Pequeña estrella fugaz. (corregido)

Capítulo 7.

Al pagar la cuenta nos dirigimos al estacionamiento y nos subimos en su lujoso Tesla, yo no tenía automóvil, prefería viajar en taxi porque me resultaba más práctico a pesar de que sí sabía manejar. 

Nuestro plan era viajar a la playa, la cual nos quedaba a poco más de una hora y media; aún era temprano y no pasaban de las once de la mañana así que podíamos pasar toda la tarde allá; Vanessa estaba segura con Beatrice, así que me podía ir tranquila. Pasamos a una tienda por frituras para el camino y él manejó mientras salíamos de la ciudad; llevábamos las ventanas abajo, así que la brisa entraba de golpe en el auto, cerré los ojos dejando que la música que llevábamos puesta me envolviera. Él era amante del rock y metal, así que íbamos escuchando una banda de los ochenta, la banda se llamaba Metallica y la canción One, él golpeaba el volante al ritmo de la canción. 

−¡Canta conmigo, Eli! −Gritaba por encima de la música, yo sonreía ante su emoción y euforia del momento; mientras que ese tipo de música no me desagradaba, había crecido escuchándola por mi padre y posteriormente por él. 

Darkness imprisoning me, all that I see absolute horror I cannot live I cannot die trapped in myself body my holding cell. −Cantamos a coro, cantando más fuerte que la misma canción. 

Cada canción que pasaba la cantábamos juntos, éramos solamente nosotros dos, como en los viejos tiempos; en cuanto estábamos por entrar a la autopista hicimos cambio de asiento, esta vez yo iba manejando; dejé que la carretera recta me guiara. 

Después de una hora y media de camino, pudimos sentir la ligera brisa del mar, pasaban de las doce del día, el sol aún no estaba en su punto más alto, pero la temperatura era de treinta y tres grados centígrados, el cielo estaba despejado totalmente. Paramos en una playa tipo VIP en la cual había camastros, servicio de bar y restaurante, actividades de ski en el agua y más; fuimos a una tienda cercana y compramos ropa de playa, yo opté por un traje de baño de dos piezas y un palapzo, mi hermano solo compró un short; él lucía su musculoso abdomen y yo mí esbelta figura. Para ser sincera, a cada lugar que íbamos llamábamos la atención, y aquí no fue la excepción. 

El día fue tranquilo y divertido, fue una gran salida entre hermanos; yo había evitado ver mi celular para no saber si Vanessa estaría enojada o alterada por mi salida repentina. Sabía que, si algo estaba mal, Beatrice iba a llamar a mi hermano, así que podía estar tranquila. Ambos esquiamos, nadamos, jugamos voleibol de playa y bebimos (obviamente no bebimos demasiado por el hecho de que teníamos que manejar).

La tarde llegó rápidamente, eran las siete de la tarde y el cielo tomaba tonos naranjas, las aves pasaban volando sobre nosotros, las personas cada vez eran menos y el ambiente era tranquilo. Me encontraba disfrutando de los rayos del sol cuando mi hermano llamó mi atención. 

−Lizzi me contó que tienes nueva compañera de habitación, ¿es cierto? −Él se encontraba sentado apoyándose con las manos en la espalda viendo el horizonte. 

−Pues, supongo que, si te lo ha dicho, es cierto, ¿no? −Él soltó una pequeña risa y dirigió su mirada hacía mí. 

−¿Cómo es ella? −Preguntó mi hermano con cierto aire de curiosidad. 

Extrovertida, entrometida, dramática, muy positiva, me saca fácilmente de mis casillas… mantuve esa breve descripción en mi mente. 

−Ella es… −Hice una pausa para pensar bien en lo que iba a decir− es extremadamente positiva, le quiere ver el lado bueno a todo, un tanto dramática; podríamos decir que puede llegar a tener ataques de ira repentinos, es muy curiosa y se preocupa demasiado. Estudia arquitectura, es muy buena en ello, en ocasiones sus compañeras le piden su ayuda; obtuvo una beca para estudiar ahí y… −hice una pausa, me pone en duda−, creo que eso es todo. 

−Lizzi me contó que ibas a salir a la ciudad con ella. −Me vio con una ceja arqueada− ¿Dónde está ella?

−Creo que Lizzi se debería de enfocar en hablarte sobre ella; ya sabes, acerca de cómo está ella y todo eso ¿no? −Él volvió a fijar su vista en el horizonte y río.

¿Se preguntan por qué mi Alexander y Lizzi se conocían? O ¿por qué Lizzi era muy atenta conmigo? Bueno, mi hermano y ella llevaban un año intentando que se diera “algo” entre ellos; ambos habían estudiado en la misma facultad cuando él estaba estudiando psicología. Habían llevado una muy buena amistad durante años, pero ambos se dieron cuenta de que sentían algo más, querían más. Aún no es el momento, me decía mi hermano cada vez que le preguntaba cuando iba a dar el siguiente paso; ¿los hombres son muy complicados o les gusta complicar las cosas?

− Me gustaría que nos hubiera acompañado. −Dijo en un susurro. 

−¿Mi compañera o Lizzi?

−Lizzi. −Hizo una pausa cambiando su expresión a sería−. A veces siento que ya he perdido todas mis oportunidades con ella. 

Para ser sincera, no sabía por qué complicaban ambos tanto las cosas, si ambos se gustaban, ¿por qué no lo hacían funcionar? Las relaciones eran muy complicadas; por ello me mantenía alejada de esa cosa del demonio. 

−A veces, las chicas nos cansamos de esperar o de esperar a que se decidan −hice unas comillas en el aire−, pero creo que Lizzi es la excepción. −Él me miró con duda en su rostro. 




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