SHERIFF

Pasaron los días, y una mañana escuché los sonidos de las pezuñas de varios caballos que se acercaban cada vez más y más. Oí que las resonancias fueron disminuyendo de a poco. De repente, cesaron los sonidos por completo y escuché unos golpes en la entrada. Me levanté somnoliento, y cuando abrí la puerta, la dejé entreabierta, y esta hizo un chillido agudo por las bisagras oxidadas. Allí se encontraba el sheriff de la localidad, junto a siete u ocho comisarios más. Todos estaban montados en sus caballos purasangre —así le dicen a los caballos que son de raza pura y de alta calidad—.

—Buenos días. Disculpe por importunar tan de mañana —dijo el sheriff—. Hace doce días ya, asesinaron a un hombre fuera del circo. Wyatt Taylor se encontraba fuera del circo y le asestaron una puñalada con un arma blanca en su garganta.

—¿Usted conoció al occiso, Wyatt, señor Bob?

—Pero por supuesto que lo conocí. Estoy más que sorprendido, en realidad me encuentro estupefacto. ¿Cómo es posible que alguien le haya hecho semejante mal al pobre de Wyatt? Él era un hombre tan recto y amable, no se merecía tanta crueldad. Aún me cuesta salir del asombro.

—Señor, ¿puede salir y venir cerca de donde estoy?

—Por supuesto que sí. Dígame, ¿qué necesita?

—Extienda su mano derecha.

—¡Claro! —le respondí—, pero no sé por qué me pide aquello. ¿Qué tiene que ver la extensión de mi mano con todo lo que me está contando?

El sheriff me mantuvo pulsando mis muñecas por el lado inferior, donde se encuentran mis venas. A continuación, me dijo:

—¡No se encuentra usted nervioso!

—Ah, era eso. Es que no tengo por qué estarlo. El que nada debe, nada teme —le dije.

—Un hombre que vive cerca del molino constató que vio cruzar por su patio a un hombre de gran estatura, flaco y desgarbado, y luego saltó su cerca. Este hombre iba con prisa, pero, ya que era de noche, no le distinguió bien el rostro. ¿Existía algún motivo para asesinar a Wyatt, señor Bob?

—Por supuesto que no existía ningún motivo. ¡Es absurdo!

El sheriff me indagó:

—¿Un motivo claro podría ser que él lo despidió de su circo?

—Eso no es un motivo. Si ese fuera el caso, en Derry faltarían cementerios, ya que existen despidos todos los días. No sería tan estúpido para cometer semejante atrocidad. Y ya que está averiguando acerca del asesinato de Wyatt —que espero muy ansioso que pueda agarrar al culpable—, le quiero pedir un enorme favor. Mis padres desaparecieron hace más de dos semanas. Ellos solían pedir limosnas en la iglesia del pueblo, pero lamentablemente no han llegado aún. Estoy muy preocupado. Como máximo, han desaparecido por dos o tres días como mucho. Eran borrachos y suelen quedar varados en diferentes lugares.

—Deme los nombres de ellos.

—Mi papá se llama Ray, y el nombre de mi mamá es Aurora. Somos la familia Gray.

—Entiendo —dijo el sheriff—. Anteriormente había visto fuera de la iglesia a sus padres. Aunque, ahora último, hace ya varios meses que no los he visto. Cualquier cosa, si tengo noticia alguna sobre ellos, le vendré a avisar.

El sheriff hizo unos apuntes en una libreta de portada gris, y luego se subió a horcajadas en su caballo y huyó galopando a gran velocidad con los que le acompañaban...