Me remuevo en la cama, la luz del sol entra por las ventanas y eso me recuerda que tengo que colocar cortinas oscuras, odio la luz del sol. Me muevo con flojera y abrazo mi peluche de león; no me quiero parar de la cama. Busco mi celular entre las sábanas para ver la hora y lo alcanzo; son las 8 am, resoplo molesta, ¿es que ni en fin de semana me puedo parar tarde?
-No es justo, quiero seguir durmiendo- hablo conmigo misma. Me siento en medio de la cama y miro a los lados, es una pequeña costumbre que tengo, nunca paso de las 8 am, es lo más tarde que me despierto en mis días libres; me estiro y bostezo, veo como Hades se despierta y corre a montarse en mi cama, Perséfone hace lo mismo que él.
-Hola mi niño hermoso, ¿dormiste bien?- le pregunto a mi perro mientras le hago cariños, Perséfone se monta en mis piernas reclamando atención - Hola mi pequeña, ¿estás celosa? ¿También quieres cariño?- la tomo entre mis brazos y la cargo como si fuera un bebé, empieza a ronronear.
-Vamos a preparar el desayuno, no quiero a estos dos de mal genio tan temprano- dejo a mis mascotas en la cama mientras yo voy al baño a asearme.
Salgo del baño y veo a mi hermano y a mi cuñada abrazados mientras duermen, ellos se acostaron en el sofá-cama que tengo para cuando se queda Mi Sung o Do Hyun; odio compartir cama, por eso compre ese sofá, a pesar de que yo no me muevo cuando duermo, no me gusta que otra persona duerma a mi lado, me parece incómodo.
Camino hasta la cocina, no es que mi apartamento sea grande, en realidad es pequeño, pero tampoco es una caja de fósforos, así que tengo buen espacio para moverme.
-A ver, ¿qué les preparamos a estos tragones que tengo por familia?- ya que estoy acostumbrada comer poco, me toca resolver el qué hacerles a estos devoradores de alimentos, pues comen demasiado. Agarro el paquete de pan tajado y saco unos huevos, jamón, queso, cebolla, zanahoria, tomate, pimentón y leche, prepararé Gyeranmari*; luego monto la tetera para el café. Corto el jamón, el queso, la cebolla, el pimentón y el tomate en cuadros pequeños; luego rallo la zanahoria; mezclo todo junto a los huevos en un tazón de vidrio y le añado un poco de leche, sal y pimienta. En una sartén coloco un poco de mantequilla y empiezo a preparar los Gyeranmari. Cuando están listos los voy depositando en un plato grande; preparo el café, caliento leche y lo vierto en tres tazas; luego coloco todo en el mesón que divide la cocina con el resto del apartamento; cuando está todo listo voy a despertar a esos dos.
-Despierten par de perezosos, el desayuno ya está listo- les quito el edredón y empiezo a pegarles.
-Cinco minutos más mamá, hoy no tengo clases- ese ha sido el tarado de mi hermano.
-Claro que no tienes clases, tarado, YA NO ESTUDIAS- vuelvo a pegarle - Vamos Yun, arriba, fuera, Párate- mi amiga empieza a patear en el aire, está haciendo un berrinche dormida.
-¿Por qué eres tan cruel? Tengo sueño.
-Yo también tenía sueño, pero me levanté a hacerles el desayuno. ¡Vamos, arriba! Que hoy vamos a casa de mamá y papá- veo que mi amiga se para como un resorte y grita feliz.
-¡SIIII, A CASA!- se baja corriendo de la cama, y se dirige al baño
-Mocoso, ¡KIM YOUNG SOO!, te doy tres segundos para que salgas de esa cama y te pongas a desayunar- hablo con un tono entre molesto y mandón.
-Desayuno- se para como si le hubieran dicho que empezó la guerra; se tira de la cama y vuelve a decir - Desayuno, ¿dónde está la comida? - señaló el mesón y cuando iba a caminar por sobre la cama lo freno.
-¡Eeeeeh, detente soldado! Primero, acomoda esa cama, la dejas como va y luego vas al baño a asearte, ¿entendido?- él sabe que en mi casa, son mis reglas, y si no quiere problemas conmigo más le vale seguirlas.
-Sí señor- hace un saludo militar y empieza a acomodar la cama; yo me dirijo a la mía y con todo el dolor de mi alma bajo a mis amores, también tengo que acomodar los edredones.
-Buenos días leona ¿cómo amaneces?- mi amiga me da un abrazo y empieza a ayudarme con mis almohadas.
-Buenos días fiera, muy bien, gracias, ¿y tú?-
-¿Por qué le estás ayudando a ella a arreglar su cama, cuando tú dormiste en ésta, conmigo, y no en esa? - mi hermano pregunta molesto.
-Porque ella fue quien se paró a hacernos el desayuno, así que no seas berrinchudo y apúrate, que tengo hambre- ¡ja! Punto para mi amiga -Amanecí bien, gracias por preguntar; necesitaba ya las vacaciones, esto de acostarme tarde y despertarme temprano está acabando conmigo.-
-Amiga mía, usted tomó esa decisión, así que te aguantas- le digo mientras le doy golpes en el hombro.
-Ya terminé, ¡AHORA A COMER!- nosotras también terminamos y nos dirigimos al mesón, mi amiga se sienta a mi lado y mi hermano al frente de las dos.
-Espero que les guste, ya saben que no acostumbro a comer casi, y ya no sé si estoy cocinando bien o no- ellos colocan su cantidad de comida en sus platos mientras yo tomo un poco de café.
-Nat, esto está muy bueno, en serio lo está- mi hermano come feliz.
-Sí que está bueno, gracias Nat, en serio, ya extrañaba tu comida- mi amiga también come feliz.