Pensé Que Nunca Cambiarías

Capitulo 3

Ignorando el cansancio me meto al baño y me doy una ducha rápida. El fin de semana había pasado super rápido y ya era Lunes, día de ir a clases

Me dirigí al armario y me puse el uniforme. Lo odiaba como nunca imagine odiar algo. Solté mi cabello para darle un toque que le quitara el aburrimiento al uniforme y me puse un poco de polvo y labial.

Una vez lista baje a la cocina y allí estaban Marisa y Charlie

— Hola ¿cómo amanecen?
— Muy bien ¿y tú cariño? ― Hablo Marisa.

― Yo estoy bien. ― dijo Charlie
— He estado bien. ― Conteste a Marisa mientras que me sentaba en el desayunador junto a Charlie
— Toma tu desayuno. — Dice mientras me extiende unos huevos con tocino.
— Gracias. — Le digo sin merodear mucho.

Luego de comer mi desayuno voy hacia el despacho de mi padre. Increíble pero pasaba la mayoría del tiempo en ese despacho realmente no sé por qué.

— Papá ya me voy a la escuela.
— Está bien no hay problema, ¿Vas con Charlie?

— Sí, Le diré que me deje en la escuela antes de irse a la uní — Le dije mientras que salía de su despacho.

Sali y me encontré a Charlie en la puerta de salida, este vestía unos vaqueros ajustados, una camisa de cuadros negra con rojo desabotonada y debajo un polo negro, no hace falta negar que se veía bien. Ahora entiendo porque es toda una sensación en la universidad y por qué todas las chicas le llueven, mi hermano se ve bastante bien.

— ¿Me das un aventón a la escuela antes de irte a la uni?
— Claro. ― dicho esto abrió la puerta y yo salí detrás de él.

Luego de haber llegado a la escuela Leila fue corriendo a donde estaba y con un abrazo me recibió.

― Hola. ― dijo esta luego de soltarme y con una gran sonrisa plasmada en el rostro.

― Hola, ¿qué tal el fin de? ― Pregunte mientras que caminábamos al salón de clases. Desde que entre a la escuela hice muy buena química con Leila y hasta ahora a resultado ser una muy buena amiga.

― Todo bien, la pase en casa tranquila, ¿Qué hiciste tu?

― No mucho, mi hermano me llevo de antro y luego casi golpea a uno de sus amigos porque pensó que se había acostado conmigo. ¿Podría llamar normal a eso?―Dije esto último con una carcajada.

― Supongo que no. ― Dijo Leila acompañándola.

Una vez llegaron al salón de clases el profesor ya estaba ahí y unos cuantos alumnos, hablaron un poco mas mientras que esperaban a que los demás alumnos llegaran, cuando esto sucedió la clase inicio inmediatamente y estas guardaron silencio.

La mañana transcurrió tranquila y sin darnos cuenta ya habíamos ido a tres clases distintas y la campana que indicaba la hora de descanso había sonado.

Compramos algo de comer y nos pasamos el resto del descanso sentadas junto con los amigos de Dylan, (el novio de Leila). Al sonar la campana nos dirigimos a nuestra clase.

Todo el día transcurrió en un aburrimiento total, no veía la hora de llegar a casa y cuando finalmente lo hice entré y vi que papá estaba hablando por teléfono.

— Ya vine. — dije con la voz un poco sumisa mientras él me decía con mímicas que era mi mamá quien estaba al teléfono. Al principio me saco de onda, pues aun no lograba asimilar que me hubiera ocultado aquello y ni siquiera sabia porque lo había hecho, pero supongo que era hora de dejar eso atrás, la verdad es que la extrañaba muchísimo.

Al cabo de un rato mi padre me pasa el teléfono y me siento en el sofá.

— Princesa ¿Cómo has estado?
— Bien. ¿Y a ti cómo te va?
— Estoy bien cariño, tengo algo que decirte.
— ¿Qué pasa?
— ¡Me iré a vivir a Holanda!
— ¿¡Enserio!? Que magnífica noticia.

Suelto un chillido sutil en el teléfono para que no quedara sorda mi madre al otro lado de la línea.

— ¿Cuándo vienes? — Pregunte entusiasmada.
— Iré para la graduación.
— Eso está algo lejos.

― Un mes, eso pasa rápido.

― Supongo, hasta entonces pues.
— Bien, adiós cariño te hablo luego, tengo que ir a trabajar. Te amo.
— Yo también.

Luego de colgar la llamada hable un poco con mi padre y le conté lo que mamá me ha dicho, él se alegró bastante por mí, pues no le gusta que este lejos de mi mamá, luego de haber terminado la charla con mi padre fui a mi habitación me di un rico baño y me metí en el pijama.

Solo me queda divagar un poco, así que prendí el móvil y entre a Facebook, vi un poco y luego me instale a hacer tarea mientras pensaba, que habrá movido a mamá para venir a Holanda, aparte de mi claro.

Muevo la cabeza tratando de borrar el pensamiento, luego de eso escucho unos toques en la puerta de mi habitación.

— Ya voy. — Digo con calma mientras me paro despacio para ir a abrir la puerta.

Al abrir me encuentro con Charlie el cual se adentra en mi habitación sin decir nada, luego de haber cerrado la puerta me siento a su lado y le pregunto.




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