Pensé Que Nunca Cambiarías

Capitulo 30

Todo, absolutamente todo me da vueltas.

Todavía no entiendo que rayos me pasa, me siento tan mal que no sé cómo describirlo.

Salí de ese lugar y todavía sigo parada en el mismo lugar llorando como una cría.

Ya sé a dónde iré, me tomara horas llegar allí y ni siquiera sé por qué quiero ir para allá, siento que algo sucederá, algo me atrae hacia ese lugar así que iré.

Seque mis lágrimas, prendí el motor de mi auto y lo puse en marcha.

Si sabía para que iba a ese vacacional, solo tenía la certeza de que Mike estaría allí.

¿Eres estúpida o qué? le dices que se aleje de ti y vas al vacacional donde se conocieron con la esperanza de que esté ahí.

Me reñía mi subconsciente y me hace sentir culpable, pero antes de sacarlo de mi vida necesito encontrar más motivos, ese solo no me basta para hacerlo.

Narra Michael.

—Le dije que me diera tiempo, solo para suavizar y que no lo tomara tan mal, pero la cague papá, no puedo vivir sin ella, ella es mi motor, lo que me hace vivir cada día, si la pierdo te juro que me muero. —Dije al borde de las lágrimas.

—Qué esperas entonces, recupérala.—Hizo una pequeña pausa para luego continuar diciendo.—Michael, no todas las mujeres son como tú madre, de cinco mil una, no te aferres al pasado hijo y vive el presente, quizás nunca volverás a encontrar una como ella, así que ve por ella hijo no la dejes ir.

—Gracias papá. —Dije esto y salí casi corriendo de su departamento.

Me monté en el auto con una ruta fija, pero cuando casi llegaba decidí que primero tenía algo que hacer.

Narra Chanel.

Me adentro al vacacional y rápidamente voy al río donde hable con Mike por primera vez.

Me senté justo donde estaba aquella vez, y mire todo el lugar recordando todo.

Miré hacia dónde se había quedado Mike y al instante empecé a ver un espejismos, todo exactamente como aquel día. El caminando hacia a mí.

Ya no aguante más lo que me hacía recordarle. Vine aquí con la idea de recopilar motivos para olvidarlo y mira cómo terminó.

Encogí las piernas, puse los codos en mis rodillas y la cabeza entre mis manos. Duré un momento allí y cuando subí la mirada vi a Mike al otro lado del río que me miraba detenidamente.

Me puse en pie, y enseguida me eche a correr no quería verlo, ya no.

2 semanas después.

—Mamá, te pasaré a buscar para que nos vayamos al aeropuerto, ¿te parece?

—No pagues tanto dinero de taxi linda, estás cerca, vete con Lily y nos vemos en casa de mamá, yo estaré allá mañana.

—Pero me dijiste que llegaríamos juntas.

—Lo siento cariño. Ahora dime ¿Ya estás mejor con lo de tu novio?

—Supongo que sí, pero no quiero hablar de eso. Ahora tengo que ir a tomar mi última clase del semestre, luego me iré al aeropuerto. Te amo.

—Yo más mi vida.

Y con esto finalmente corte la llamada.

No le mentí a mamá, en realidad creo que ya todo estaba mejor con respecto a Mike y mis sentimientos, ya no me dolía verle o al menos eso me hacía creer yo.

Salí de mi habitación, tome las llaves de la casa y el auto que estaban en la mesa de centro que se encontraba en la sala.

Me dirigí hacia la puerta y tomando las maletas en mano salí hacia el campus.

Ya estando ahí me encontré a todos los estudiantes que vestían ropa fresca, pues estábamos en pleno verano. Cada quien con maleta en mano esperando terminar la jornada.

—Chanel. —escuche la voz de un chico que me llamaba, no preste mucha atención y seguí mi camino.

—Chanel. —Escuche nuevamente pero ahora eran dos chicos.

Me di la vuelta decidida a ver quiénes eran y me encontré con Daniel y Bryan.

Corrí lo más rápido que pude, estaba un poco mal y el simple hecho de ver a Daniel me devolvió la felicidad. Cuando estaba a pocos metros de él salte y me pegué como una garrapata abrasándolo.

— ¿Por qué no me avisaste que te ibas? condenado. —Dije deshaciendo el abrazo y mirándolo mientras que hacía pucheros.

—Es una lección. Ahora sabes lo que sentí cuando me abandonaste en Perú.

Lo mire achicando los ojos y le dije. —Ya, te pasas.

Una tos falsa nos interrumpió. Mire a mi lado y era Bryan, cuando obtuvo mi atención dijo.

— ¿Yo no existo o qué? Ándale y venga a darme un abrazo que se respete. —Rodé los ojos y me baje de Daniel.

Le di un abraso y este me lo devolvió muy a gusto.

—Estudiantes, diríjanse a sus salones de clase.—Se escuchó la voz del decano, todo el mundo emprendió camino, mientras que mis amigos que estaban conmigo hace apenas segundos ya no se encontraban, los busque con la mirada por todos lados y no di con ellos.

Finalmente me fui al aula y ahí tampoco estaban.

Me senté en el lugar de siempre y al cabo de un rato entraron todos mis amigos juntos, incluyendo a Mike.




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