Latido de Vida
Primera parte
Es el año 2019, sigo escuchando su latido en medio del campo de batalla, peleando una guerra que no sé si se puede ganar o perder. Imágenes de las personas que amo recorren mi mente sin dejarla en paz, pero, ¿qué paz puedo desear cuando hay guerra a mi alrededor? Creo yo que es un pensamiento en vano, un pensar sin razonar, pero para que entiendas lo que digo, debo empezar desde el comienzo.
Todo comenzó cuando yo tenía 16 años, exactamente en el año 2015. Fue cuando “nacieron” los primeros sentimientos verdaderos de amor. Si, en la adolescencia, es mi opinión obviamente. Yo sabía que me había enamorado de ella desde los 12 años, pero no diferenciaba si era amor verdadero o solo era un sentimiento propio de la edad, en fin. Ella, la chica de la que hablo en esta hoja se llama Alma, que justamente significa “la de corazón cálido”. Su significado resumía su ser: Alma era todo lo bueno en mi vida, más aún, nunca me animaba a confesarle que la amaba. Pasábamos todo el rato juntos, escuchando música, hablando de distintos temas cada día. Luego me tocaba ser a mí el que tenía que consolarla con cada frustración que ella tenía en el amor, escuchándola hablar de cómo sufría de desamor con los chicos que conocía, como sus padres no la entendían, y como ella se refería a mí: “su mejor amigo, como un hermano”. Son las mejores y peores palabras que puede escuchar un chico, no sé si me entienden a lo que me refiero.
Escribía poemas en nombre de Alma, escuchaba canciones soñando con ella, con poder besarla, poder casarme, poder formar una familia. Estar con ella en sus peores momentos no, porque ya lo hacía. Yo estaba en Alma y Alma estaba en mí, pero atención, antes de juzgarme o tomarlo como “un emocionado, un ilusionado”, por todo lo que dije anteriormente (“de formar una vida con ella”). Eso no era imaginación mía, yo sentía que también Alma me amaba tanto como yo a ella. Creía que era un amor recíproco, pero los dos teníamos el mismo problema: la cobardía. Por un lado, yo no quería perderla como amiga, miren si me confesaba con ella y me rechazaba, y todo lo que me había imaginado de que me amaba era solamente una ilusión mía. O peor aún, quizás ella sentía lo mismo, pero a la larga no funcionaríamos como pareja, y terminaríamos en un vacío sin emociones y sensaciones de amor, en una rutina, esa es la palabra indicada.
Mientras pasaba este “problema” amoroso, en la tele, en las noticias, circulaban rumores de una tercera guerra mundial entre Estados Unidos y Corea del Norte, pero a esas “cosas” no le daba importancia. Las guerras siempre fueron guerras. Mientras tanto, los ojos del mundo estaban puesto en estos dos países. La alarma de una posible tercera guerra mundial estaba aterrorizando a las personas y sociedades del planeta. Una vez dijo una persona: “No sé cómo será la tercera guerra mundial, sólo sé que la cuarta será con piedras y lanzas". ¿Tendrá razón?, ¿por qué habrá dicho eso? ¿Sólo estaba imaginando?, no tengo respuesta alguna, a pesar de todo esto, la vida continuó como siempre.
Noviembre del año 2017, estoy a punto de cumplir mis 18 años (en diciembre exactamente). Las tensiones de una posible guerra aumentaron exponencialmente desde el 2015. Ahora, a esta disputa se agregó Rusia, China, Francia e Inglaterra. Por otro lado, no pude, o en realidad no pudimos confesarnos entre Alma y yo que nos amamos. Si ya lo sé, soy un fracasado por no ser el primero. “Pero sí, lo voy hacer en mi cumpleaños 18”, faltando 3 días para mi cumpleaños, había tomado coraje y le iba a confesar que la amaba, entonces fui hasta su casa…
(Respiré profundo, dejé que el suspiro de mi aire baile con el viento y dije)
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Editado: 09.02.2022