En muchas ocasiones los rayos de las tormentas se lleva la luz eléctrica con ellos. Las pocas opciones disponibles para iluminar la oscuridad son:
Una vela, encendedor, linterna y tú. Con todo en negro, solo hace falta sentir con la mente y las manos tu cercanía para vislumbrar el camino. Si un rayo vuelve a sonar, ya no es necesario... porque al caminar por el asfalto mojado, la calle reluce con tu luz genuina y sobre nosotros los faros de luz se vuelven a encender. Así eres de mágico, espontáneo y natural, me vuelves lo negro, blanco por esa y mil razones más, te amo.