Passione

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Después de bañar a ambos y vestir a los niños, que quedaran conformes, se sentaron en nuestra cama, mire el reloj, faltaba para la fiesta.

Alessio entro sudado y se metió al baño, los pequeños veían una película en la computadora, de un perro.

Alessio salió con la toalla en la cintura, parecía cansado, me miro y se acercó a mi medio un pico y camino hasta su maleta, se puso el bóxer y se tiró a la cama con los niños a ver la película.

Yo revisaba mi computadora respondiendo correos del trabajo, mire la hora, no quería después estar apurada, alistándome, tome mi maleta y saque algunas cosas, me quite los zapatos y las metí en una bolsa en la maleta, entre al baño y vi el reguero que había ahí

—Alessio, ven a recoger tu ropa —Entró y tomo sus cosas y salió —Mételas en la bolsa de la maleta

—Si mamá —Dijo produciendo la risa de los niños

Tome mis cosas y me metí al baño.

Después de bañarme, me puse ropa interior y la falta de seda blanca que llegaba casi hasta la mitad del muslo y un top de hombros caídos blanco del mismo material. Acentúe más mis churos, me puse los zapatos y salí, los niños estaban jugando de habitación en habitación, Alessio no estaba, me puse las alas y la areola, me miré en el espejo y sonreí, la puerta se abrió y Alessio entro.

—Rouses, apúrate que…—Me miro

—¿Te gusta? —No dijo nada

—Guao, te ves linda mami

—Muy linda —Dijeron los niños

—Gracias, creo que alguien se quedó sin lengua —Me volteé y miré a Alessio

—¡Papá, papá! —Miro a Erick —Dile que está linda

—Es que no está linda —Dijo él —Está más que linda, más que hermosa, no hay palabras

—Gracias, mi amor, ¿y tu disfraz? —Levanto los cachos —Vamos —Los niños salieron, tome mi bolso, y Alessio me abrazo por atrás besando mi cuello

—Maldita sea, te aprovechas de que estas presentes los niños, porque si no te arranco la ropa y no salimos de aquí —Subió su mano por mi muslo, metiéndola debajo de la falda, llegando a mis bragas

—Van a entrar —Se detuvo, beso mi cuello, rebusque en mi bolso y saque mi teléfono, de algo debía servir —Nos tomamos una foto. Me miro, carraspeo, me volteé el poso, sus manos en mi vientre, apunte el teléfono al espejo y listo. —Me gusta, debo hacerle una a los niños

Salí antes de que me secuestrara en la habitación, ellos estaban afuera esperando, los hice pararse uno a lado del otro y sonrieron, les tome una foto. Una con Alessio, y otro de los cuatro, Alessio llevaba en la mano los cachos

—Póntelos

Sé los quite y se los puse, le quedaba bien y con la mirada que llevaba ahora, mucho mejor, paso su brazo por mi cintura, así llegamos al jardín, nos quedaron mirando cuando llegamos, los niños fueron corriendo con los demás.

—Esto es digno de retratar, el diablo y el ángel —Gia me quito mi teléfono y mi bolso —Una foto y ya

Una que fueron como veinte, pero me gusto cuando las vi en mi teléfono, Alessio se las paso al suyo, poniendo una como fondo de pantalla, nos sentamos con los demás, yo tenía que sentarme en su pierna, detestaba esa parte, pero podría sacarle provecho, él conversaba de algo con mi abuela.

—Realmente pareces un ángel

—Es un disfraz improvisado

—Me e dado cuenta, tienes unas lindas piernas

—No son tan lindas

—Que si —Dijo Alessio —Esta ciega, necesita lentes —Su abuela se sentó a lado y ambas mujeres conversaron a conversar

—Cuantos bailes me vas a conceder —Me miro

—Los que quieras, pero mañana no podré concederte más que uno —Hice un puchero

—Pero es mi boda —Beso mi quijada —Tres ya y no más, promesa

—Uno —Fruncí las cejas

—O vamos

—Ya veremos —Beso mi mejilla

—Ven ángel sexi a bailar

Gia me jalo para que bailara con ella, estuve ahí la mayor parte del tiempo, Alessio me concedió uno que otro baile, desapareció cuando fue a costar a los niños y después regreso. 

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Estaba cansada, súper cansada.

Me senté a lado de Esteban que estaba bebiendo, cuando me miro casi se atraganta.

—¿Y tu amiga?

—No es mi amiga

—Bien, ¿Donde la dejaste?

—Te dará gusto saber que ya no es mi esclava, y que la deje libre

Lo miré por un momento, había dicho eso con tal pesar, que me alegro.

—Sabes que no está mal, que sientas eso por ella ¿Verdad?

—No sé de lo que hablas

—Si lo sabes —Me miro

—Estoy confundido, pensé que amaba a alguien más y, ella llega y parece que no y…

—Tranquilo, tal vez lo que sentías por la otra no era tan fuerte

—Lo era, pero creo que lo he superado al fin. Además, no sé cómo mis padres lo tomen o Aleck. Rouses es una…

—Sí, pero eso no importa, la amas, y eres el príncipe de la mafia rusa

—Sale con un tipo que es médico —Lo mire —Yo soy asesino y ella es una doctora

—Los opuestos se atraen

—Compartimos nuestro lado sádico, aunque ella no lo muestra mucho. Se supone que esto no debería pasar

—A veces las cosas pasan, sé que harás lo correcto

—Dejarla ir

—Hay por favor, lucha por ella, prométeme que loo harás

—Lo haré, si eso te hace feliz

—Muy feliz, hay hermanito, nunca pensé verte así enamoradísimo

—No estoy enamoradísimo

—Repítelo hasta que lo creas

—Rouses, debo presentarte a la familia —Mire a mi hermano




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