Passione

147

Rouses entro con una bandeja con comida y me la dio, miro a todos que estábamos callados.

—¿Qué pasa?

—Nada —Hable yo —Están discutiendo como siempre —Miro a mi padre y a mis tíos

—Es algo tarde, y nosotros vamos a ir a un hotel

—Para nada, pueden quedarse aquí, hay muchas habitaciones disponibles o en el edificio de Alessio —Me miro y asentí —Como gusten

—No queremos causar problemas

—No lo es

—Podemos quedarnos aquí, estoy muerto, además quiero evitarme el viaje —Mi tía miro a mi tío y lo golpeo ligeramente

—Ten más respeto, es la reina —Ella los miro

—Solo era un comentario

—Pues tus comentarios me hacen quedar mal, disculpa

—No hay problema, ordenaré que les preparen una habitación y a usted también —Miro a mi padre

—Gracias, linda, pero yo…

—Dos habitaciones —Sonrió Rouses —No me tardo

—Perfecto, creo que nosotros también nos vamos —Hablo Cronos —Hablaremos mañana

—No le digas nada a Rouses

—No pensaba hacerlo

—Yo no estoy muy cansado, en realidad —Cronos miro a Nicolás —Pero me iré a dormir, porque no tengo nada mejor que hacer

—Descansen

El tipo con máscara se acercó.

—Yo… Mi nombre es Siete, soy hermano de Rouses —Lo miré

—¿Por qué la mascará?

—Mi apariencia no es la mejor —Me miro —Espero que te recuperes pronto y este mejor

—Gracias

—Espero poder llevarme bien contigo, realmente quiero convivir contigo, y a diferencia de lo que piensen otros —Miro a Cronos que se había quedado mirándolo —Mis intenciones son verdaderas, quiero crear un vínculo con mi hermana

—Confiaré en ti, pero si haces algo para dañarla no dudaré en cavar contigo —Asintió

—Gracias

—Descansa

—Descansa

Rouses regreso, se sentó a mi lado mientras comía, la mire.

—¿Tú cocinaste verdad? —Su sonrisa se le borró

—¿Quien te lo dijo?

—Nadie, pero tienes salsa en la mejilla, además hueles delicioso —Se rio

—No es cierto, huelo a cebolla y ajo

—Hueles a hogar — besé su mejilla —Vas a tener que cocinar más seguido —Se rio

—¿Te gusto?

—Me encanto

Tocaron la puerta y ella se levantó abrir.

—Pensé que estarían durmiendo, permiso —Su amiga entro —Hola Alessio, espero que estés bien, y que te recuperes pronto, solo vine a decir eso

—¿A donde fuiste?

—Salí con unas amigas, pero estaba muy aburrido, te lo contaré mañana, nos vemos

—Descansa

—Igualmente para ambos

Rouses cerro la puerta y regreso a mi lado.

—Termínate todo, el doctor dijo que debes comer bien para que te recuperes

—Rouses estaré bien

—Lo sé solo que no quiero que te pase nada

—No me va a pasar nada, estaré bien, te lo prometo —Bufo y asintió —Tranquila

—Si es que han sido días muy difíciles

—Lo sé, pero ya estoy contigo y no me voy a ir

—Voy a ir a ducharme

—Espérame —Me miro

—Usted señor se comerá la sopa y sé irá a la cama

—Ni loco —Me miro

—Alessio por favor, comete la sopa y mete en la cama

—Rouses he pasado días en una cama, es el último lugar donde quiero estar, además yo también necesito una ducha apesto

Me miro, estaba maquinado algo en esa cabecita suya, para intentar que no la siguiera, al final creo que no lo logro y asintió. Terminé la sopa, fui tras de ella hasta el baño. Me ayudo a desvestirme, a diferencia de ayer no había sido consiente de las nuevas cicatrices en mi cuerpo, pero ahora que lo veía estaba horrible.

—Nunca pensé que verme tan mal —Alzo la vista

—¿De qué hablas?

—Estas cicatrices no se irán —Me miro —Creo que dejaré de quitarme la camisa

—Alessio, te ves bien —La miré —Tal vez mi opinión no cuente, pero no te ves mal, eres el mismo hombre con el que me case, esto

Toco cada una de mis cicatrices y las beso, no me sentía como cuando hacía eso.

—¿Aún te gusto entonces?

—Definitivamente, pero si tanto te molestan puedes ir al médico

—Si a ti te gustan no tengo problema, lo único que no quiero es incomodarte

—Hay Alessio nunca me incomodas ¿Te gusta a ti?

—No mucho la verdad

—Pues podemos preguntar por algo para que no sean notorias

—Bien

—Ahora a la ducha

Termine de desvestirme, mientras también lo hacía. Entre bajo la regadera, ella estaba de espaldas a mí, dejándome la vista de su estupendo culo, y más cuando empezó a recoger la ropa tirada del suelo, para ponerla en la cesta. Se amaró el cabello en un moño mal hecho y vino conmigo. No noto que la miraba.

—¿Qué? —Pregunto

—Me has dado la mejor vista de tu culo

—Ya

Se volteó y empezó a empaparse, me acerque ella y la tome de la cintura.

—Señora Caruso, siento que voy a romper una regla

—Ni si te ocurra Alessio

—Rouses por favor es que no ves lo que sufro —Me arrime a su culo, para que viera mi dolor —Seré bueno, después lo prometo

Me miro sobre su hombro, y negó. Dios mío era la primera vez que rogaba por sexo y se negaban a dármelo, esta mujer era mi Criptotia. Estaba perdido, hasta que vi como sonrió. Y se volteó.

—Eres un niño realmente, es que no ves que puedes hacerte daño

—Eso no me importa

—A mí si

Deje caer la cabeza para atar intentando pensar en algún absurdo plan para convencerla, no sé. La única forma de que me dejara follarla sería si el médico decía que la única forma para recuperarme fuera eso, pero ningún médico en su sano juicio lo diría.

—Vale tú ganas

Me miro mientras mis manos iban aflojándose de su cuerpo, ella las sujeto y las puso donde antes estaban, se paró de puntitas y me beso. Me rodeo el cuello con sus brazos, mientras la sujeta y la ponía contra la pared. Dios eso era la gloria. Solo puedo decir que devore a mi esposa hasta el cansancio.




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