Pequeña promesa [#1]

Capítulo 41

Capítulo cuarenta y uno: Esta es tu oportunidad, ¿la vas a desperdiciar?

La rubia y la castaña se miraron de manera cómplice, casi pícara y un poco burlona, Emma aplanó los labios rojos gracias a su labial y Loyce elevó una de sus oscuras cejas. Ambas tenían expectación en la mirada, soñadoras porque mi hermana aceptara su petición, claramente aquello no pasó.

—Sophie, no es tan malo si lo piensas. —refutó Emma, me reí ante su muestra de inocencia. Ella me dio una mala mirada, sin embargo, no borré mi sonrisa.

—Sí —le siguió Loyce—. Sólo es un poco de diversión, ya sabes, para salir de la rutina y todo eso.

Me carcajeé con fuerza al ver el rostro rojo y contrariado de Sophie Rosie, evidentemente mi hermana no podía creer que ambas chicas continuaran con su malévolo plan. Esto era mucho para Sophie y en exceso para Emma y Loy, ¿qué pasaba por la cabeza de esas dos?

— ¿Un poco de diversión? —Preguntó con incredibilidad Sophie—. ¡No saben lo que dicen! ¿Acaso no escuchan lo que están pidiéndome?

Se puso las manos en la cadera y los observó como una madre observaba a sus hijos cuando estaban por hacer una travesura. Loyce jugueteó con su cabello, al tiempo que Emma hizo un exagerado puchero.

— ¡Oh, vamos, Soph! —exclamó la chica de cabellos dorados y sonrió abiertamente—. No puedes negar que, en el fondo, tú también lo quieres. —espetó con diversión Emma, elevando velozmente sus cejas.

Loy esperó la respuesta de Sophie Rosie ante lo que acababa de decir Emma, yo también tenía curiosidad de escuchar a mi hermana. En los labios de Sophie se formó una línea y sus ojos se entrecerraron antes de decir:

—Por última vez y escúchenme bien, ¿de acuerdo? —dijo, con las mejillas sonrojas—. Tú, Emma Foster y tú, Loyce Allen, no tendrán a hombres semidesnudos por mi casa.

— ¿Desnudos sí? —atajó Loy, con la diversión brillándole en sus ojos azules.

Me carcajeé cuando Sophie Rosie infló sus mejillas, malhumorada.

—No habrán gigolos —espetó, mi hermana apretó el puente de su nariz—. ¡Es mi fiesta de cumpleaños, no mi despedida de soltera!

Emma y Loyce hicieron un puchero.

Aquel par de señoritas no tenían suficiente con las relaciones que llevaban. Sophie les había repetido más de veinte veces que no habría hombres bailando mientras se deshacían de su ropa ya que ese era el trabajo de Matt.

Bueno, al menos eso haría con mi hermana en privado.

« ¿Por qué nos lo recuerdas?»

Agité mi cabeza tratando de borrar esa imagen obscena de mi mente.

—De acuerdo, pero aún podríamos llamar... —intentó decir Loy.

Me reí ante su comentario, no se daría por vencida.

— ¡Por Dios! Ustedes dos tienen novio —las reprendió mi hermana—. ¿Los recuerdan? Un es un chico rubio tímido y el otro es castaño de boca sucia.

Emma siguió haciendo pucheros, Loyce se encogió de hombros, ninguna de las dos hizo un nuevo comentario. Sophie Rosie sonrió con suficiencia.

— ¿O sea que para mí sí habrán gigolos? —sonreí con picardía.

Sophie negó con frustración.

—Si quieres un baile sexy, dile a Oliver —atajó, cruzándose de brazos—. ¡Mi padre nos castigaría si se entera!

Abrí la boca para protestar, pero las risas de las demás se hicieron presentes. No tenía nada que decir así que volví a cerrar la boca.

«Nos vengaremos de esta, ya lo verán. »

Sophie siguió arreglando algunas cosas para la fiesta del viernes, apenas era lunes en la tarde y ella quería que todo saliera a la perfección. La casa, la comida e invitados ya estaban organizados y listos —según mi hermana— para la mejor noche de sus vidas. Sophie Rosie estaba muy emocionada.

Sabía que yo terminaría durmiendo luego de haber comido todo lo que quería.

Le envíe un mensaje a Oliver invitándolo a la fiesta de Sophie porque la muy lista dijo que no tenía tiempo para invitarlo ¡Sólo tenía que enviar un mensaje de menos de un minuto! Claramente era una excusa para que yo lo hiciera.

Él aceptó como era de esperarse.

«Y como tú querías. »

No negaría que mi corazoncito se aceleró al ver su respuesta afirmativa. Sería la segunda fiesta en la que estaríamos juntos y también tenía el impulso de que todo saliera bien. Mi mente ya estaba más tranquila, luego de la charla con mamá había llegado a la conclusión de arriesgarme, si no lo hacía jamás sabría lo que pasaba, por eso planeaba hablar directamente con Oliver y escucharlo de sus labios, sus lindos y apetecibles labios.

«Ya estás divagando sobre sus labios, Nicky. »

Me concentré en Sophie Rosie y su cumpleaños, respecto al regalo de Matt para mi hermana todo estaba arreglado. Luego de la fiesta Matt se llevaría a mi hermana a no sé dónde y le entregaría lo que le había aconsejado. Una pulsera de colección sería el regalo que ella tanto había comentado meses antes que quería, no sabía qué más pensaba darle Matt.

Por mi parte, el dibujo que estuve elaborando para ella ya casi estaba listo, faltaban algunos detalles y quedaría perfecto y terminado para dárselo el viernes en la mañana. Mi padre se iría de viaje el miércoles así que cenaríamos el sábado cuando regresará. Mamá supervisaría la fiesta —eso fue lo que ordenó mi padre— aunque luego mamá dijo que eso intentaría hacer si el alcohol no le ganaba.

Empezaba a creer que yo terminaría vigilando a todos.

—Ya tenemos el DJ, la bebida, la iluminación y el atuendo —enumeró mi hermana—. La comida ya está ordenada para el viernes y todos los invitados confirmaron su asistencia. —marcó cada línea en su libreta.

Nosotras asentimos mientras descansamos un poco, seguirle el paso a Sophie era tarea difícil, por eso los chicos decidieron no venir con nosotras hoy y las chicas planeaban hacer algo en medio de la fiesta para molestarlos. Estaba de acuerdo con eso.




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