Mi mente se ha vuelto inestable cada vez que te imagino desnudo en mis sueños despiertos. Parece que la tela que cubre tu cuerpo solo es lencería para hombres, no puedo verte como el ángel caído de los cielos, más bien como el demonio que se apodera lentamente de mis deseos obscenos.
El sabor de tu piel y el perfil de lo oculto persigue mi boca, aún te siento en ella.
Sabes a ambrosía, exquisitez manchada de imperfecciones y lágrimas saladas.
Si con mi lengua pude probar la ensalada griega del volumen de tu ser, no sé que otros gustos pueda encontrar mi paladar para que siga perturbando mis días fértiles.
Sí, eres una dulce tentación de chocolate blanco, me haces querer aventurarme a ti... A las sensaciones que tu lengua libidinosa descubre por mis partes sensibles. Aun estando deseosa de más, me abstengo a tu pecado.
No porque no quiera, sino por la poca cordura que me queda.
Sigues divagando por mis carriles e incluso riendo de los pocos nervios que se adhieren a mí. Somos dos vírgenes buscando ser desvirgados por la constante búsqueda del placer.
Te veo en mis caminos disuelto por los espacios, en el frío del viento y en los más profundo de mi errático corazón. Escudriñando el lóbulo de mi oreja, mordisqueando los caprichos de las torres gemelas y danzando en mis recuerdos... La viva imagen del desabrigo de tu piel.
Pueden seguirme en instagram como @Karolineehadas donde estoy subiendo estos cuadritos.
¿Cómo la están pasando en esta cuarentena? ¿Descubrieron algún hobbie nuevo?