Pensando en ti

11

Me levanto acurrucada junto a Thomas, definitivamente esto estaba muy bien. Agarro mi celular para mandarle un mensaje de mi mamá diciéndole que ya estaba en casa y que la boda estuvo preciosa, cuando siento que Thomas se ha despertado.

  • Buenos días – dice estirándose, Kira y Milo (los gatos) se empiezan a estirar también, quienes durmieron con nosotros en la cama –
  • Te he dicho que me encantan tus gatos – le digo –
  • ¿A quién no le encantarían? – dice abrazándome – nunca me había sentido así de bien – comenta y beso su cabeza –
  • Pues diré yo también, porque es muy temprano para las cursilerías – me hace cosquillas en el estómago y los gatos se asustan un poco de la situación por lo que se van del cuarto –
  • ¿quieres comer? – pregunta dándome un pequeño beso en los labios –

Desayune con Thomas y luego me llevo a casa, donde se despidió de mí.

Me volví a dormir luego eso y finalmente me desperté con la hora justa para vestirme y salir. Cuando llegue a la parada de bus, el bus iba llegando así que todo iba saliendo bien hasta ahora. Hoy pediría pizza para empezar bien esta semana.  He llegado a la universidad y voy caminando por la facultad cuando escucho que alguien me llama.

  • Summer – escucho una voz lejana y muy conocida - 
  • ¿Gastón? – digo extrañada cuando lo veo en la facultad –
  • Qué bueno verte –
  • ¿Qué haces por aquí? –  pregunto confundida, Gastón había empezado estudiando conmigo, Erick y Carol, pero se había retirado hace un año cuando termino conmigo -
  • Estoy haciendo el proceso de inscripción para el semestre que viene – dice él – que bueno verte – repite y miro para los lados, cruzando miradas con Carol, quien tiene los ojos abiertos de la sorpresa –
  • Si, bueno, yo tengo clase – digo – chao –

Me agarra del brazo, para abrazarme y Carol se acerca inmediatamente al ver mi cara de horror.

  • Hola, tu – dice ella –
  • ¡Carol! –me suelta para abrazarla a ella, miro en dirección a los salones de clase, donde veo la figura de Thomas mirando en mi dirección –
  • Ya está el profesor – digo agarrando el brazo de Carol – y no me vuelvas a abrazar, por favor – le digo de mala gana a Gastón –

Caminamos y ya llegando al salón de clase me pregunta sorpresiva en un semi grito.

  • ¿Volviste con Gastón?  - entramos al salón donde captamos la atención de Thomas y de otro compañero que estaba ahí –
  • No – digo lo suficientemente alto para que quedo claro para todos en el salón –
  • ¿Qué hace aquí? – pregunta ella en voz alta –
  • Señoritas, por favor no griten – dice Thomas –
  • Disculpe –
  • Voy al baño – le digo a Carol –

Le mando un mensaje a Thomas “No he vuelto con nadie”

Me responde casi al segundo “¿Quién es ese chico?”

“Es mi ex, pero no hemos vuelto”

“¿Pero si quedaron en verse aquí?” y sé que no está de buen humor 

“No, todo es un mal entendido” “él está aquí intentando inscribirse”

“¿Por eso lo abrazas?” y supongo que esta celoso

“Es todo un mal entendido” “Él me abrazo”

“Hablaremos después en persona”

Me quedó un momento en el baño intentando procesar lo que ha ocurrido, para luego ir a clase. El salón ya estaba casi lleno cuando entre. Está tomando asistencia y ya ha saltado mi nombre,  me acerco al escritorio para pedirle que me ponga asistencia.

  • ¿Puede ponerme asistencia? – pregunto -
  • Ya paso el tiempo – dice él, usualmente dan 15 minutos los profesores para que lleguemos a tiempo y habían pasado dos minutos de eso –
  • Solo han pasado dos minutos – le digo un poco incomoda, esperando que nadie haya notado esto –
  • Lo siento – dice él cerrando el sistema de asistencia – llega temprano la próxima vez –

Regreso a sentarme y estoy un poco enojada, por no decir mucho, intentando ser compresiva. Se encontraba de mal humor, de esos días en los que tienes que fingir que estás muerto para que no te mate él.  Al finalizar la clase es el primero en salir de ahí. Salgo junto a Carol para ir a la siguiente materia con Mónica. Me doy cuenta que Erick está aquí con nosotras y recuerdo que ellos dos dijeron que estaban saliendo.

  • ¿era cierto que ustedes dos están saliendo? – pregunto curiosa –
  • Sí – dice Carol, besando la palma de la mano de Erick –
  • Wow, felicidades – digo sonriendo – hacen bonita pareja –
  • ¿Qué hay de ti y Gastón? – pregunta Erick –
  • No hay nada ¡Dios! – digo enojada –

Regreso a mi casa frustrada y enojada, alrededor de las diez, no aguanto  y llamo a Thomas.

  • Hola – responde él –
  • ¿puedo ir a tu casa? – le pregunto porque quería hablarlo en persona y ver a los gatos –
  • Ahora no – dice Thomas –
  • Es un mal entendido – digo – nos encontramos de casualidad –
  • Te creo – dice él – pero ahora no puedo hablar – me cuelga sin más –

Idiota

Era martes y sabía que era el día de arreglar mi casa, pero estaba decaída por la estúpida escena de ayer. Le pregunto a mis demás amigos si están libres, porque quiero hablar con ellos, pero están ocupados, sin contar que Maggie nos ha bombardeado de fotos de su luna de miel.

Así que regreso a dormir. Me levanto al medio día cuando escucho golpes insistentes en la puerta y supongo y espero que sea Thomas.

Me dirijo a abrir la puerta y se trata de Thomas.

  • Hola – le digo intentando ocultar mi enojo –
  • Hola – se sienta en el sofá, dejando su abrigo en el mesón, mientras yo cierro la puerta –
  • ¿puedo explicar lo de ayer, de una buena vez? – pregunto –
  • Ayer cuando llamaste estaba en una reunión y te conteste para que no te preocupes y para que yo no me preocupe de si me llamabas para hablar o para pedir auxilio – dice encogiéndose de hombros –
  • Ok –digo sentándome a su lado –
  • Necesito tiempo – lo lanza él nervioso –
  • ¿Tiempo para qué? – pregunto confundida –
  • Ayer cuando estábamos en clases… no podía separar el enojo que sentía por ti, de ti como mi estudiante y del resto de la clase –
  • Bueno es comprensible… estamos saliendo, Thomas – digo tocando su brazo para reconfortarlo, intentando apartar el hecho de que él tenía razón – Además llegue dos minutos tarde
  • Sí, pero no se siente bien, me siento culpable – dice él – de algún modo me aproveche de ti ayer, te quedaste sin asistencia, luego que ¿sin notas?- dice él frustrado y me petrifico un poco con lo que dice –
  • ¿me estas amenazando? – pregunto aterrada –
  • No ¡por Dios! – se exalta, parándose del sofá y luego pone sus manos en la cara – pero es a esto a lo que me refiero… piensas que te estoy amenazando ¿te sientes obligada? – pregunta –
  • No… pero tampoco quiero que haga bien mis trabajos y tú me pongas malo porque no quiero seguir acostándome contigo – digo y sé que sonó feo  y lo que termine por decir fue peor – ninguna aventura vale que ponga en riesgo mis estudios –



#8635 en Joven Adulto
#34106 en Novela romántica

En el texto hay: prohibido, amor, profesoralumna

Editado: 29.03.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.