pensamientos de un cenicero

espectros y felicidad

Una noche he pintado pequeñas piezas de mi vida, he puesto el cósmico lugar de mis recuerdos en el rincón de la oscuridad. Espectros sigilosos van entrando cuando la tristeza toma mi personalidad. Ellos con sus caras tristes, con cara de reyes ahorcados, con el semblante rasgado.

-Necesitas otro desamor – dicen – necesitas otra traición.  Oh ¡necesitamos, necesitamos el dolor!

La desesperación los agobia, sus respiraciones con gritos atormentadores. Están hambrientos como siempre. Han llegado por que sintieron mi nostalgia. Mas no mi dolor.

-Ya no hay mujeres para eso muchachos. Tomen sus maletas y vuelen. – les digo.

Sus caras aburridas y el sonido de sus llantos se van acabando cuando tomo mi pincel y me dirijo a otro lado de mi pared. Empiezo a pintar de nuevo, esta vez, con mis recuerdos aun en mis ojos, retrato lo que siento, una tonalidad tranquila toma mi ser. Los espectros observan mientras mis tintas y pincel calcamos lo que esta mi cabeza. Y voy imaginado y me voy dejando llevar por la chispa: el rostro lo recuerdo bien. Sus ojos los recuerdo, sus labios y su sonrisa las recuerdo muy bien. Su tono piel, sus mejillas y su bello cabello. Cuando terminé de pintarla sentí algo nostalgia ciega. La tribu de los espectros se acerco a donde yo estaba.

- Venga! ven con nosotros poeta Bago. – dijo alguna voz.

- Se equivocan conmigo, el dolor no me hizo persona. – les señale la pintura – ella la ven, ella me hizo persona. Ella es a quien necesito.

Los espectros se miraron entre si, tal vez por un momento no comprendían mis palabras.

- ¿Por qué tanto esmero por esta mujer?

- Ustedes comedores de dolor no comprenden. Por parte de la historia solo hay tristeza y dolor. Pero fuera del dolor queda un pedazo de felicidad. Sea mínimo se vuelve luz en el pasado.

- ¡No hay luz en el pasado! – gritaron en coro.

- Hay cosas que quedan como un lindo recuerdo. No toda la historia es dolor. La gente solo quiere saber quien tiene mas dolor.

- Cada vez que recuerdas a las mujeres con las que haz estado llegamos a ti. Sentimos el dolor de tu conciencia, antes nos alimentabas con el dolor que te dejaban aquellas mujeres.  ¿Que hay de diferente en aquella mujer que pintaste? – dijo alguien

- Ella es la luz que les menciono. Lo que es contrario a lo que son ustedes. - Les dije

Aquel rostro pintado me miraba con esa sonrisa que tanto cuide, que tanto me enamoro. Sonreí al recordar su imagen mil veces en mi memoria, ella era el verdadero valor, astucia, el respeto y la libertad del arte. Ella era amor con el conteo del uno al quien sabe que numero. Los espectros nos miraban, ellos sabían bien que no era como ellos. Mi dolor era felicidad, aunque ellos no lo creyeran.

-Maldito poeta Bago, estas loco por aquella mujer que idolatras sin que este a tu lado. – Dijo algún espectro.

- Solo vean, su bella y cariño. Quien no recordaría lo único que te hizo feliz.

Aquellos que estaban observando gritaron y gritaron. Yo no era parte de su tribu. Yo no era como ellos esperaban. Se marcharon entre sonidos torturadores. Me senté y escribí un poema. En las orillas de mi cuarto hay un rostro pintado que esta lleno de magia, pasión y vulnerables tiempos de felicidad.

 

 




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