Pensamientos claros y corazones abiertos

Lo más mortal

Te apoderaste de mi ser con crueldad y toxicidad,

mas no podía dejar tu crueldad, que se convirtió en un capricho

igual a una soga que se volvió serpientes susurrante a mi oído.

En vez de escuchar palabras, podía sentir que tu voz mordía mi estribo

y sus gotas de veneno, ahora, recorrían por mi torrente sanguíneo.

Matando las endorfinas que hay; dejando mi cordura en un estado vegetal.

No sé, pero me agrada ese veneno, y no sé si es por miedo o por engaño

ya que nunca tuve aprendizaje sobre eso,

mas fuera lo que fuera sabía que nada estaba bien,

rara y llamativamente no me importaba

aunque seguía cayendo en una obvia trampa.

Era incrédulo, estúpido y terco; maldigo mi nobleza e inocencia, las cuales al ser heridas

se convirtieron en rencor y envidia

que se trasformaron en un elixir

más mortífero que tu interés.



#17854 en Otros

En el texto hay: poesia, versos, original

Editado: 01.03.2021

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