Hace poco, un amigo se me declaró. No supe qué hacer, no le dije que sí, pero tampoco le dije que no. Simplemente me quedé callada, porque dentro de mí sentía que no era justo aceptar algo que no sentía de verdad. El problema es que a mí me gusta una chica.
Y lo peor es que hace un tiempo le dije a mi mamá que la próxima persona que se me declarara le diría que sí, fuera hombre o mujer. Ella se rió un poco y dijo que mejor fuera un hombre, como si eso fuera lo correcto o lo esperado. Yo le respondí: “¿Y qué tal si es una chica?”... y ahí cambió todo. Se enojó. Me miró con una mezcla de sorpresa y molestia, y me dijo que entonces para qué le decía eso.
Desde ese momento sentí una especie de muro entre las dos. Yo solo quería hablar, que me entendiera, que me escuchara sin juzgarme. Pero no sé cómo pedirle que me acepte si ni siquiera le he dicho toda la verdad.
Porque la verdad es que me gustan las personas, sin importar su género. Siento una conexión más fuerte hacia las chicas, sí, pero también puedo enamorarme de alguien por lo que es, no solo por lo que aparenta. Y eso no me hace mala persona, ni confundida, solo… humana.
A veces pienso que si muriera mañana, me dolería no haberle dicho quién soy realmente. Que me dolería no haber tenido el valor de mirarla a los ojos y decirle: “Soy pansexual, mamá, y está bien. No tienes que entenderlo todo, solo quiero que me aceptes”.
Ojalá algún día tenga el valor de hacerlo, antes de que sea demasiado tarde.
"Yo antes de morir quisiera tener el valor de mirarla a los ojos y decirle que soy pansexual, que me gustan las personas por lo que son, y que solo quiero que me acepte tal como soy."
