Abro la puerta del carro y me bajo.
-Hades, abajo- tiro de la puerta, mientras mi perro va a mi lado.
-Nat, espera no era mi intención...- Hades le gruñe, mi perro sabe cuándo mi estado de ánimo no es bueno, y sabe que estoy molesta.
-NO, NO ME HABLES NI ME DIRIJAS LA PALABRA, LEE DO HYUN-él muy bien que sabe que ese apellido no se puede nombrar.
-Nat, por favor, cálmate- me volteo a ver a mi amiga.
-Tú más que nadie sabes que ese apellido está prohibido- la apunto con el dedo - Hades, adentro- abro la puerta, mi hermano y yo tenemos llaves de la casa.
-Vamos hades, vamos arriba- estoy por subir el primer escalón cuando me agarran del brazo.
-Nat, por favor, perdóname, no era mi intención- me suelto de su agarre.
-NO ME TOQUES, NO ME HABLES, Y NO VUELVAS A DECIR ESE APELLIDO- mi hermano está en la puerta de la casa.
-¿QUÉ ESTÁ PASANDO?- Yo no respondo, subo las escaleras a mi cuarto y entro, estoy por cerrar la puerta cuando mi hermano entra.
-Nat, respira, mírame- no me había dado cuanta que me estaba costando respirar -Nat respira- me pongo la mano en el pecho, tratando de calmar mi respiración -Dyshi, uspokoysya, posmotri na menya (Respira, cálmate, mírame”- mi cuerpo capta la orden y empiezo a respirar con normalidad, lo veo y empiezo a llorar -Tikhiy (tranquila)-
-YA nenavizhu eto, ya nenavizhu etu familiyu (Lo odio, lo odio, odio ese apellido.)- mi hermano me abraza -Odio ese apellido.
-Ya, lo sé, lo sé. Calma, ¿sí? Fue un accidente, él no quiso decir eso.-
-Lo sé, es que no puedo ni escucharlo, no lo soporto- me abrazo a él con todas mis fuerzas.
-Lo sé pequeña, lo sé, vamos.-
-No, no voy a bajar, lo terminaré matando y no quiero un muerto en mi conciencia, no más-
-Está bien, empezaré yo con la comida, tómate tu tiempo. ¿Quieres que te traiga algo dulce y a Perséfone?- yo asiento - Ya vengo- me suelta y sale.
Me acuesto en la cama y me doy cuenta que tengo los zapatos puesto, Dios, mis padres van a matarme. Me los quito y los coloco en la puerta del closet, ya los bajaré más tarde; me vuelvo a acostar y abrazo a Hades. Intento mantener la mente en blanco en un burdo intento por tranquilizarme; ciertamente su pelaje calma los nervios con cada leve caricia.
-Hades, perdón por este escándalo- mi perro se acomoda mejor a mi lado y me mira con comprensión, como si entendiera todo lo que ocurre a su alrededor e intenta mostrar su apoyo incondicional a su manera. Es inevitable no sonreír con ese gesto que lo convierte más en una persona que en un perro.
Abren la puerta del cuarto; escucho que colocan un plato en mi escritorio y que a Perséfone la sueltan en mi cama.
-Perdón, Nat, en serio perdón, no era mi intención- Dios, yo no quiero matar a este hombre. Ciertamente la peor idea para que se me pase el nerviosismo es ver a su causante delante tan solo un par de minutos después de la bomba. Porque realmente así se sintió escuchar ese apellido y más en boca de a quien consideras valioso para ti.
-Do Hyun, si valoras tu vida, mejor sal que estoy que me levanto a golpearte.-
-¿Quieres golpearme? Hazlo, te doy permiso, baja la rabia entonces.-
-¿Tienes idea de la rabia que tengo? Tendría que subir mi hermano para salvarte la vida- y estoy hablando en serio. Quizás no sea solo rabia, sino también nerviosismo e impotencia; impotencia por el automático efecto que causa en mí tan sólo al nombrar a ese apellido.
-Nat, por favor, háblame, no me gusta que estés molesta conmigo- siento su tristeza.
-DAVAY MNE ODIN (DÉJAME SOLA)- volví a hablar en ruso; me pasa cada vez que me altero.
-Khorosho, no nam s toboy pridetsya pogovorit (Está bien, pero tú y yo tendremos que hablar) -él ya sabe que cuando estoy así, sólo entenderé ese idioma.
-Spasibo (Gracias)- él baja la cabeza y sale, me duele verlo así, pero estoy colérica y no puedo desahogar mi rabia con él, sino será peor.
Resulta complicada toda la situación porque es un tema sensible que pone mis nervios a flor de piel; que aunque desearía que no fuera así, no puedo; es como algo inherente a mí y eso realmente causa aún más rabia. Solo puedo suspirar y rogar por un poco de tranquilidad. Me levanto de la cama y voy a buscar el plato, son galletas de chocolate, seguro que las preparó mamá, amo todo lo que ella prepara; me vuelvo a sentar en la cama con las piernas cruzadas, empiezo a comer mientras hades me suplica con los ojos que le dé galletas.
-Sabes que no te voy a dar, no me veas con esos ojos- coloca su cabeza sobre sus patas y me sigue viendo - Ah no, no uses esa técnica conmigo- termino de comer las galletas y le regalo a Hades una pequeña cantidad -Sólo este poquito, no puedes comer dulces- cuando termino del todo, coloco el plato en la mesa de noche y me acuesto; la cabeza me duele, doy un pequeño masaje en mi sien -Vamos a dormir un poco.-