Narrado por: Rachel
—¿Puedo preguntar por qué me están dando un palo gigante y me dicen que me suba a una tabla flotante sobre el lodo? —preguntó Roscoe, con expresión de “voy a morir pronto”.
—Porque así es la prueba —respondí, entregándole el casco con brillantina.
Hoy tocaba la prueba llamada “Equilibrista Gladiador”:
Una tabla suspendida sobre un estanque de lodo artificial, dos participantes sobre ella, y el primero que caiga… pierde.
Claro, debían intentar empujarse con “palos acolchados” (que se veían como churros gigantes).
Merly estaba emocionadísima.
—¡Yo entrené para esto toda mi vida! ¡Bueno, al menos desde el desayuno!
Miles, con su libreta de datos, decía:
—El barro tiene una densidad ligeramente mayor que la del agua, así que técnicamente flotarán… pero igual se llenarán de porquería.
Gracias, Miles. Siempre alentador.
...
PRIMER ENFRENTAMIENTO:
Merly vs. Martina (del Equipo Tormenta Azul)
Resultado: Martina se resbaló intentando hacer una pose ninja.
Merly se coronó reina del barro.
SEGUNDO ENFRENTAMIENTO:
Roscoe vs. Bruno (Equipo Fuego Salvaje)
Fue como ver a dos pandas intentando bailar con troncos.
Ganó Roscoe por accidente: tropezó, pero su palo impulsó a Bruno directo al charco.
Roscoe levantó las manos como campeón.
—¡Soy el nuevo gladiador de la junglaaaa! —gritó, cubierto de barro hasta las orejas.
...
Mientras todo eso pasaba, yo observaba a Beverly.
Siempre sonriente. Siempre “inocente”.
Pero no dejaba de hablar con uno de los organizadores…
Y de alguna forma, su equipo siempre tenía “ventajas técnicas”.
Merly se me acercó, seria.
—Rachel… Beverly está haciendo trampa.
—¿Tienes pruebas?
—No. Pero tengo instinto. Como los gatos.
—Al parecer también necesitas una ducha.
—Sí. Pero eso no es importante.
...
Esa noche, después de los juegos y una ducha larguísima, estábamos todos alrededor de la fogata.
Miles y Merly se durmieron temprano (después de que él recitara los planetas en orden y ella hiciera un split en pijama).
Roscoe y yo quedamos mirando las llamas.
Con linternas apagadas y solo grillos alrededor.
—¿Te divertiste hoy? —pregunté.
—No sé si “divertido” es la palabra. Pero caí dos veces en barro y me gritaron “¡pelea de churros!”. Así que… sí.
Reí.
Y luego, sin pensarlo mucho, dije:
—Te has esforzado mucho. Y… no pensé que tú lo harías.
—¿Eso es un cumplido o un ataque pasivo?
—Un cumplido pasivo. ¿Te molesta?
—Me gusta.
Nos quedamos en silencio.
Hasta que Roscoe dijo:
—¿Y tú? ¿Te diviertes conmigo?
Lo miré.
Y no me atreví a responderle como quería.
Así que dije:
—Solo cuando no te caes. Lo cual es casi nunca.
Él se rió. Pero no dejó de mirarme.
Y justo cuando las cosas se estaban poniendo un poquito más cercanas…
¡PAAAFFF!
—¡MI BANANA DE PELUCHE! —gritó Miles desde la tienda— ¡ALGUIEN LA ESTÁ USANDO COMO ALMOHADA!
Romántico, ¿verdad?
Roscoe se levantó, sonriendo.
—Mañana ganaremos en la última prueba.
—Mañana veremos si aguantas el siguiente reto sin caer en barro.
Nos dimos una sonrisa.
Y por primera vez…
sentí que algo estaba empezando.
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Editado: 03.09.2025