Toda la vida me habían dicho que era importante amarse a uno mismo para luego ser amada. Debo decir con toda la seguridad que tengo que es la mentira más grande que me hayan dicho, porque yo fui amada sin amarme.
Me lo había encontrado una vez en la calle, y cuando lo vi no me pareció interesante, solo alguien más conviviendo en la misma ciudad. La próxima vez lo vi en la biblioteca. La próxima vez en la universidad.
La próxima vez, a la vuelta de la esquina.
Yo no era la gran cosa, y sin dudas si me miraba en un espejo no encontraba algo admirable, así era, ninguna modelo de revista, solo una chica más.
Por eso cuando él me dijo que me quería, no le creí del todo. Cuando me dijo que me amaba, mucho menos. Mentiras y más mentiras.
Si no me amo, no puedo ser amada, lo repetí todo lo que pude y aún así no me lo pude creer.
Entonces, como toda tonta, decidí que era mejor ser boba y crédula a seguir tratando de convencerme y lo dejé a él mentirme y creérmelo.
Si no me amo...sí puedo ser amada. La mentira más bonita puede cambiar vidas.
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