La luz matutina que entraba por la ventana hizo que abriera los ojos perezosamente.
Luego de batallar un poco y pelear conmigo misma pues todavía quería seguir tirada en mi cama, consigo sentarme en la orilla de la cama mientras que observo mi habitación caigo en cuenta de que estoy en mi departamento.
Se siente tan bien decirlo.
Me paro colocando mis pies en la acolchada alfombra blanca con negra que tengo alrededor de toda la cama pues la misma está sobre la alfombra.
Me pongo mis pantuflas y enseguida voy al baño para arreglarme.
No tengo bien clara las ideas de por qué me estoy arreglando y es cuando caigo en cuenta que tengo que ir al súper esto le he dicho a Mike la noche anterior y es lo que haré, no puedo estar sin nada que comer en mi casa, si pasa un día más y no he ido al supermercado creo que moriré.
Retome mi proceso de preparación y empecé a lavar mis dientes mientras que me miraba al espejo.
Luego de haber terminado procedí a lavar mi cara y me quedé pensando un segundo y fue cuando caí en cuenta de que debía llevar a Lily al doctor se lo había prometido.
Salí del baño casi corriendo en busca de mi celular para ver la hora.
Eran las 7:45. Y la zona a la que íbamos habría a las 8:00 y todavía no me he arreglado.
—Mierda, mierda y más mierda. —Dije en voz alta mientras que daba vueltas como una loca.
Caí en cuenta de que dar vueltas no me llevaría a ningún lado así que decidí llamar a Lily mientras que me desnudaba.
Esta no tardó en tomar la llamada.
—Aló. —Dijo al otro lado de la llamada completamente normal mientras que me sacaba el pantalón de la pijama y ponía el celular en voz alta le dije
—A las 8:00 estaré en tu casa para que vayamos al hospital. —Dije esta vez sacándome la blusa a lo que ella respondió.
—En diez nos vemos
Colgué el teléfono y me dispuse a entrar al baño como una bala salida de un rifle.
Y sin darme cuenta en cinco minutos estaba lista, no tenía zapatillas, no estaba peinada ni maquillada. Pero eso lo hacía en el camino.
Baje rápidamente por las escaleras con bolsa y zapatillas en la mano pues no iba a esperar el ascensor.
Por suerte tenía las llaves del auto en las afueras de la cartera.
Ya estando en recepción.
—Adiós Royer. —Dije dirigiéndome al portero.
El cual secundó mi despedida con una simple seña ya que iba volando como el viento.
Puse todo en el asiento del copiloto y puse marcha, por suerte el edificio donde vive Lily no queda tan lejos así que no tarde casi nada en llegar.
Al estar afuera empecé a tocar la bocina del auto como si mi vida dependiera de ello, no pare hasta ver que Lily salía del edificio.
Una vez dentro me saludo y emprendimos marcha al hospital, que por cierto no quedaba tan cerca así que al llegar llegamos con media hora de retraso, pero lo importante es que ya estábamos.
Mientras caminábamos a la sala de sonografía iba arreglando un poco mi cabello alborotado.
Cuando llegamos a la sala de espera dimos los buenos días a todo el que estaba y nos sentamos a esperar nuestro turno.
Pasaron unas cuantos largos minutos y escuche que llamaron a Lily sin duda alguna cedí a entrar con ella, no quería dejarla sola en el momento que aclarara sus dudas.
—Buenos días, ¿en qué les puedo ayudar?
—Buenos días doctora. —Dijimos Lily y yo.
—Solo vine a hacerme una sonografía para confirmar si estoy embarazada.
La doctora comprendió y le dijo que se acostara en la camilla.
Ya estando ahí puso algo gelatinoso en su estómago y empezó a pasar un aparato por el mismo.
—Bien hemos terminado. —Dijo la doctora volviendo a su lugar.
—Dígame doctora ¿qué es lo que ha descubierto?
—Antes de decirte, ¿qué te hizo pensar que estabas embarazada?
—Bueno es que tengo un retraso de dos meses. —Dijo Lily. Dirigiéndose a la doctora.
—Bueno tengo que chequear eso, mañana vuelve que te haré unos análisis y tranquila no estás embarazada.
Lily sonrió, me imagino que ha desaparecido un peso súper grande de ella.
Vi que no articulaba palabra de la emoción así que decidí preguntar.
— ¿Doctora a qué hora tiene que venir mañana?
—A las 10:00am.
—Entonces hasta mañana. —Dije poniéndome en pie seguida de Lily.
Salimos del hospital y puede ver que ya Lily estaba mucho más aliviada.
Estando en el auto le dije.
—Oye tengo que ir al supermercado para comprar algo de comer, mi refrigerador está totalmente vacío.
—Bien vamos entonces. —Dijo esta mientras que se abrochaba el cinturón de seguridad.
Encendí el auto y nos pusimos en marcha, en menos de lo que esperamos ya estábamos aparcando en el aparcamiento del supermercado.
Lily y yo nos adentramos al supermercado y lo andamos completo, llenamos un carrito de todo lo que me gustaba y claro que cosas para cocinar. Ya estando en la caja listas para pagar recordé algo.