Esta noche, las estrellas brillarán
Final | Parte 2
☮☮☮
Movía mis piernas de manera impaciente, observando la tarima frente a mí, todo estaba correctamente organizado, las cortinas gruesas y oscuras estaban recogidas a ambos lados del escenario y, en el centro, se encontraba la mesa donde estaban los maestros, sobre la misma, se hallaban los diplomas que serían entregados a los estudiantes junto con los anuarios al lado del respectivo título de los futuros graduados.
El club del anuario se había reunido antes de la ceremonia, para entregarle al director Miller nuestro trabajo final, él pareció complacido con lo que veía y nos agradeció por la excelente labor que habíamos hecho.
Los demás se marcharon, prometiendo que nos veríamos en el baile, que por primera vez se realizaría el mismo día de la graduación.
Esa había sido una buena idea de Emma.
Los alumnos de tercero estaban poniéndose su toga y birrete, en un recibidor por el que Sophie se despidió parcialmente de nosotros.
Mis padres y yo estábamos sentados, luego de que a papá le gustara alguna ubicación para tomarme fotos a gusto de mi hermana y mi mamá le aconsejaba como tomar la cámara y conseguir el mejor ángulo.
Ellos estaban muy felices y elegantes, incluso mamá posaba hacia papá, luciendo su vestido verde, ceñido al cuerpo que resaltaba todas sus curvas. Charlie James Jones babeaba por ella y sin vergüenza alguna.
De hecho, le insinuó ir al cuarto del conserje, como aseguró que lo habían hecho en su escuela, solo para recordar viejos tiempos.
Asco.
Jugueteé con mis dedos, impaciente, alisé las arrugas invisibles de mi vestido, sintiendo la tela suave contra las yemas de mis dedos. Me había enamorado de él con solo verlo, el color rojo me atrajo, era en cuello V, descubierto en la espalda, protegiendo mis hombros y llegaba debajo de mis rodillas, el largo de la falta caía suelto. Era cómodo, elegante y me sentía bien vistiéndolo.
Tan malditamente bien como para usar tacones.
Había seguido el consejo de Matt y había salido con Sophie Rosie y mi madre de compras, ambas estaban muy emocionadas cuando se los dije, yo también me sentí de la misma forma, pero no chillé de forma histérica como ellas.
También invité a Emma, sin embargo, ella desistió, diciendo que su madre ya se había encargado de su vestido, sin su consentimiento. Parecía molesta por ello, con obvios motivos, no tenía dinero para comprarse un vestido que fuera de su gusto y no aceptó que mi madre le prestara el dinero.
Entendía a la perfección porque deseaba irse a Londres, muy lejos de sus padres y sus reglas.
Suspiré y mi atención cayó en una cabellera negra, perfectamente peinada en un rodete, que apareció en compañía de un hombre alto, atlético, de cabello dorado, que le susurraba cosas al oído, haciéndola reír.
La reconocí al instante de verla, sin poder creerlo.
Me levanté de mi lugar, yendo a su encuentro, esperando no estar viendo una alucinación. Abrió la boca al percatarse de mi presencia a escasos metros de ella.
—¡Elisabeth! —solté.
—¡Marie! —exclamó, sonriendo ampliamente y yo reí al escucharla llamarme de esa forma—. ¡No puedo creerlo! ¡Estás bellísima! —chilló, tocando mis manos—. Dios, hace mucho tiempo no te veía. —me jaló hacia ella, abrazándome con fuerza, yo le devolví el gesto igual de emocionada.
Más que todo, conmocionada.
No esperaba verla, pero definitivamente era una buena sorpresa.
Mientras nos abrazábamos noté su estómago abultado, bajé con disimulo la mirada hacia su vientre el cual sobresalía cubierto por la tela blanca del vestido que traía.
Me cubrí la boca con ambas manos.
Lisa estaba embarazada, aún no era evidente, pero era claro para mí que sí lo estaba.
Ella rio, feliz de que me diera cuenta.
—Debo decirte lo mismo, Lisa —comenté, dejando de ver su abdomen, sus ojos brillaban, ella se había percatado de mi mirada—. ¿Es lo que creo que es?
Ella miró al hombre de cabellos dorados, los ojos cafés del chico también la observaron y Lisa asintió.
—Él es Greg, mi esposo —presentó al rubio, le sonreí al tiempo que estrechábamos nuestras manos, luego Lisa se acercó un poco a mi oído y susurró—: Nicole, nadie sabe sobre el bebé, es una sorpresa, les diré mañana, ¿Guardarás el secreto?
La observé incrédula, ¿Cómo es que sus padres no lo notaban? ¿Aun no la veían? ¿O acaso yo estaba desarrollando un nuevo don para identificar a las mujeres embarazadas?
—Claro que sí, Lisa —le sonreí—. ¿Ya cuánto tienes?
Me tomé el atrevimiento de poner una de mis manos sobre su vientre, no podía creerlo, Lisa había sido mi niñera y ahora, verla casada y formando su familia, simplemente era fenomenal.
Ella siempre fue amable conmigo, arreglaba mis juguetes cuando los traía totalmente rotos de la escuela, apostaba que ella le había ordenado a Oliver que me hablara e incluyera en sus juegos.
En secreto, estaba agradecida por eso.
Retiré mi mano de su pancita y Greg, su esposo, la acarició en mi lugar.
Ella volvió a sonreír mostrando sus dientes blancos y rectos, sin embargo, esta vez fue Greg quien respondió.
—Cinco meses y medio.
Vaya, eso era bastante tiempo.
Volví a cubrir mi boca, dando un saltito torpe en mi lugar y tambaleándome a causa de los zapatos altos, estaba reaccionando como una lunática, pero no podía evitarlo, Lisa había sido una hermana más para mí, ¡Esta chica me ayudó con mis tareas de la primaria! ¡Me daba dulces a escondidas de mamá! ¡Claramente sería una gran madre!
— ¡Felicidades! —traté de hablar bajo, la abracé de nuevo, con cuidado—. ¡Serán unos increíbles padres!
Al separarme de ella, vi que Greg mantenía su mirada fija en mí, no le presté mucha atención a su escrudiño, parecía estar verificando que sí fuera yo, como si ya le hubieran hablado de mí.