Pennywise [el origen]

MI ENOJO CON KING

Hola, me llamo Pennywise. Soy el payaso bailarín.

Dicen que llegué en un meteorito hace millones de años.

«Ji, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja».

¡Qué estupidez es esa!

¿Quién lo inventó? Yo lo sé... y ustedes también. No se hagan los ingenuos, bola de subnormales. ¿Quién esparció ese rumor tan absurdo? —El que lo hizo es tan estúpido como quienes lo apoyan sin pensar en las consecuencias que esto implica.

Sin embargo, para poder contar mi historia, tenía que encontrar a alguien que haya sido igual de perdedor como yo lo fui cuando aún presentaba forma humana.

El que escribió mi historia es un don nadie. Es tan pobre como una asquerosa rata, igual que yo lo fui en mi nauseabunda vida terrenal. Somos tan... inmensamente compatibles.

Jamás le volvería a confiar esta historia a un escritor privilegiado. Ya creí en uno, y me falló.

Le presenté mi origen y no quiso sacar a la luz mis principios ni mis valores. Solo me convirtió en un payaso simple... y malo. Nada más que eso: un payaso asesino. Pero yo soy mucho más que eso. Muchísimo más.

Me considero continuamente un verdadero y noble artista. No niego que soy asesino.

Ahora bien, quiero que sepan algo: me siento orgulloso de ser yo mismo.

Siempre he sentido un éxtasis profundo cada vez que tuve la oportunidad de desvivir a alguien.

No obstante, mi error principal fue encomendarle mi historia a ese tal Stephen King. Le confié toda mi maldita vida. Lo hice millonario. Y ni aún así quiso recompensarme con el maldito crédito que me correspondía. Él cambió mis principios...Y mis estrepitosos sufrimientos por dinero.

¡Lo maldigo! Y por eso quiero verlo muerto.

Sé que un día se lo comerán los gusanos… y ahí estaré yo, para poder arreglar las cuentas pendientes.

«Ji, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja». Le haré pagar por su incompetencia.

¿Quieren saber mi origen?

Pues esta es mi historia...

Yo no tenía trabajo. Era un desempleado más en Derry, un lugar enclavado en el estado de Maine. Vivía en una casa maltrecha con mis pobres padres.

Pisos de madera desalineados que crujían, paredes de madera carcomidas por polillas, y un inmenso patio con todo tipo de árboles, tanto grandes como pequeños. Tenía mi propia selva en la parte trasera de la casa. Allí me gustaba escuchar cómo trinaban los pájaros.

Me encantaba ver a las ardillas pelearse por no sé qué exactamente. Me apasionaba ver a las hormigas recorrer los árboles, bajar a las raíces y residir en sus hogares comunes. Muchas veces dejaba que me picaran aquellas hormigas rojas. Me causaban un dolor intenso, tan profundo, que podía sentir la perforación exacta en mi piel. Sin embargo, luego de sentir ese detrimento, también experimentaba otro tipo de sufrimiento…Uno placentero. Y llegué a estar convencido de que me causaban menos daño que el que me ocasionaba mi propio padre.

Yo heredé esa maldita pobreza en mi hogar… junto con el vínculo que me rodeaba. Recibí sus malditas ruinas.

Había días en que ni siquiera teníamos para tres comidas diarias, como la mayoría de la gente normal suele alimentarse.



#38 en Paranormal

En el texto hay: paranormal, terror, terror gore

Editado: 10.06.2025

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