IV

Querido Jonathan:

Lo siento por haberte hecho enojar. No quería que te sintieras mal por la información que te proporcioné. No pretendía parecer una chismosa ni nada menos que te quedaras sin amigos. Quiero tengas amigos, ¡ojalá lo fuera toda la escuela! Yo quiero ser tu amiga, Jonathan. Solo quiero que sigas siendo bueno, que no te dejes llevar por las influencias de los chicos, siempre sucede y es terrible.

Haré un acto de redención y te daré algo de información sobre mí. Estoy en tu clase, seguramente ya me has visto… o no, soy la “señorita invisible”, así se me ha apodado porque tengo el poder de a pesar de estar en un grupo de personas y ellos lo sepan, son incapaces de verme u oírme. Hasta los maestros me ignoran de tal modo, ¿puedes creerlo? Pero esta bien para mí, no me gusta la atención, es más, me marea, me tensa, me llena de angustia y ansiedad. Aunque me gustaría tener la tuya… pero no estoy lista, por eso hago estas cartas, es la única forma en que puedo.

Mañana será el día que inicia el otoño, ¿te gusta el otoño? A mí me encanta. Siento que representa todo mi interior, me siento bien cuando corre la brisa fresca, mis pies haciendo crujir las hojas secas, los colores que bañan el paisaje rompen con la dureza del concreto de ciudad. Es mi estación favorita. 

¿Querrás seguir sabiendo más de mí? Sonríe para esta carta como antes, por favor. Es todo lo que pido.

Me disculpo otra vez.

Atte.

T.

P.D. Me gustas