Pequeña Gran Competencia

Capítulo 20: Pijamada, confesiones y un beso con sabor a palomitas

Narrado por: Rachel

Los señores Harrison se iban a una boda esta noche y nos dejaron a cargo de los mellizos. Solo por unas horas. Hasta la 1 a.m.

—No destruyan la casa, no dejen que Miles invente nada eléctrico y, por favor, que Merly no use el microondas como escondite otra vez —fue lo único que nos dijeron antes de salir.

Lo tomé como una advertencia razonable.

Roscoe y yo decidimos convertir esa noche en algo más manejable (¿ilusos?):
Una pijamada con refuerzos.

Así que invité a Emily, mi mejor amiga, y él trajo a Ethan, su mejor amigo.

¿Una casa enorme?
¿Dos niños incansables?
¿Cuatro adolescentes con historial de malas ideas?
¿Qué podía salir mal?

...

Casa de los Harrison – 7:15 p.m.

—¡Reglas de la pijamada! —gritó Merly, parada sobre el sofá con una capa de toalla.

—Uno: nada de dormir antes de las 12.

—Dos: todos deben tener al menos una prenda ridícula.

—Tres: quien se duerma primero, recibe un bigote dibujado.

—¿Y cuál es la regla cuatro? —preguntó Miles, que ya tenía una linterna amarrada a la cabeza como casco de explorador.

—¡Prohibido besarse! —gritó Merly, señalándonos a Roscoe y a mí.

Roscoe tosió.
Yo fingí revisar mi teléfono.

Emily y Ethan se miraron con cara de “esto se va a poner bueno”.

...

Actividad #1: Guerra de almohadas

Fue… brutal.

Emily tumbó a Ethan con una sola almohada.

Miles se trepó sobre la mesa y saltó en modo ninja sobre Roscoe, gritando “¡por el imperio paleontológico!”.

Merly creó una “catapulta de cobijas” que lanzó a Roscoe directamente contra mí.

Ambos terminamos tirados en la alfombra.

—¿Estás bien? —le pregunté, medio aplastada.

—Sí. ¿Esa fue una emboscada o una intervención romántica?

—¿Ambas?

Nos miramos.

Y por primera vez… no hubo risas ni sarcasmos.

Solo algo en el aire.

Hasta que Miles lanzó una dona de peluche y nos separó de un almohadonazo.

—¡Nadie se besa sin permiso democrático!

...

Actividad #2: Preguntas de confesión

(Iniciada por Emily, reina del drama útil)

—Bien. Cada uno saca una pregunta al azar. Nada de mentiras.

Emily sacó un papelito.

—¿Con quién has soñado últimamente?

Me miró.

Roscoe también me miró.

¡Y Ethan me miró como si fuera una telenovela!

Yo me encogí de hombros.

—Con… mis vacaciones soñadas. Una cabaña sin niños.

Todos se rieron.

Menos Roscoe. Que me sonrió con suavidad.

Él sacó un papel.

Lo leyó. Y se quedó callado.

—¿Qué dice? —preguntó Ethan.

—Dice: “Si pudieras besar a alguien aquí ahora mismo, ¿a quién elegirías?”

Todos gritaron.

Merly y Miles comenzaron a golpear cojines al ritmo de “¡Beso, beso, beso!”

—No respondas —le dije, riendo.

—Muy tarde —dijo él, sin apartar los ojos de mí.

Y entonces el silencio lo dijo todo.

...

Actividad #3: Película y… primer beso

(Después de que los niños cayeron rendidos entre cobijas y palomitas)

Emily y Ethan se fueron temprano. Prometieron “no interrumpir lo que venga”.

Y así…

Quedamos Roscoe y yo.

Sofá. Cobija compartida. Silencio cómodo.

—Sabes… he querido besarte desde el campamento —dijo, bajito.

—Y yo he querido que lo hagas —respondí sin pensarlo.

Y lo hizo.

Dulce. Torpe al principio.

Pero cálido. De esos que no necesitan música de fondo porque todo lo demás desaparece.

Cuando nos separamos, ambos sonreíamos como bobos.

—¿Esto rompe la regla de Merly?

—Rómpela con gusto —susurré.

...

Más tarde, mientras recogíamos los cojines…

Encontramos un dibujo de Miles.

Era una caricatura: Roscoe, yo, Merly y Miles. Todos con capas y medallas.

Abajo, en su letra de niño:
“Mis héroes de verano. Los mejores niñeros del universo.”

Roscoe me lo mostró.
Yo sonreí.

Y en ese momento, supe que…
no cambiaría esa noche por nada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.