Pequeña estrella fugaz. (corregido)

Capítulo 24

−¿Me estás diciendo que tu cumpleaños será en unos días y no me habías dicho nada? −Era fin de semana y nos encontrábamos en la cocina tomando un café cuando escuché que hablaba con su papá respecto a su cumpleaños. Así que en cuanto terminó de hablar con él, la enfrenté.

−Sí, pero como no es importante, lo puedo pasar por desapercibido y tal vez festejarlo dentro de medio año con mi familia; y obviamente estarás allá. No me importará meterte en mis maletas con tal de que estés conmigo. −Dijo con una tierna amenaza, lo que causó que muriera de ternura.

−Será un placer ser raptada por ti, cariño. −La atraje a mi cuerpo y la besé.

Nos vimos interrumpidas por el sonido de mi teléfono, al ver la pantalla no dudé en contestar.

−Hola, tórtolas enamoradas, ¿Interrumpo algo?

−Damián, ¿dónde has estado?

−¿Eso quiere decir que me extrañas? Lo sabía, me amas. −Pude escuchar su risa burlona detrás del teléfono y lamente no tenerlo cerca para darle una patada.

−¿A qué se debe tu llamada? Hace días que no sabemos de ti.

−Sí, lo sé. −Hizo una pausa y exhaló profundo−. Ya no llevaré su caso, ocurrieron unas cosas aquí… Pero como tal la empresa lo dirigirá, solo que ya no las representaré.

−¿De qué hablas?

−Ya no regresaré, tengo que arreglar algunas cosas aquí y no lo puedo hacer estando allá. −Nos quedamos un momento en silencio y después de unos segundos, él mismo retomó la conversación−. El caso va por buen camino, ya ha sido notificado, el caso está por tener su primera audiencia, y este abogado es inclusive mejor que yo. El acuerdo será el mismo, no le darán ni una moneda.

−¿Ocurre algo? ¿Algo con Clark? −Pregunté. Traté de ocultar mi curiosidad, pero fue en vano, él rió por lo bajito e inhaló profundo.

−Al parecer estar con Vanessa te está afectando de más, ¿No crees? 

−Idiota.

−Lo sé, pero también sé que me vas a extrañar. −Tardé un poco en contestar, pero lo que dije, lo decía verdad.

−Te extrañaremos, y muchas gracias por ayudarnos. Te apreciamos y espero que en algún momento podamos volver a vernos.

−Tenlo por seguro; al igual que Vanessa, seré la piedra de tu zapato izquierdo. −Reí ante su comentario y él hizo lo mismo−. Cuídate, Eli. Tengan larga vida y sean felices; lo merecen.

−Gracias, espero que puedas con todos tus monstruos internos. Espero verte pronto.

−¡Claro! Espero que para el día que nos volvamos a ver, tú y Vanessa sigan juntas, y yo esté con la persona que amo. Mientras tanto, ¡Buena vida, chicas! Las quiere y aprecia, Damián Clifford.

Quería agradecer sus buenos deseos, pero me percaté que ya había colgado. Me quedé mirando el teléfono por unos segundos esperando a que volviera a sonar para decirme que fue una broma y que estaría aquí, que volvería en unos días y haríamos una fiesta o algo. Algo típico de Damián, pero el teléfono no volvió a sonar.

−¿Está todo bien? −Preguntó Vanessa detrás de mí.

−Sí, sí, es solo que Damián ya no va a volver. −Antes de que pudiera decía algo, me apresuré a explicarle lo sucedido. Ella solamente asintió y le envió un mensaje para agradecerle, pero no le llegó; supusimos que estaba de viaje o algo por el estilo, así que nos relajamos y solamente le mandamos buenos deseos por telepatía. 

−Sí bueno, volvemos a lo que estábamos. −Nos encontrábamos comiendo unos cereales en el sofá−¿Por qué no me dijiste que se aproxima tu cumpleaños? 

−Aún quedan unos cuantos días y no hay porqué… 

−Sí, unos cuantos días, ¡Tres días! ¡Tres días! 

−Podemos esperar algunos días, no es necesario celebrar ese mismo día. En nuestras vacaciones podemos viajar por Europa, no creo que tu padre se pueda oponer, ¿o sí? 

−¿Por qué mejor no a México? Podrás ver a tu familia y pasar más días con ellos. 

−¿Vendrás conmigo? −Sus ojos destellaron con esperanza, sabía que le hacía mucha ilusión esa idea. 

−Claro que sí, mi vida.

 

A la mañana siguiente, me fui a la misma hora que ella a la universidad para ver por un momento a Leah.

−Así que será su cumpleaños y quieres celebrarlo. −Nos encontrábamos en su habitación y teníamos tiempo de sobra debido a que su profesor de las dos primeras horas no daría clase porque tenía un resfriado.

−A eso se resume mi idea.

−¿Tienes los invitados? ¿La temática? Supongo que no vas a cocinar, ¿Pedirás comida a un restaurant o contratarás un chef? ¿Tienes alguna idea de lo que vas a hacer?

−No, pero confío en que todo saldrá bien y me ayudarás.

−¿Crees que exista una forma en que ella se quede en el campus para que nosotras organicemos el departamento?

Durante el rato libre que existía en el horario de Vanessa, busqué a una de sus amigas para invitarla a la fiesta y pedirle que convenciera a Vanessa de quedarse en el campus y de esa manera Leah y yo podríamos organizar todo. Me aseguré de pedirle que lo mantuviera en secreto y que invitara a sus amigas más cercanas.




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