—¿Cuál es tu cosa favorita en el mundo?—Pregunté mientras comía mi helado de fresa.
—El helado. — Contestaste dudoso. —¡El helado de chocolate!— Afirmaste con emoción.
—Y...¿Cuál es tu cosa favorita en el mundo?
Tú.
—El helado también me gusta.
Tú lo eras todo.
Eras.