El resto de los invitados empezaron a llegar, un grupo selecto pudo hospedarse en palacio, y otros en los hoteles de la familia. Había mucha gente felicitándonos y eso. Máximo estaba muy nervioso, estaba pegado a mí, pero no me importo. Rouses hablaba con los invitados, la mayoría era sus amigos. Sebastián, Anthony. Camila y su madre de Londres están mimando a un Erick que estaba feliz por recibir atención.
—¿Alessio?
—Mmm…
—Tengo miedo —Lo miré —Esa mujer me mira raro
Mire a donde miro y ahí estaba Regina. El abogado de Rouses era bueno, demasiado despiadado, junto con Ciro habían acabado con ella que ya no nos molestaba, pero si estaba aquí era para eso, fastidiar.
—No le hagas caso, no te hará nada
—¿Que hace Ashby aquí? —Escuche que pregunto mi hijo
—Querida prima, espero que tengas una vida llena de prosperidad y amor. Con tu linda y rara familia
Máximo se escondió en mi costado y lo tomé sentándolo en mi regazo, le sostuve la mirada a Regina, si decía algo de Máximo no me quedaría callado.
—Linda barriga Regina —Comento Esteban
—Espero que mañana si llegues al altar —Rouses la miro —O tal vez te entre pánico
—Llegaré, no te preocupes, es lo que he querido desde que me beso por primera vez. Gracias por venir, muy gentil de tu parte.
—Un día Rouses, llorarás sangre por todo lo que has hecho y yo me reiré de ti.
—Te estaré esperando Regina
Después de visitas indeseadas y deseadas, llego Eduardo, Máximo y Erick se fueron con él a jugar en el cuarto de juegos. Llegada la noche, me prohibieron dormir con Rouses por una tradición.
Termine en el apartamento, con mis hermanos, menos Gia que había desaparecido.
—Alessio —Terry, una de las mujeres que conformaba el cuerpo de guardaespaldas, nos interrumpió —Hay una tipa que te busca
—¿Tipa?
—Tu ex prometida —La miré
—Haz la pasar —Me miro
—Recuerda que te casas mañana
—Lo tengo presente gracia
Rouses se había robado el corazón de mi personal, la oficina me había organizado una fiesta y la mayoría de regalos iban para mi mujer. Nicolás se aclaró la garganta cuando ella entró.
—Querido
—¿Qué quieres?
—Podemos hablar a solas
—No —Dije —Habla o vete
—Aún puedes hacerte para atrás Alessio, puedes irte y…
—¿Que carajos te pasa? Mira Regina, mi paciencia contigo se agota, y como sabes bien quien soy te pido más respeto para la relación que llevo con tu emperatriz, que además es tu prima
—Alessio…
—Te dire lo mismo que le dije a Sandra. Amo a Rouses, y la amararé siempre, sin importar qué. Todas las demás y tu incluida solo fueron un peldaño para estar con ella. Deja de estar metiéndote con mi esposa porque no respondo. No sabes lo que soy capaz de hacer por esa mujer. No es ni la mitad de lo que he hecho. Dice lo Sandra para que también se entere.
—Te vas a arrepentir Alessio
—Nunca lo haría. Ella es lo que siempre quise
—Rouses Alessandretti es más que una princesa, Alessio, más que la princesa de la mafia italiana, capaz de todo para sobrevivir, un día te darás cuanta que no la conoces de verdad. La niñita de la que te enamoraste murió hace mucho, y quedo un ser muy cruel capas de herirte hasta ti.
—Rouses no oculta que es un monstruo, es más, le gusta demostrar que lo es, y tal vez tenga secretos, pero todos esos secretos han servido para mantenernos con vida. Y no solo es la princesa de la mafia italiana. Es la princesa de la mafia global, grábatelo en la cabeza.
Hablo Nicolás.
—Un día los destruirá, acabará con ustedes
—El día que eso pase estaré muy feliz, ya que lo último que veré será ella —Sonrió Tomás —Sería una muerte encantadora
—Vete Regina
—Espero que sepas lo que haces
Salio furiosa, mire a mis hermanos y sonrieron.
—Tú y tus ex locas
—Las de todos, que no se te olviden las tuyas
—Debemos elegir mejor ahora
—No creo que ninguna mujer nos quiera amando a otra —Mira a Nicolás —Oh teniéndola en la mente, nadie aceptaría eso
—No, pero ellas no sabrán que la queremos
—Idiotas
—Tú hacías lo mismo Alessio
—Tienes razón
Me miré en el espejo, mientras Nicolás, Tomás y Gia me ayudaban a arreglarme, la última vez que utilice el traje de gala militar fue cuando tenia diecinueve, era muy sencillo en realidad, lo que más destacaba era las insignias que había ganado.
—Bien Alessio estás listo
—Bueno, debes sentarte Alessio, no metas la pata, has luchado tanto para llegar aquí y casarte con la mujer que más, recuerda que vamos a estar mirando como buitres
—Qué idiotas —Indico Gia —Hazla feliz Alessio, lo harás bien
—Vámonos que debes llegar antes que la novia
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Editado: 23.05.2023