Pensando en ti

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Aquel día cargue mi celular y me fui a dormir. El sábado prácticamente desaparecí y solo les conteste a mis amigos. Lo gracioso es que dos de mis amigos tienen la misma edad que él y mis dos amigas mi edad y eso porque uno de los chicos es su primo que nos hicimos un grupo de amigos que rompe la brecha generacional. El domingo me anime a seguirlo en su cuenta de instagram con la excusa de “tengo su chaqueta, Thomas, lo siento” “¿Cómo se la puedo devolver?”

Pasaron un par de minutos y no contesto por lo que me mortifique en mi patético silencio. Ordene una pizza en la noche y escribí en el grupo de mis amigos para que vinieran a verme. Mi grupo era de 5 personas contándome a mí, nos conocíamos desde el colegio con Hannah y Roger,  el primo de Hannah, Sam, es muy cercano a ella por lo que cuando salíamos lo hacíamos con él y su mejor amiga Maggie.  Nos conocíamos hace más de 5 años, somos como una familia. Y no es que en la universidad no tenga amigos, pero más que compañeros no pasan.

Luego de que todos dijeron que no podían comí pizza triste y sonó mi celular.

“Sería extraño que me la devuelvas en clases o en la universidad”

Por un momento mis cables se cruzaron en mi cabeza y pensé que hablaba con un chico al que acababa de conocer y que me gustaba y respondí INMEDIATAMENTE  (como si hubiera esperado el mensaje todo el día, patético) “¿me estas invitando a salir?”

Lo siguiente era yo buscando en internet como borrar un mensaje en instagram, muy asustada.

“jajaja no” “trato de decirte que no te preocupes, podrías dejarla en la tintorería y yo paso por ella ¡Y YO PAGO la lavada!”

Me empiezo a tranquilizar cuando llega el otro mensaje

“Pero siempre puedes esperar de nuevo en la lluvia, jajaja”

Suspiro encantada y triste, porque me encanta.

“La tintorería es mejor opción y yo la pago no se preocupe” “Gracias de nuevo” le envío un emoji de corazón y veo que leyó el mensaje y me dejo en visto.

Repito triste.

Los lunes, miércoles y jueves tengo clases con él. Y hoy es lunes, hago lo mejor que puedo conmigo, dejo mi pelo suelto que era de tamaño mediano y ondulado, me pongo rímel en mis ojos, un poco de rubor  porque estaba pálida y un labial rojo oscuro  en mis labios no delgados ni gordos, me vi en el espejo, me veía bien. Agarro mi bolso y guardo un pañito de papel porque desde el viernes tenia tos, pero para hoy había disminuido. Decido que hoy no voy a devolver la chaqueta, pero tampoco la puedo usar, así que la dejo en mi departamento y me voy.

Camino hasta la parada de autobús y de suerte el bus llega al instante. Día de suerte, espero que siga así.

Llego a la universidad y camino hasta el salón, encuentro a mis otros amigos y me siento junto a ellos.  Nos faltaba un año para salir como psicólogos, lo cual era sensacional.

  • ¿Y comiste tu pizza el viernes? – me pregunta Carol –
  • No – suspiro – ni si quiera podía regresar a casa –
  • No ¿por la tormenta? – pregunta Erick –
  • Sí, luego cogí un taxi – digo evitando decir que fue el profesor quien me llevo – pero la pizza la comí ayer, sola con mi soledad –
  • Bueno toda salió bien finalmente – se ríe Erick –
  • ¿qué hicieron ustedes el fin de semana? – pregunto –
  • Nada, dormir, comer, ver series – dice Erick
  • Fui a visitar a mis abuelos – sonríe Carol – además conocí a un chico muy guapo – Erick y yo intercambiamos miradas -

No puedo decir más porque llega el profesor Thomas, es estricto, tiene reglas: no hacer ruido, atender e ir al día con el texto. Mientras va explicando, suele hacer chistes para mantenernos conectados y es el único momento en el que se ríe con nosotros.  Empieza tomando asistencia y luego empieza. Thomas era el encargado de dar la materia de Psicodiagnóstico, así que muchas veces para hacer practica la clase recurría a los casos que el había tratado.  Atiendo como siempre, pero en un par de ocasiones fantaseo con que pudimos besarnos en su carro y luego lo invitaba a subir a mi departamento y bueno… retomo la clase cuando está hablando de un caso.

Se acaba y no sabía si acercarme a decirle algo, como si fuéramos amigos, pero supongo que si no podíamos tener una relación íntima con él, tampoco quiero ser su amiga porque igual iría en contra de las reglas. Así salgo de la clase sin más, caminando al otro salón donde tendría mi otra clase con Mónica, la más aburrida debo admitir.

  • ¿Quieres salir conmigo? – pregunta Carol – mi chico dice que tiene un amigo para presentarte –

Thomas pasa a lado nuestro, caminando con el teléfono en la oreja, nuestras miradas chocan, su mirada parece un poco enojada y siento la chispa de nuevo, a pesar de eso. Pero dura segundos y sigue su camino, mi cabeza loca dice que ha escuchado nuestra conversación y por eso tenía esa mirada gélida.

  • ¿Qué dices Summer? – pregunta Carol –
  • Sí, sería genial – respondo –



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En el texto hay: prohibido, amor, profesoralumna

Editado: 29.03.2020

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