Extraño, y es extraño.

Extraño la sensación de sentirme amado aunque nunca la tuve,
extraño el toque de otra alma y el querer de otro corazón.
Extraño el sentimiento de pertenencia que secuestró mi felicidad,
extraño que me tome suyo y no ceda a otro ese lugar.
Extraño el amor que profesé aunque sea despreciado,
extraño las mariposas en el estómago y los nervios que me atontaron.
Extraño tanto y es extraño repetir lo mismo,
pero otra palabra no puede representar esta emoción de nostalgia,
que existe en mi pecho y crea un nudo en mi garganta.
Puede que deje de extrañar tanto lo que nunca tuve,
pero ese momento de ensueño excede aquello que fue mío,
y no me permite dejar de extrañar lo que quise creer tener.
Puede que deje de ser extraño el dejar ir este peso,
pero mientras exista lo cargaré en mis hombros,
y seguirá siendo extraño por mucho que el tiempo pase.
Porque las cosas cambian y yo también lo hago,
pero te extraño y es extraño,
que no pueda soltar lo que queda de nosotros,
porque sería aceptar que nunca existió.