Maddie
Todos los pacientes del hospital estábamos en una charla para "motivación" la misma plática que todos los años decían y al estar más de 7 años incluso me la sabia de memoria.
Había pasado una semana desde aquel encuentro con Adrián.
Bufé cuando por fin acabo y estiré mis brazos golpeando a la persona que estaba detrás de mí.
- ¿Qué ? - dijo brusco.
Abrí mis ojos como platos al saber quien era el dueño de la voz.
- Lo siento, no era mi intención ¿estás bien? - pregunté mordiendo mi labio inferior.
- Si, ¿Cómo supiste mi nombre aquel día?
- ¿Cuál día? - pregunte haciendo que desentendía, claramente lo recordaba ¿Cómo le iba a decir que es mi crush y que lo espió cada vez que puedo? Jamás, de la boca de Maddie Sanders jamás saldrá eso.
- No te hagas la idiota, odio eso- dijo tosco y agresivo
Pero que mal genio se cargaba este chico y eso lo hacía ver aún más atractivo.
Maddie ¿Qué estás diciendo? Ay, Dios mío.
Antes de poder responder la voz de la señora Fernanda me interrumpió.
- Maddie, cariño ¿me ayudas en la cocina? - la señora Fernanda es la encargada de nuestros alimentos y no dejarnos morir de hambre, sabía el amor que tenía por cocinar.
-¿Haremos ese rico pastel? - pregunté con entusiasmo en mi voz.
-Oh, ¿tú eres la que cocinas ese majar de pastel? -
Mis mejillas se tiñeron de un color carmesí, olvidé completamente su presencia.
- -si, con ayuda de la señora Fernanda ¿te gusta mucho?
- ¡Claro! Siempre pide doble porción creo que tienes un fan - añadió la señora Fernanda.
- Sí, es ¿delicioso y adictivo? Como la heroína - no había entendido su comparación hasta que recordé que él era un drogadicto.
- Oh, ¿eso es bueno? - di una sonrisa apenada y salí del lugar acompañada de la señora Fernanda.