Peligroso Ángel

18

Sentí los párpados pesados y abrí los ojos bajo cualquier pronóstico. Parpadee hasta obtener una visión completa. 

Un par de largas piernas fue lo primero que visualice, no demoré en percatarme que estaba en el suelo. Me coloqué de pie frente a la persona que me miraba con desaprobación. 

—En esta casa dejan entrar a tanta alimaña que ya uno no sabe con que se pueda encontrar —La voz de Rosa me trajo a la realidad—. ¿Porqué estabas allí tirada? 

Eché un vistazo rápido a los alrededores. 

¿Que demonios hacía aquí? En la entrada de la  mansión. 

—¿acaso vienes ebria de la calle? —siguió hablando Rosaline y lo último que yo hacía era prestarle atención a lo que decía—. ¡Responde! 

Retrocedi. 

—No, por supuesto que no. Yo... yo, no... no tengo idea que hago aquí. 

La rodee y camine hacia adentro ¿Porqué  estaba allí? Yo estaba con Esteban... 

¡Esteban! 

El recuerdo de la noche anterior llegó a mi; los hombres que llegaron de la nada, los disparos, el cuerpo de Esteban en el suelo y después todo negro. Esos desgraciados acabaron con la vida de mi mejor amigo, sin piedad ni remordimiento y estoy casi segura que el responsable no es otro que Galen. 

《Joro por Dios que van a pagar lo que han hecho 》 

Para lograrlo iba a necesitar de todos los recursos posibles. Saque la memoria USB del interior de mi sujetador y la guarde en un lugar seguro. 

Los próximos tres días me la pase encerrada en mi habitación, la muerte de Esteban se hizo pública en todos los medios de comunicación, ya que su cuerpo apareció en un basurero justamente como Joe Black; sin ojos y con los labios cocidos. 

Cuando vi esas imágenes en televisión quise morirme, sufrí un ataque de pánico por lo que me podía pasar. Esteban era como mi hermano y al ver todo lo que le sucedió no soporté y me derrumbe. 

Miguel pareció entender mi dolor; no reclamó mi ausencia en el trabajo, no me regañó por no bajar a cenar, al contrario, él fue quien se encargó de subirme la comida a mi habitación me acompañaba sin decir una palabra y luego se marchaba. 

Dos días después retomé mi puesto, no porque me sintiese mejor, sino porque necesitaba encontrar el culpable de la muerte de Esteban y encerrada no lo iba a lograr. 

Entré en el despacho a la misma hora de siempre. Miguel levantó la vista al sentirme entrar. Sus ojos brillaron por un instante mientras me reparó con la mirada. 

—Buenos días, Ana —Se levantó de la silla y empezó a recoger todos los papeles que estaban esparcidos sobre la mesa—. Me pone muy feliz tenerte de vuelta. 

—Si, ya no podía seguir encerrada un día más sin hacer nada —force una sonrisa a lo que me iba acercando—. Supongo que debo de tener mucho trabajo acumulado... ¿te ayudo con eso? —Me ofrecí cuando intento recojer todas las hojas a las vez y algunas carpetas callaron al suelo esparciendo su contenido. 

Una hoja aterrizó en los pies, le eché un vistazo disimulado y con la punta de mi zapatilla la deslice hacia abajo del inmueble que tenía al lado. 

—No, no hace falta —Se apresuró a responder. Metió todos los papeles de cualquier manera en un maletín negro—. Con respecto a si tienes trabajo atrasado yo diría que no mucho, de vez en cuando te echaba una mano... 

—¿Tú? —Me hice la sorprendida—. ¿Ayudandome a mí? Es muy difícil de creer. 

Sonrió de lado. 

—Aunque te cuente creerlo así fue. No soy tan malo como piensas. 

—No pienso que seas malo —Trate de contener la risa—. Más bien diría que eres algo... ¿difícil de llevar? 

—¿Ah sí? —Se acercó en modo juguetón—. Y tu eres testaruda e insoportable —Lo dijo tan cerca de mí boca que sentí  su aliento. Por un momento pensé que iba a besarme pero no lo hizo, detuvo su mirada en mis ojos que de vez en cuando se desviaban a mis labios. Extendió una sonrisa y se volvió a su escritorio. 

—Hoy te daré el día  libre. Mañana te reincorpora a tus actividades a primera hora. 

¿Que?
¿Porqué mañana y no hoy?
¿Son ideas mías o no quiere que vaya a la empresa? 

—Esta bien —acepte—. Mañana vuelvo a mis actividades, que para ser sincera quisiera hacerlo desde hoy. 

Miguel me observó con cautela. 

—La oficina de papá la tengo vuelta un desastre, no quiero que después de lo sucedido pases un mal rato tratando de arreglar lo que yo tengo patas arribas. 

Confirmado. No quiere que vaya a la empresa, pero ¿porqué? ¿habrá algo que no quiere que vea? 

—Perfecto, entonces iré mañana. Si lo que dices es cierto créeme que sería el último lugar al que quiero ir —Le seguí la corriente. Sonrió de tal manera que vi la tranquilidad cruzar sus ojos. 

—De esta forma también queda demostrado una vez más que tus acusaciones son erróneas y que yo soy más bueno que un pan —arregló su saco y tomó el maletín encaminándose a la puerta no sin antes detenerce a mi lado—. Nos vemos en la noche 

Se fue. 

Actué rápido. 

Cogi en papel que había escondido debajo del inmueble y busqué otras posibles hojas olvidadas pero no encontré. 

Miguel fue cuidadoso, lastima que no tanto. 

Examine la hoja que tenía entre las manos; se trataba de un documento para afianzar relaciones  con unas de las empresas de Carolina del norte donde tuvieron una relación de tres años y por motivos que no explican en dicho acuerdo llegó a su fin. Lo que me dejó helada fue al momento de ver las firmas; estaban la de los tres firmantes de Carolina del norte y los tres firmantes del grupo Murk. 

Anibal Legan Moore.
Luciano Glane Moore.
Miguel Ángel Moore. 

Un sudor frío recorrió mi columna vertebral y por un segundo vi todo negro. 

No hizo falta detenerme a pensar nada, los tres nombres: Glane, Legan y Ángel al cambiar las posiciones de sus letras mostraban una sola palabra. Galen. 

Me encerré en mi habitación a buscar respuestas en la USB que me dejó esteban, y aunque lo intenté con todas mis fuerzas no pude hacerlo. No estaba preparada para enfrentar la información que me dejó mi amigo, la misma información por la que lo mataron. 

Me tumbe sobre la cama con la vista al techo 

¿Quien de los tres es el verdadero Galen? 

Mi móvil vibró a mi lado y leí el mensaje que me había llegado. 

"Me sorprende lo bien que vas en tu búsqueda por saber la identidad del asesino de tu amigo. Si sigues por el camino que vas te aseguro que más temprano que tarde lo tendrás frente a ti." 
Att: Peligroso A. 

Número desconocido.



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En el texto hay: misterio, mentiras, romance

Editado: 25.06.2021

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