Pensando en ti

7

  • La boda será la otra semana – dice Maggie –
  • ¡¿Qué?! – gritamos todos –

Había pasado dos semanas desde que se comprometieron y salen con esto. Estábamos reunidos en mi casa, Maggie, Sam, Roger, Hannah y Michael.

  • Hay un lugar con el que ambos soñamos, es una pequeña hacienda que tiene un lago precioso, en la noche todo se alumbra y es la mejor vista que tendrán – dice Maggie-
  • Además que fue el lugar donde nos conocimos – menciona Michael – Pero siempre está ocupado, entre convivencia, retiros espirituales, boda y sin número de eventos… resulta que tienen un espacio la otra semana y ellos se encargaran del decorado del lugar –
  • Y ya todo está pactado antes que empiecen a molestar – dice Maggie – Y queda súper perfecto con el viaje de la Luna de Miel, que será luego de la boda –
  • ¿entonces solo llegamos y nos vamos? –pregunta Hannah intentando no provocar la ira de Maggie –
  • No… reserven sus agendas, porque serán tres noches y dos días, el viernes y se van domingo – chilla emocionada Maggie – está todo planeado, el viernes iremos  haremos la despedida de soltero ahí, sábado cena de compromiso y ensayo, domingo casamiento – sonríe tanto, que parece que va a explotar –
  • ¿Despedida de soltero? – pregunta Sam –
  • Sí – menciona Michael – será solo una fiesta de bienvenida a la mejor aventura de mi vida – Mientras Maggie sonreí, Sam y yo pusimos cara de asco; y Roger y Hannah hicieron al coro un sonido de ternura –

Seguimos hablando de la boda, hasta que se hace de noche y se tienen que ir. Quedamos en ir mañana a comprar el vestido y organizar los últimos detalles que faltan.

Era viernes, así que faltaba exactamente una semana para que una de mis mejores amigas se case. Asisto a mi única materia del viernes con Joey, él es un profesor de quizás la misma edad de Thomas y era demasiado relajado, y le encantaba dar su clase. Siempre esa clase era pura risa y enseñaba bastante bien. Cuando se acaba, salgo y me topo con algo realmente alucinante.

Thomas se encontraba charlando con una chica, muy linda… muy linda. Se reían a carcajadas, Joey se acercó a ellos entusiasmado a saludar a la chica. Estoy viendo la escena sintiendo que mi corazón se hace pequeño, mientras ella le agarra su mano. Está riendo y se da cuenta de mi presencia, estoy lo suficientemente cerca para que me vea, pero no para escuchar lo que hablan.  Cruza su mirada conmigo, me giro poniendo mi teléfono en la oreja intentando disimular.

Siento que mis ojos se llenan de lágrimas y me siento en el suelo del pasillo, afuera del salón, intentando calmarme. Inhalo y exhalo, una vez que he logrado tener mi semblante neutro, me levanto y hago una llamada.

Ellos ya no están ahí. Y Sam me contesta.

  • Sum – dice en forma de saludo –
  • Hola – le digo sonando casual, quedándome en silencio –
  • ¿Dónde estás? – pregunta un poco preocupado –
  • Voy a coger el bus para llegar a mi casa –
  • Sum ¿está todo bien? – pregunta y ahí siento mis ojos llenarse de lágrimas de nuevo –
  • ¿Cuándo nos podemos ver? 

Para salir del edificio, es necesario pasar por el edificio de secretaria, donde está el área administrativa y los cubículos de los profesores. Tenía miedo encontrármelo, que humillación.

  • Puedes venir a mi casa ahorita – menciona Sam
  • ¿Puedo quedarme a dormir? – pregunto – No quiero suicidarme hoy
  • Summer – escucho la voz de Thomas atrás de mí, saliendo del edificio –
  • ¿todo está bien? – pregunta Sam en el teléfono –
  • Sí te llamo luego – digo y cuelgo – Thomas, hola, no lo vi – sonrío con cinismo –
  • Puedes venir un momento a mi oficina, hay algo que quiero comentarte – dice él –
  • Voy a regresarme en bus y si no salgo ahora, no voy a encontrar – digo –
  • No te preocupes por eso – sonríe - ¿vienes? –

A regañadientes lo sigo a su oficina, no quería verlo. Era una rata traicionera y en este punto, no entendía que era lo que quería de mí, quizás jugar o cumplir una fantasía sexual.

Cierra la puerta cuando entro, me siento en las sillas que estaban delante de su puesto.

  • ¿Qué estoy haciendo aquí, Thomas? – le pregunto cansada –
  • Quería hablar sobre lo que pasó hace un par de semanas – dice sentándose en el escritorio diagonal a mí –

¿Por qué ahora?... de seguro era la novia y no quería que le diga nada. Me levanto, agarrando mi pequeño bolso.

  • No le diré nada a nadie, ni a su novia, puede quedarse tranquilo, profesor – lo digo intentando sonar cordial, pero suena más a palabras llena de odio y enojo –

Me dirijo a la puerta y él ágilmente, cual gato, se pone detrás de mí colocando su mano en la manija de la puerta, volteo para encararlo.

Quería gritarle que él era un mal “amigo”, que era un terrible profesor por sobrepasar los límites entre profesor y alumna, quería gritarle que era un imbécil por enviarme señales equivocadas, que me hicieron confundir, creyendo que nos gustábamos. Quería que sienta mi dolor, pero estaba tan cerca de mí cuando gire, que me quede paralizada.

Pone su otra mano, sobre la puerta, dejándome atrapada entre sus brazos, lo que no me molesto siendo sincera.

  • No debería importarte, Summer – menciona, sacando su mano de la puerta para ponerla sobre mi mejilla, acariciando con su pulgar mi labio – Te dije que no tenía novia, es una vieja amiga del doctorado – parece distraído viendo mi labio mientras habla

Sostengo su mano para que deje mi cara, quedando agarrados de la mano.

  • ¿Tu amiga o tu ex novia? – sé que parezco una loca reclamándole a alguien que no es mi novio, que es mi profesor, sobre estas cosas, pero él ya había roto todo lo que pudo quedar de una relación estudiantil
  • ¿por qué te importa? – pregunta –
  • ¿Por qué me sostienes la mano? –
  • ¿Por qué no te apartas? –



#8633 en Joven Adulto
#34099 en Novela romántica

En el texto hay: prohibido, amor, profesoralumna

Editado: 29.03.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.