Pequeña Gran Competencia

Capítulo 13: Relevos, rodadas y algo que no era una mariposa en el estómago

Narrado por: Roscoe

—Día dos de la fase física —dije, con voz de documental—. Mi cuerpo duele, mi dignidad está en coma y acabo de soñar que era perseguido por un fideo gigante. ¿Esto es normal?

—Eso es lo más normal que te ha pasado desde que llegaste —respondió Rachel, sentada en la banca, leyendo una revista mientras tomaba chocolate caliente.

—¿Te burlas de mí?

—Sí. Pero con cariño. Aunque no mucho.

—Lo suficiente para que me motives… o me traumatices —le dije, con una sonrisa torcida.

...

La actividad del día: Relevos Creativos Golden Seeds. Cada equipo debía correr una pista de obstáculos, pero cada miembro tenía que usar un medio de transporte ridículo distinto.

Las opciones incluían:

  • Patines inflables

  • Un saco de papas

  • Un carrito de supermercado viejo

  • Una tabla de patineta sin ruedas (o sea... ¿cómo?)

  • Unos zancos hechos con latas de atún

Y para rematar, el testigo de relevo o bastón era una banana de peluche.

Sí. Una banana.

Merly estaba emocionada.

—¡Roscoe, tú vas con los zancos de atún! ¡Yo me quedo con el saco de papas! ¡Es mi elemento natural!

—¿No preferirías que yo use el saco y tú las latas?

—¿Me estás diciendo débil?

—No. Te estoy diciendo que quiero seguir vivo.

...

Comenzó la carrera.

📢 PIIIIIIIP.

Merly salió disparada como si el saco fuera su traje de superhéroe. Saltaba como una rana energética.

Yo esperé mi turno… sobre latas. En equilibrio. Intentando no morir.

—¡Bananaa vaaaa! —gritó Merly, lanzándomela como quarterback.

Yo lo atrapé (milagro #1) y me lancé.

¡TAC!

¡CLANK!

¡CRAC!

…y estaba avanzando.

Poco a poco.

Parecía un ciempiés borracho, pero no me caí.

Al menos, hasta que vi a Rachel.

Ella me estaba grabando.

¡Grabando!

—¡No hagas eso! ¡Voy a parecer un tronco con patas!

—¡Demasiado tarde! —gritó ella entre carcajadas—. Esto va directo al archivo “roscoe_cae_otra_vez.mp4”.

Me distraje. Tropiezo. Me caigo.

Directo sobre… la banana de peluche.

—¡Noooooo! ¡La banana nooooo! —grité dramáticamente.

...

Mientras tanto…

Beverly y Martina tomaban una “ruta alternativa”.

O más bien, evitaban la mitad de los obstáculos gracias a que un par de conos habían sido movidos misteriosamente.

Leo y Sofi se estaban peleando porque uno lanzó el carrito de supermercado… sin frenar.

Bruno y Tania iban bien, pero Tania se resbaló y terminó con brillantina del saco por todo el cuerpo.

Yo me levanté, con la banana en la mano y con el orgullo hecho puré.

Y corrí como pude.

Merly me esperaba en la meta, gritando:

—¡VAMOS, ROSCOE! ¡¡DEMUESTRA QUE ERES UN GIGANTE CON LATAS!!

Lo hice.

No ganamos. Pero tampoco quedamos últimos.

Y esta vez…

no me caí al final.

...

Ya más tarde, mientras comíamos helado, me acerqué a Rachel.

—¿Cuántos videos guardaste de mí hoy?

—Tres. Uno a cámara lenta.

—¿Y qué opinas?

—Opino que… te ves menos torpe cuando te esfuerzas.

—¿Eso fue un halago?

—Tal vez.

Se hizo un silencio raro.

Incómodo, pero suave.

Y luego Miles gritó desde la mesa:

—¡¿Ya se van a besar o qué?

Merly escupió su limonada por la nariz de la risa.

Rachel se sonrojó.

Yo… me reí. Pero no dije nada.

Porque, sinceramente, tampoco sabía si quería responderle que sí…

o correr de nuevo con las latas de atún.




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