Capítulo veinte: La verdadera Loyce Allen
Oliver
Ella había dicho la palabra.
«Dijo que eres su amigo. Su amigo. »
Una y otra vez se fue repitió aquella palabra saliendo de su boca como un eco insaciable en mi cabeza.
Era increíble, me había dejado en la friendzone sin buscarlo. Yo no planeaba pasar de la friendzone, pero aun así sentía la decepción e impotencia de encontrarme en ella. Mis sentimientos y pensamientos chocaban porque, si yo no quería ser más que su amigo, ¿Cuál era la razón para enojarme por ser un simple amigo para Nicole?
Golpeé el volante con la palma de mi mano, estacionando el auto frente a mi edificio. Llevaba un buen tiempo dentro del coche, no me animaba a bajar.
Sabía que no había nadie en el departamento, mis padres debían estar en alguna reunión importante y Ann... bueno, ella no sabía dónde podría estar. Ya debía tener alguna amiga con la cual pasar el rato. Sólo recibí un mensaje de su parte diciendo que llegaría un poco tarde.
Busqué mi maleta en la parte trasera del auto para proceder a salir del mismo, sin embargo, en vez de encontrar dicha maleta, mis ojos dieron con algo diferente, una prenda color vino llamó mi atención, tomé una chaqueta que estaba tirada bajo el asiento.
Era la chaqueta que Nicky traía en nuestra cita, pero que luego decisión quitársela al sentirse acalorada en la pista de patinaje.
« ¿Ves?, ahí estás de nuevo. No fue una cita, amigo. »
Mi querido subconsciente se encargó de recordarme lo obvio.
Bien, Nicole dejó su chaqueta aquí y como buen amigo que era se la entregaría ahora mismo porque eso hacían los amigos, ¿cierto?
«Buena excusa. »
Me di una palmadita mental en la espalda. Estaba orgulloso de esa idea. Para ser honestos no quería estar solo en casa e ir a devolver esta chaqueta me libraría del aburrimiento y... ¿A quién quiero engañar?, quería en secreto volver a estar con ella.
Este era el conocido masoquismo de todos aquellos que eran dejados en la friendzone.
Tenía que aceptarlo, no me gustó en lo absoluto estar así, quería salir con Nicole sin tener las palabras "Novio" y "amigo" en la conversación, quería salir con ella y volver a conocerla, volver a ser sólo los dos como antes. Quería a mi amiga de vuelta y no sabía si eso me convertía en un ser egoísta, sin embargo, si así lo fuera yo quería ser importante nuevamente en la vida de Nicole pues ella ya era importante en la mía.
En realidad, nunca había dejado de ser importante.
Quería saber qué cambió en ella, que cosas dejaron de gustarle y cuales aún le gustaban.
Quería volver a ser parte de su vida y recuperar esos diez años perdidos donde ella creció y aprendió nuevas cosas para su vida y donde yo no dejé de pensar en aquella pequeña mocosa que tiró su muñeca en mi cabeza y a la hora de reclamarle rompió en un llanto agudo y molesto que sólo lo detuvo un helado.
—El helado soluciona todo. —murmuré divertido, esa era la frase que siempre me decía.
Cosas como esas me hacían reír, ella podría envejecer, pero siempre trataría de solucionar todo con un helado. Compartir las aburridas cenas, porque a veces lo eran, de nuestros padres fue mejor a su lado, Lisa siempre se iba con sus amigas, escapando de esa tortura mientras que yo debía aguantar a mis padres hablar y hablar de números, inversiones y demás.
Pero un día, pensando que sería una de sus típicas cenas, me sorprendí a encontrar dos niñas de mi edad; Sophie Rosie y Nicole Marie Jones, hijas de los socios y amigos de la juventud de mis padres, sabía que no era la primera vez que las veía, mamá siempre me mostraba fotos de cuando era más pequeño y aquellas dos castañas aparecían en la mayoría de ellas. Esa vez Elisabeth no pudo escapar y fue con nosotros.
Para mayor asombro no fue una cena de negocios, fue una cena de amigos, de familia. Habían pasado algún par de meses en los que ellos no se veían. Y planeaban retomar sus cenas familiares. Esa idea me agradó, ya no estaría solo.
Ambas niñas se sentaron; Sophie Rosie con un gran carisma siempre sonrió y respondió muy amablemente a las preguntas de mis padres, a comparación de Nicole que se mostró más distraía y tímida al ser interrogada. Ella llamó mi atención, parecía a ver llorado un poco ese día y apretaba con mucha fuerza su muñeca de trapo.
Lisa me contó que Nicole no tenía muchos amigos a lo que yo le respondí:
— ¿Tú cómo lo sabes? —murmuré, nuestros padres hablaban muy animadamente y las niñas comían centradas mirando sus platos.
Lisa sonrió.
—Soy su niñera, Oli —dijo, no sabía que Lisa las cuidaba, abrí los ojos sorprendido—. Nicole me cuenta todo, yo soy su única amiga —contó, miré a la aludida con tristeza, sus mejillas y labios estaban manchados de salsa, no obstante, no paró de comer, ese detalle me pareció tierno, de hecho Nicole era una niña tierna, ¿Cómo era posible que no tuviera amigos?—. Oli, ¿Qué tal si intentas ser amable con ella? Podrías ser su amigo también, es una niña muy dulce. —aseguró Lisa.
Lo pensé un poco, miré mi plato vacío, luego levanté la vista hacia Nicole quien ya había terminado de comer y a la cual Sophie Rosie le limpiaba el rostro cuidando de no manchar el bonito vestido lila de su hermana.
—De acuerdo. —acepté, Lisa sonrió una vez más y acarició mi cabello.
Y después de eso, hice lo que Lisa me pidió, pero no por obligación, sino por curiosidad, Nicole subía a la casa del árbol ubicada en su patio y yo decidí seguirla, ella no se dio cuenta y se asustó por ello me tiró su muñeca y me golpeó. Mi cabeza dolió y eso me enojó, sin embargo, no pude decirle nada porque ella lloró al ver mi rostro molesto y comenzó a disculparse entre su llanto.