eres más que una paria maldita puta —Estampé su cabeza contra la mesa y le apunté con un arma

—Vuélvame a llamar puta y créame que no dudaré en dispararte. —Quite seguro del arma. —Y para su información, solo me acosté con uno, y no tuve que conversar a nadie, así como no debo convérselo a usted, si no quieren lárguense, eso sí, no damos segundas oportunidades.

>>Le tienen tanto miedo a Ivo a quien en realidad le debería temer es a mí, porque yo no perdono y lo que más añoro en este momento es sangre, sangre de la persona que puso en una cama a mi esposo —Lo sujete mejor —Y que les quede claro a todos los demás, el simple hecho de ser mujer no me hace menos que ustedes, sino todo lo contrario, porque crean o no nunca dudaré en disparar aun sea mi amigo o hermano, protegeré su espalda si ustedes protegen la mía, porque esto es para siempre. —Mostré mi dedo donde aún seguía mi señal de entrada a la mafia —Porque somos familia, una unidad y es hora de que protejamos lo que nos pertenece —Solté al sujeto —Una vez en el infierno no hay marcha atrás

Dos hombres del sujeto se abalanzaron sobre mí, bote a uno sobre la mesa, lo tome su cabeza separando su cráneo de su mandíbula para luego clavársela en su cerebro, salte sobre el otro, se puso de pie y le dispare en la cabeza un poco de sangre salto a mi rostro, me relamí los labios.

—¿Entonces seguiremos peleando o tomaremos cartas en el asunto? —Pregunte

—Singapur sirve y servirá siempre a la mafia —Los demás comenzaron a mirarse

—Los demonios, sirven y servirán siempre a la mafia —El lugar se heló

—La India, sirve y servirá siempre a la mafia

—Andorra y Liechtenstein sirven y servirán siempre a la mafia

—Macedonia del Norte y Madagascar sirven y servirán siempre a la mafia




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