Lino mayestático luce entre la hierba
holla la tierra y a las plantas remueve de su lugar
berrea y al ambiente profana la dulce melodía de la nada
con soberbia ingresa al dulce manantial
y picara demuda su semblante para exponer toda su mansedad.
En las noches de luna no podrá dormir
y a causa de su mucho insomnio
la belleza huirá con su propias alas de ella.
Búrlense del ganzo ahora
córtenle las alas
y amárrenle la boca;
arrójenla al pozo seco y séllenlo.
Soledad y desconsuelo llora todo el tiempo el presuntuoso ganso
y hoy en día se pueden seguir escuchando sus graznidos en ese pozo
alborotado porque su encanto inmaculado
se esfumó.