Pensamientos escritos de una Almendra

Miércoles, 2 de septiembre de 2015

Volví a caer en tus brazos, inevitablemente.
Volví a caer en tu infierno, mi paraíso.

Sería poco que te pida que no me hagas esto, pues tengo ganas de cambiar y no quiero —como tampoco pretendo- estar con nadie más.

Sin embargo, ¿por qué siempre me abrazas al final del día y me miras a los ojos como implorando algo?

Como si trataras de...
Ugh.

¿Sabes? Debo admitir que soy débil frente a ti, antes fuimos pareja y ahora jugamos a ser simplemente amigos.

¿Acaso eso tiene algún tipo de sentido o te estás divirtiendo a raíz de esto?

Si tu respuesta es un efímero sí, entonces es mejor que te alejes. Para no volver a sentir tus besos, abrazos o esas miradas tontas que me lanzas.

Quiero huir, desligarme de ti, mas parece algo imposible si estás cerca.

¿Acaso es esto un juego más?




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