Sentía, cómo cada insulto hacía mella en mi cerebro.
Sentía, cómo cada golpe dañaba una parte de mi cuerpo.
Sentía, cómo esa persona se creía mejor que yo.
Sentía, cómo él me golpeaba por ser diferente.
Sentía, cómo el miedo me inundaba.
Pero, más sentía las ganas de liberarme y sobrevivir.
Sentía, las ganas de luchar y vencer.
Sentía, que con cada golpe y cada insulto lo hacía porque yo era mejor que él.