Pensé Que Nunca Cambiarías

Capitulo 12

Abrí los ojos y me di un baño para seguido ponerme una ropa casual y entrar a clases.

Todas las horas se fueron como agua y ya estaba almorzando con Carla y Hana.

Lily ya se había ido con Arturo y nadie me ha preguntado así que no me vi obligada a mentir.

Me pase básicamente el día con ellas hasta que Hana nos dejó solas y fuimos a mi habitación.

—Chanel ¿todavía no sabes por qué no te habla mi hermano?—Preguntó una vez ya dentro de la habitación.

—No, todavía no sé.

— ¿Sabes algo? Él es un poco extraño.

— ¿Por qué lo dices?—Pregunté frunciendo el ceño

—Porque él nunca se ha enamorado de una chica, y también él es muy aislado la única persona con la que ha tenido una amistad duradera ha sido con Arturo y los demás del grupo aunque no son tan cercanos.

—Me imagino que las chicas le llueven. —Digo sin duda alguna, pues Mike es muy apuesto.

—Sí pero solo las quiere para sexo ¿sabes? No sostiene ningún tipo de relación ni amistosa ni amorosa.

—Wow.

—Contigo él ha sido diferente ha tenido una relación amistosa algo extraña y con ninguna otra chica él ha sido igual.

— ¿Es en serio?—Pregunté un poco esperanzada, me alegraba mucho ser la excepción en su vida, pero no creo que el piense lo mismo pues ya ni me habla.

—Sí. —Dijo ella.

—Bueno adiós ya se hace tarde. —Dijo, se puso en pie me dio un beso y abrazo para luego marcharse y dejarme sola en la habitación.

Luego de que Carla se fue me dediqué a darme un rico baño para finalmente luego de terminar ponerme en mi celular a ver cómo va mi vida social, parece mentira pero en casi un año que tengo aquí, solo he hablado con Daniel y una que otras veces me reprocha por irme sin avisarle.

Tomé asiento en mi cama y cogí mi celular de la mesita de noche para entrar a Facebook.

Como siempre cada que entraba tenía un mensaje de Daniel.

D< Hey, ¿cómo está la bruja más linda de todo el mundo?

Reí al ver el mensaje, desde ahora se ha acostumbrado a llamarme así.

C< Estoy bien, y usted compañero de brujería ¿cómo esta?

Le mande este mensaje y enseguida mi celular sonó con una llamada. Era Daniel.

Nos instalamos y hablamos por mucho rato, nos despedimos finalmente porque tenía un pendiente.

Al colgar la llamada volví a mi Facebook y tenía una solicitud de un tal Alexander, no sé de dónde salió, pues no conozco ningún Alexander pero decidí aceptarla, solo por curiosidad.

Acepte la solicitud e inmediatamente me llego un mensaje de él.

A< Hola :)

C< ¿Hola?

Le mande el mensaje de vuelta un poco confusa al ver su eficiencia.

A< ¿Cómo estás?

C< Bien ¿te conozco?

A< No lo sé, quizás sí, quizás no, quién sabe.

C< Mm ok.

A< Te hablo mañana por la noche.

C< Okey. —Escribí y solté mi celular en la cama.

Me pareció un poco extraña esta conversación sé que ni siquiera lo conozco y no debí de aceptarla pero qué más da ya lo había hecho.

Me quedé pensando en el total cambio que ha dado mi vida he pasado de ser una chica tímida, distante y sumamente diferente al resto a ser todo lo que soy ahora, una chica suelta y bastante amistosa, quizás el cambio de ambiente y amigos ha logrado eso en mí. En realidad no sé qué hubiese sido de mí sí me hubiese quedado en Perú.

Me quede mirando mi muro y luego decidí salir a dar una vuelta por el campus y me encontré con Carla y sus amigas ellas me llamaron y yo fui.

— ¿Que hay?—Dije sentándome a un lado.

—Vamos por detrás del campus ¿quieres venir con nosotras?—Preguntó Carla mientras que me miraba y esbozaba una sonrisa.

—Claro, vamos. —dije y me puse en pie.

Luego de caminar llegamos a un lugar lleno de árboles grandes algo parecido a un bosque, nunca había venido de este lado del campus, este campus cada vez me sorprende más.

— ¿Qué les parece?—Preguntó Carla.

—Está lindo, el lugar me agrada. —Le Dije mientras miraba a todos lados.

—Oye Chanel te quiero mostrar algo ¿vienes conmigo?

Dijo Carla poniéndose en pie

—Si vamos. —Dije imitando su movimiento.

Luego de caminar un rato llegamos a un lago.

Tenía dos planchas parecidas a las de los barcos piratas

—Sígueme.

Empecé a seguirla y me dijo que caminara sobre una, así lo hice y ella camino por la que estaba al lado, luego de llegar a la punta nos sentamos y solo contemple la vista en silencio.

— ¿Te gusta?—Preguntó está mirando al horizonte igual que yo.

—Sí, es hermoso. —Dije con la vista fija en el horizonte.

—Quiero decirte algo.

— ¿Ah si y que es?—Pregunté esta vez mirándola.




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