Pequeña estrella fugaz.

Capítulo 9.

- ¿Cómo fue? ¿En qué momento fue? -Nos encontrábamos en su habitación, habíamos pasado a dejar mis cosas al cuarto.

- No estoy muy segura, el sábado la vi llegar, inclusive hablé un poco con ella, me presenté, pero me dijo que estaba cansaba y que quería ir a su habitación a descansar. La vi marcharse, pero más adelante Jack la tomó por la espalda y le ayudó con sus cosas; entraron al edificio y ya no supe nada de ellos -hizo una pausa viendo fijamente sus manos-.  A la mañana siguiente, yo fui al piso de Nikolay y, como sabes se encuentra en el mismo piso de Jack -hizo una pausa que me pareció eterna-.  La vi salir de su habitación, tenía el cabello un poco desordenado, supongo que se quedó a dormir con él.

Yo solamente me puse de pie y empecé a caminar por la habitación maldiciendo en ruso. ¿Cómo era posible que Vanessa estuviera con Jack? ¿en qué maldito momento?

- Ayer estaban juntos en todo el campus -hizo una pausa mirándome fijamente-; he escuchado comentarios de las chicas del campus, y creo que todas están de acuerdo que Jack no es un buen partido, y creo que será mejor que hables con ella.

- ¡A la mierda todo! -Exclamé totalmente irritada-.  Yo traté de advertirle, y no quiso escucharme, y si las chicas quieren hablar con ella, bien ¡que lo intenten! Es tan necia que no les hará caso.

- Eli… -dijo mi nombre en un pequeño susurro-, ¿estás bien? Estas muy alterada ¿qué vas a hacer?

Me quedé en silencio tratando de analizar mis opciones, podía tratar de que Vanessa entrara en razón, o, podía dejar que se perdiera con Jack y que aprendiera de sus errores.

- Trataré de hablar con ella, no estoy segura de que funcione… pero haré el intento. -Ella asintió, ambas salimos de su habitación para dirigirnos a nuestras respectivas aulas.

El día fue tranquilo, aunque, traté de caminar por todo el campus esperando a encontrármelos. Era un quince de septiembre; en la escuela había algunos mexicanos, como Vanessa, así que cada año era normal ver que regalaban sombreros de charro y bigotes falsos.  Un chico paso corriendo a mi lado con una bandera mexicana ondeando en el aire, esperé encontrar a Vanessa con el grupo de mexicanos, pero no estaba ahí. Otro chico pasó a mi lado y me colocó un sombrero de charro en la cabeza y me pasó una especie de labial en barra de color verde, blanco y rojo por la mejilla; cada año con eso representaban la bandera. No me opuse ante la acción, en cambio sonreí.

- Esta noche abra una fiesta en la ciudad para celebrar la independencia de México -me tendió un folleto en donde venía la hora y dirección de la fiesta- obviamente estás invitada, si no quieres ir, no hay problema.

- Estaría encantada de ir. -Embocé una sonrisa amigable.

- ¡Perfecto! -Exclamó el chico como si no esperaba que aceptara la invitación- No olvides tu sombrero, es tu pase a la fiesta; y tendrás que pasar el requisito de bienvenida. -Dijo con una sonrisa en los labios.

- ¿Puedo saber qué será?

- No, es sorpresa -Agradó su sonrisa y agregó: - Y recuerda ¡Viva México, cabrones! -Gritó y pegó un grito, de esos que suelen verse en las películas. El resto del grupo pegó al aire el mismo grito.

- ¡Viva! -fue lo único que dije antes de seguir mi camino.

Llegué a la habitación, pensé en quedarme ahí hasta que Vanessa llegara, pero, no quería ver la sonrisa burlona de Jack, así que tomé un par de prendas de ropa y la comida que Beatrice me había dado; al igual que mis cosas de estudio, aún quedaba esta semana antes de los exámenes, así que no estaba tan preocupada.

- ¿Qué haces aquí?

- No olvides tu sombrero. -Dije entrando a la habitación de Leah. - necesito quedarme aquí por unos días, claro, aún no sé si es necesario, pero -aventé mis cosas a la cama vacía de la habitación-, prefiero estar preparada.

- ¿A qué te refieres?

- Voy a hablar con Vanessa, pero hasta ahora no me la he encontrado, así que, antes de hablar con ella estoy preparada por si discutimos y no podré dormir en mi habitación.

- Parecen esposas. -Soltó una carcajada y yo la miré con furia en los ojos. - Perdón cariño, pero es la verdad. Claro que te puedes quedar si es necesario. -Se sentó en la cama al lado mío y puso una mano en mi rodilla-.  ¿Piensas ir a la fiesta?

- Claro, ¿perderme la oportunidad de embriagarme con canciones mexicanas de fondo? ¡Ni pensarlo! -Ella sonrió y me pasó un brazo por los hombros- ¿Y tú?

- Te acompañaré.

Le hablé de la comida que llevaba y la calentamos en el horno de microondas que tenía en su habitación, comimos en silencio. Creí que en cualquier momento me iba a preguntar por Vanessa, pero no tocó el tema.

- ¿Tienes ropa para la ocasión? -preguntó rompiendo el silencio.

- Solamente pensaba ponerme unos jeans y una chamarra, nada importante.

- ¿Nada importante? ¡Es el aniversario de la independencia de México! Es muy importante para ellos, así que -se puso de pie y me tendió la mano para levantarme-, vamos de compras.

 

Caminamos por la ciudad buscando el atuendo indicado; fue impresionante como la ciudad había adoptado rápidamente los adornos mexicanos, había banderas mexicanas ondeando en las esquinas, los turistas llevan la bandera alrededor del cuello ondeando en el aire. La música regional mexicana sonaba en el aire; reconocí las notas de la canción el mariachi loco y había personas bailando vestidos de charros en las calles, sin duda alguna, la alegría de los mexicanos alegraba el día.




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