El taxi me dejó donde se lo había pedido, un poco retirado del lugar de encuentro. No involucre a nadie en esta reunión; mi amigo fue muy claro al decirme que tenía que llegar sola.
El sendero que se cernía frente a mí estaba oscuro y en penumbras, la poca luz que irradiaba la luna apenas me permitió visualizar el camino. No muy lejos vi a Esteban, cargaba una sudadera negra junto a unos vaqueros. Al verme se apartó de la roca donde estaba recostado acortando nuestro espacio.
No pude evitar abrazarlo y sentirme feliz al verlo una vez más después de tanta mierda. Ya los golpes y moretones en su cara habían desaparecido y fueron sustituidos por unas grandes ojeras convirtiéndolo en un mapache.
—¿No has dormido nada? —fue lo primero que le pregunté.
Me sonrió sin entusiasmo tomando mis dos manos.
—Eso ahora no importa, Ana. Estoy aquí por que no quiero irme sin despedirme y sin ponerte al tanto de todo lo que está pasando.
—Entonces si es cierto —Solté sus manos como si me quemaran antes de retroceder—. Si en la empresa no me dicen que renunciaste por que te vas para Noruega yo no me entero de un carajo.
Esteban trató de acercarse y lo conocía tan bien que con los ojos me decía que no perdiera la calma.
—Las cosas no son así, Ana...
—¡¿Entonces como son?! Explícame por que no entiendo una mierda.
—Renuncié por que me quieren matar.
Quedé helada.
—Descubrí cosas... catastróficas, cosas que nunca pensaron que podrá descubrir. Al principio empecé buscando algo que estaba mal en las cuentas y mientras más indagaba más quería saber. Cuando quise parar ya tenía toda la verdad frente a mí y cuando traté de salir me fue imposible. Él es muy astuto, inteligente, calculador, dispuesto a todo para lograr sus objetivos.
—¡¿De quien estas hablando?! —La pregunta me salió en un grito, no quería creer lo que escuché. Por eso era el miedo, por eso actuaba de esa manera tan extraña, por eso fueron los golpes de aquella vez, por eso... ¡por eso todo!
Se mantuvo en silencio por unos segundos sin quitarme la vista, se debatía si decírmelo o no.
—Galen...
El estómago se me revolvió de una manera increíble y dolorosa.
—Galen es quien controla todo; Grupos, empresas, socios, inversionistas, empleados... todo. Él sabe absolutamente todo. —reveló —. De esa forma fue que logró engañarme haciéndome creer que llevaba la delantera cuando no era así.
—¿Quien es Galen? ¿Lo llegaste a conocer?
Negó con la cabeza.
—Todos lo conocen pero nadie sabe quién es, las pocas personas que han visto su rostro están tres metros bajo tierra a excepción de Anibal.
Eso último me alarmó.
—¿Quienes saben de la existencia de Galen?
Esteban miró a todas las direcciones y fijó nuevamente su vista en mí.
—Todo el personal de alto rango; socios inversionistas, dueños...
《Sí es así Miguel debe de saber quien es Galen》
"Se trata del asistente que tiene papá allá en Alemania"
Me engañó, el muy desgraciado se atrevió a decirme semejante mentira en la cara. Estoy segura de que el sabe quien es Galen, hasta Luciano debe saber quien es.
—Escucha, Ana. Debes de tener cuidado cuando estés dentro de la empresa, nunca sabes quién te está observando. No le des información a nadie, ni siquiera en los Moore deberías confiar.
—Hay que hacer algo —Me desesperé—. No podemos quedarnos de manos cruzadas, hay que...
—¿Crees que no lo intenté? Hice todo lo que estuvo a mi alcance para desenmascararlo y entregarlo a las autoridades pero sin rostro y sin pruebas contundentes nadie me iba a prestar atención. Lo único que provoque es que descubriera mis verdaderas intenciones y que ahora quieran matarme.
Me tense de tan solo imaginarlo.
—Ten —Me ofreció una memoria USB que sacó del bolsillo de su pantalón—. Aquí está toda la información que pude recaudar de Galen y del nido de ratas que conforman la empresa. Todas tus preguntas serán respondidas en este dispositivo. Solo prometeme que si las cosas se ponen feas huiras, tal cual lo estoy haciendo yo.
—¿Porqué lo hiciste de esta manera, Esteban? ¡Chantajealo con esa información para que te deje en paz!
—Eso fue lo primero que hice, Ana — Se sujetó el cabello desesperado—. Te estoy diciendo que ese ser es una escoria; lo amenace, le dije que sí me sucedía algo toda la información llegaría a dominio público en un programa televisivo y el muy maldito dió a tener con el canal los amenazó y les quitó las pruebas que les había proporcionado. En cuanto lo supe ya sabía que mi vida corría peligro y lo comprobé cuando llegue a mi casa y encontré a mi mujer llena de balas.
Ambas manos se fueron a mi boca por inercia, toda mi piel se erizo de una forma desagradable.
Esteban tenía que desaparecer cuanto antes.
Entonces sucedió...
A lo lejos las luces de un auto acercándose a gran velocidad nos dejaron ciegos, Esteban murmuro algo que no logre escuchar y me empujó arrojándome al suelo. Todo pasó tan rápido que apenas pude ver; el vehículo llevándolo por delante, el estruendo del primer disparo dejándome petrificada sabiendo lo que estaba pasando. Un grito desgarrador salió de mi garganta cuando al primer disparo le siguieron tres más.
El cuerpo de Esteban se desplomó sobre el charco de sangre que salía de su cuerpo. Perdí la cuenta de los disparos cuando al último le siguió otro, otro y otro. Vi el dolor en su rostro antes de que cerrara los ojos y sentí como mi vida se detuvo. El siguente gritó que solté me desgarró la garganta dándole rienda suelta a las lágrimas que bañaron mi rostro. Entonces alguen me sujetó por la nuca, me inmovilizo mientras otro hombre apretaba con fuerzas un pañuelo húmedo sobre mi boca y nariz. No puse resistencia, no puse objeción; en ese instante mi cuerpo no tenía alma y lo último que supe antes de perder el conocimiento fue que mi mejor amigo había perdido la vida delante mis ojos.