−¿Cómo fue? ¿En qué momento ocurrió? −Nos encontrábamos en su habitación, habíamos pasado a dejar mis cosas a mi cuarto y bajamos al suyo para evitar encontrarla en ese momento.
−No estoy muy segura, el sábado la vi llegar; inclusive hablé un poco con ella. Me presenté y todo, pero me dijo que estaba cansada y que quería ir a su habitación a descansar. La vi marcharse, pero más adelante Jack la tomó por la espalda y le ayudó con sus cosas; entraron al edificio y ya no supe nada de ellos −hizo una pausa viendo fijamente sus manos−. A la mañana siguiente, yo fui al piso de Nikolay y, como sabes se encuentra en el mismo piso de Jack −hizo una pausa que me pareció eterna−. La vi salir de su habitación, tenía el cabello un poco desordenado, supongo que se quedó a dormir con él.
Yo solamente me puse de pie y empecé a caminar por la habitación maldiciendo en diferentes idiomas. ¿Cómo era posible que Vanessa estuviera con Jack? ¿En qué maldito momento?
−Ayer estaban juntos en todo el campus −hizo una pausa mirándome fijamente−; he escuchado comentarios de las chicas del campus, y creo que todas están de acuerdo que Jack no es un buen partido, y creo que será mejor que hables con ella.
−¡A la mierda todo! −Exclamé totalmente irritada−. Yo traté de advertirle, y no quiso escucharme, y si las chicas quieren hablar con ella, bien, ¡que lo intenten! Es tan necia que no les hará caso.
−Eli… −dijo mi nombre en un pequeño susurro−. ¿Estás bien? Estás muy alterada, ¿qué vas a hacer?
Me quedé en silencio tratando de analizar mis opciones, podía tratar de que Vanessa entrara en razón, o, podía dejar que se perdiera con Jack y que aprendiera de sus errores.
−Trataré de hablar con ella, no estoy segura de que funcione… pero haré el intento. −Ella asintió y ambas salimos de su habitación para dirigirnos a nuestras respectivas aulas.
El día fue tranquilo, traté de recorrer todo el campus esperando encontrarlos; pero después de un rato, me di por vencida. Era un quince de septiembre y en la escuela había algunos mexicanos, como Vanessa, así que cada año era normal ver que regalaban sombreros de charro y bigotes falsos. Un chico pasó corriendo a mi lado con una bandera mexicana ondeando en el aire, por un momento esperé encontrar a Vanessa con el grupo de mexicanos, pero no estaba ahí. Otro chico pasó a mi lado y me colocó un sombrero de charro en la cabeza y me pasó una especie de labial en barra de color verde, blanco y rojo por la mejilla; cada año con eso representaban la bandera mexicana. Mientras tanto, no me opuse ante la acción, en cambio, sonreí.
−Esta noche habrá una fiesta en la ciudad para celebrar la independencia de México −me tendió un volante en donde venía la hora y dirección de la fiesta−, y obviamente estás invitada, si no quieres ir, no hay problema.
−Estaría encantada de ir. −Embocé una sonrisa amigable.
−¡Perfecto! −Exclamó el chico como si no esperaba que aceptara la invitación−. No olvides tu sombrero, es tu pase a la fiesta; y tendrás que pasar el requisito de bienvenida. −Dijo con una sonrisa en los labios.
−¿Puedo saber qué será?
−No, es sorpresa −Agrandó su sonrisa y agregó: −. Y recuerda ¡Viva México, cabrones! −Gritó y pegó un grito, de esos que suelen verse en las películas. El resto del grupo pegó al aire el mismo grito.
−¡Viva! −Fue lo único que dije antes de seguir mi camino.
Llegué a la habitación, pensé en quedarme ahí hasta que Vanessa llegara, pero no quería ver la sonrisa burlona de Jack, así que tomé un par de prendas de ropa y la comida que Beatrice me había dado; al igual que mis cosas de estudio y salí de la habitación. Aún faltaba una semana para que los exámenes dieran inicio, así que no estaba tan preocupada.
−¿Qué haces aquí?
−No olvides tu sombrero. −Dije entrando a la habitación de Leah− Necesito que me adoptes por unos días. Claro, aún no sé si es necesario, pero −aventé mis cosas a la cama vacía de la habitación−, prefiero estar preparada.
−¿A qué te refieres?
−Voy a hablar con Vanessa, pero hasta ahora no la he encontrado. Así que antes de hablar con ella estoy preparada por si discutimos y por si acaso no podré dormir en mi habitación.
−Parecen esposas. −Soltó una carcajada y yo la miré un tanto molesta−. Perdón cariño, pero es la verdad. Claro que te puedes quedar si es necesario. −Se sentó en la cama al lado mío y puso una mano en mi rodilla− ¿Piensas ir a la fiesta?
−Claro, ¿perderme la oportunidad de embriagarme con canciones mexicanas de fondo? ¡Ni pensarlo! −Ella sonrió y me pasó un brazo por los hombros−¿Y tú?
−Te acompañaré.
Le hablé de la comida que Beatrice me había puesto y la calentamos en el horno de microondas que tenía en su habitación, después comimos en silencio. Creí que en cualquier momento me iba a preguntar por Vanessa, pero afortunadamente no tocó el tema.
−¿Tienes ropa para la ocasión? −Preguntó rompiendo el silencio.
−Solamente pensaba ponerme unos jeans y una chamarra, nada importante.
−¿Nada importante? ¡Es el aniversario de la independencia de México! Es muy importante para ellos, así que −se puso de pie y me tendió la mano para levantarme−, vamos de compras.