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Maggie estaba llorando y solo faltaban 30 minutos para que empiece la boda.
- Ya para, por favor – le dice Hannah, pasándole pañuelos –
- ¿Cómo está la novia más preciosa? – entra Roger contento por la puerta y se detiene en seco cuando la ve llorando - ¿Qué pasó?
- Está nerviosa – le comento, sentada a un lado de ella –
- Pues haz tu magia de psicóloga y haz que deje de llorar – dice Roger acercándose inmediatamente a ella para intentar tranquilizarla –
- No soy bruja, estúpido – me levanto para beber de la limonada que está en el pequeño refrigerador del cuarto y pasarla una vaso con agua a mi amiga lagrimas –
- Puedes decirme ¿Por qué lloras? – le dice Roger que parece el más calmado de nosotros –
- El vestido se me ve feo, el maquillaje esta horrible, el peinado no me gusta, cocino malo y nunca podré hacerle una cena romántica a mi esposo – dice sollozando Maggie –
- Te ves hermosa en el vestido porque eres hermosa – le dice Hannah acariciando su cara – no necesitas de ese maquillaje, si quieres te lo quitamos-
- Y el peinado si no te gusta llamaremos a la estilista para que te haga otro – menciona Roger tomando su mano –
- Y si quieres podemos tomar un curso juntas de cocina – le digo dándole el agua – todo está bien… estoy segura que cuando Michael te vea, ni si quiera va a poder aguantarse las ganas de llorar –
Parece que le di en el clavo porque me mira atenta.
- Michael está ahí esperándote porque te ama y porque para él eres la mujer más hermosa y maravillosa que puede existir… además para el final de la noche lo único que va a querer es quitarte el vestido, el maquillaje se correrá, terminaras despeinada y lo último en lo que va a pensar es si sabes cocinar o no… porque tienen toda la vida para aprender el uno del otro y en especial esta noche va a estar teniendo sexo que haciendo otra cosa – le digo divertida-
Por fin ha dejado de llorar y sonríe asintiendo con la cabeza. Le ayudamos a retocar su maquillaje y decide que le gusta su peinado y vestido. Está contenta y eufórica.
Esta hermosa con su pelo suelto mediano muy bien ondulado, su maquillaje “natural” y bello vestido blanco, que hacía muy buen contraste con su bronceada piel, tenía tiras y un escote en v, apretado en la cintura y lo demás suelto y muy poco esponjado. Como era una boda en el lago su velo era cubierto por flores blancas, como una corona de flores.
Por otro lado Hannah y yo teníamos estos atuendos de dama de honor de color rosa palo, largos, sin mangas y que abre del lado de la pierna izquierda. Así mismo de pelo suelto y maquilladas al natural. El cabello de Hannah era más corto y rubio, por tanto ella se los había planchado, mientras yo me forme mejor las ondas en mi mediano cabello castaño.
- Es hora chicas – dice Sam con su bello traje gris, al igual que Roger, cuando entra a la habitación – y novio, que no sabía que estaba aquí
- Ay… tengo miedo y si me caigo – parece que va a entrar en crisis otra vez –
- Dios, eres la novia más bonita que he visto – dice Sam, acercándose a abrazarla –
- Gracias – dice ella –
Se abrazan por un largo rato y luego de un momento nos unimos al abrazo.
- Antes de salir, solo quiero decirles que siempre serán mi familia y que en serio agradezco al cielo haberlos encontrado a cada uno de ustedes, que hace mi día a día más llevadero, los amo chicos – hoy somos todos una caja de emociones andantes… todos tenemos cara de llorones –
- No más lagrimas – dice Hannah, limpiándose su lagrima – es hora de salir y que te cases ¿me escuchaste? Todo va a salir perfecto –
Sin más preámbulos salimos de la habitación. Los chicos avanzan inmediatamente del lado de Michael, porque eran sus padrinos, así mismo nosotras del lado de la novia. Empieza a sonar la típica melodía de la entrada de la novia al lugar y ahí venia Maggie toda regia, sonriendo. Veo la expresión de Michael y en serio está a punto de llorar.
Busco a Thomas entre las personas, sentadas al frente del lago y ahí estaba sonriéndome, le devuelvo la sonrisa.
El resto de la ceremonia fue muy rápida y en un abrir y cerrar de ojos, los declararon marido y mujer, se están besando y todos aplauden. Pasamos al patio cubierto que tenía muchas decoraciones de encaje blanco, luces blancas, servilletas blancas, flores blancas, todo blanco. Ha empezado la fiesta.
Me acerco a Thomas y le sonrío.
- Hola, galán –
- Hola, hermosa – dice él –
- Estoy cansada – le digo –
- ¿de qué? – dice divertido - ¿de ser tan guapa? – me rió por su broma –
- De los tacones – menciono y nos vamos a sentar en mi mesa que compartía con mis demás amigos, él estaba ubicado con Calum y sus padres, Maggie y Michael tenía una mesa para ellos solos –
- Hola Tom – le dice Roger a Thomas –
- Roger – saluda él –
- Te voy a contar un chiste y tu dime si es gracioso o no, porque Hannah dice que no lo es – lo miro incrédula – te doy permiso para que escuches tú también –
- No quiero, gracias –
- Bueno ya no es una petición, es una orden – me dice él, nos reímos y quedo mirando a Sam -
- ¿Puedes controlarlo? –
- Tú lo llevas conociendo más tiempo y no lo lograste – replica Sam –
- Ok, aquí les va el chiste ¿Qué le dice una pila a otra pila? – pregunta Roger –
- ¿por qué me torturas de nuevo? – pregunta Hannah –
- Es tu pila – se ríe a carcajadas, contagiando a Sam y finalmente a mí –
Thomas me mira como me rió, con una sonrisa en la cara.
- No los conozco, en definitiva – dice Hannah, dejando la mesa, para acercarse a Calum –
- Ni si quiera me dio risa el chiste – les digo – fue tu escandalosa risa –
- Tranquila, Summer, nadie te juzgará por reírte de eso – me dice Thomas -