Penurias

Capítulo 17

Lean on me
When you're not strong
And I'll be your friend
I'll help you carry on...
For it won't be long
Till I'm gonna need somebody to lean on please
 swallow your pride
If I have things you need to borrow for
 no one can fill
Those of your needs that you won't let show

Lean on me, Bill Withers

 

 

Franco arrastraba dos carritos de los grandes, uno con cada mano, ambos repletos de productos empacados en bolsas plásticas. Llegó al estacionamiento que se encontraba en el sótano, seguido por una mujer de unos cuarenta y tantos años, quien no le quitaba los ojos de encima.

Ella presionó el beeper del carro para poder abrir el baúl, entonces Franco se apresuró a meter las bolsas allí. Cuando terminó, él unió los dos carros para transportarlos con más facilidad.

La clienta se le acercó con una sonrisa coqueta mientras lo miraba de arriba abajo con lujuria.

—Oye, chico, ¿cómo te llamas?

—Franco —respondió con una sonrisa amigable.

—Mi nombre es Lourdes, pero puedes llamarme Lo. —Sonrió coqueta—. Toma, para que te compres un refresco. Y, gracias, eh. —Entró en el vehículo y se marchó. Franco se quedó estático en su lugar, mirando el billete ensimismado.

Ella le había dado mucho dinero, más del que él se podía ganar en un día. Con una sonrisa maravillada, Franco se dirigió a una de las cajas para seguir con su labor.

Con una sonrisa maravillada, Franco se dirigió a una de las cajas para seguir con su labor

En el receso, Daniela vigilaba a los niños para que no se pelearan o hicieran daño. Aprovechó que Ashley estaba sentada en un banquito sola y se le acercó.

—Hola, pollita. ¿Por qué no estás jugando con los demás? —le preguntó con voz suave.

—Porque estoy cansada, profe —respondió con la voz débil. Daniela la miró extrañada y le tomó la temperatura para descartar que estuviera enferma, mas ella la tenía normal.

—No vi a tu papi en la fila hoy. ¿Con quién viniste?

—Con él. Pero él tenía prisa, así que se fue de una vez.

Daniela frunció el ceño al imaginarse que este la evadía. Lo que no entendía, era la razón para él hacerlo.

—Bueno, lo veré cuando venga a recogerte, entonces.

—Él no vendrá, profe. Me dijo que va a trabajar mucho, por eso me voy con la vecina.

Daniela sintió una decepción enorme al escucharla. Ella quería volver a verlo y poder conversar con él, asimismo, indagar acerca de su vida, para poder darle sentido a esa angustia que no la dejaba tranquila ni en sus sueños. Entendía que él estaba pasando por un mal momento, pero no sabía cómo ayudarlo si este huía de ella.

—Bueno, será en la reunión de padres que lo veré. —Sonrió esperanzada.

—Sí —respondió ida. Después de un momento pensativa, Ashley frunció el ceño y la miró con curiosidad—. Profe, ¿a ti te gusta mi papá? Aunque él lo niegue, yo sé que mi papi está enamorado de ti, pero él es muy tonto. Te tocará darle una flor para que sean novios. O si quieres, le hago un corazón y se lo doy de tu parte.

Daniela agrandó los ojos ante las palabras directas de la niña y la manera tan fácil de asumir aquello. Sintió que su corazón dio un salto en el pecho, gracias al impacto que su conclusión y "solución" le provocó.

—¡Qué cosas dices, pollita! —exclamó con nerviosismo—. Tu papi y yo solo somos amigos. Es que nos conocimos hace mucho tiempo.

—Ay, no, profe. Ustedes se conocieron hace poco —refutó la niña.

—Nosotros nos reencontramos hacen unos días, pero ya nos conocíamos.

—¿Qué es requecontramos?

—Re-en-con-tra-mos. Reencontrar significa volverse a ver, después de mucho tiempo. Eso nos pasó.

—Ahhhh... ¿Y fueron novios?

Daniela se sonrojó al recordar el beso que ellos se dieron, cuando ella se despidió de él. Mas eso no contaba para decir que fueron novios.

—No, Ashley, fuimos amigos. —Le sonrió.

—¡Qué tontos! Deberían ser novios, ustedes están enamorados.

Daniela se puso más roja que un tomate y se tapó la cara por instinto. No entendía la razón para que esa niña insistiera en eso, tampoco el porqué de su nerviosismo.

Por un momento deseó preguntarle acerca de su madre, pero no quería ser imprudente ni tocar un tema que podría ser delicado, así que optó por hablar de otra cosa.

El día transcurrió rápido y pronto terminaron sus labores, al salir con Ashley en manos, buscó por todos lados con la esperanza de que fuera Franco por la niña, pese a que esta le había dicho que él no iría. La decepción fue grande cuando la señora se la llevó junto a otros niños.




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