Pequeña Traviesa

PRÓLOGO

DAMIÁN 

 

—¡Necesito salir de aquí! —grité. 

—No podemos dejarlo ir. —dijo uno de los tipos que se encontraba conmigo en la habitación.

De pronto escuché disparos. —¿Qué sucede allá afuera? —cuestioné. Los dos hombres se miraron a la cara, al parecer ni ellos sabían lo que pasaba. Sus gestos eran un debate interno, no sabían si salir corriendo o continuar cuidándome. 

Me trajeron junto con Esther, estábamos en la cabaña de mi tío pero no tenía idea de por qué nos habían traído a este lugar. Me angustiaba no saber nada sobre ella.  

Otro par de disparos se escucharon. Aproveché su distracción y salí corriendo. Empezaron a seguirme, pero fui más ágil y me escondí detrás de una puerta. Escuché sus pasos pasar de largo. 

Me quedé por un par de minutos y salí de nuevo. No entendía lo que pasaba, pero lo único que me interesaba era saber sobre Esther, tenía un mal presentimiento de todo esto. Salí y caminé por los pasillos. 

—¡Esther! —musité —¡Esther! —no recibí respuesta. 

¡Pam! ¡Pam! 

Dos disparos más, pero esta vez muy cerca. Corrí hacia el otro pasillo. 

Mi cerebro no podía procesar la escena que estaba visualizando. Esther, la chica de quien estaba enamorado tenía un arma en su mano y en el suelo mi madre.

—¿Qué hiciste? —Esther soltó el arma y salió huyendo. Corrí hacia mi madre que yacía en un charco de sangre. —Mamá vas a estar bien te lo juro. 

—Damián…hijo. 

—Shhhh no digas nada, voy a salvarte, estarás bien. —Levanté la cabeza de mi madre, la veía tan mal. 

—Ella… no es buena

—No tengo idea de por qué Esther hizo esto, pero te aseguro que es una buena chica. 

—No… ella es mala… igual que su madre, las dos arruinaron mi vida. 

—¿De qué hablas mamá? 

—Bell y su hija… ellas fueron mi destrucción… Dimitri me abandonó por ellas, Esther es hija de Dimitri. 

Sus palabras me dejaron helado, porque si ella era hija de Dimitri, significaba que era mi medio hermana y eso no era posible porque yo estaba enamorado de ella. 

—Mamá ¿estás segura que Esther? 

—Escúchame hijo… tienes que vengarme… Bell arruinó mi vida y va arruinar la tuya, Esther es hija de Dimitri… y cuando él decida llevarla a casa va… va hacerte a un lado. 

—Es mi padre y nunca me haría algo así. 

—Dimitri...Dimitri no es tu padre. —De pronto mi madre empezó a toser y de su boca empezó a salir sangre. 

—Mamá tranquila, llamaré una ambulancia para que te lleven al hospital. —Intenté levantarme pero mi madre me detuvo- —No te vayas… ya no puedes hacer nada por mi...solo prométeme que Esther pagará por esto...que mi muerte no será en vano.

—No vas a morir mamá. 

—Damián… Dimitri no es tú padre, Cian es tu verdadero padre, vete con él… te va a enseñar lo necesario... 

Eran tantas cosas por procesar, mi madre estaba agonizando mis brazos y la culpable era Esther, la chica de quien estaba enamorado y ahora solo sentía odio. También era hija de Dimitri y yo de Cian. Mi vida era una locura. Tal vez mi madre estaba confundida y todo lo que ella decía era una mentira. 

—Te amo hijo…

—Yo también te amo mamá, resiste por favor. 

—Te amo Damián…

—Mamá no vas a morir. —Me sentía tan impotetne no poder hacer nada por ella. Sentí su pulso, estaba desapareciendo. 

De pronto un par de tipos me tomaron del suelo y me apartaron de mi madre. 

 — ¡Suéltenme! ¡No me toquen! —No quería alejarme de mi madre. Tenía que salvarle la vida. —Necesito ver a mi madre, se está muriendo. ¡Tienen que ayudarla! — grité con desesperación. Miré en dirección al suelo y vi a Esther y unos metros cerca de ella Cian el hermano de mi padre también estaba en el suelo. 

— ¡Ella la mató! ¡Esther es la asesina! —grité— ¡Mátala papá! ¡Que muera al igual que mi madre! —estaba herido y solo quería que ella sufriera, que su pulso se detuviera como el de mi madre. 

—¡Cállate Damián! No tienes idea de lo que estás hablando. 

— Dimitri, Ciara está muerta — anunció Fede

— ¡Noo! ¡Noo! ¡Maldita asesina! — grité, el amor que había sentido por ella ahora se había convertido en odio. —Voy a acabar con su vida, así como ella lo hizo con mi madre. —Amenacé.

— ¡Esther también es mi hija!, y no dejaré que nadie le haga daño — espetó.

— ¡Tu hija! ¿Cómo que es tu hija? 

— Si también es mi hija Damián y voy a protegerla hasta de ti si es necesario. 

En ese momento comprendí a lo que mi madre se refería, yo no era su verdadero hijo y lo único que haría de ahora en adelante era hacerme a un lado. Esther si era su verdadera hija.

— ¡Mi madre tenía razón!, hasta en sus momentos agonizantes ella me abrió los ojos y para que lo sepas, yo no soy tu hijo y no tengo por qué obedecerte — Me solté de sus hombres y salí de aquella casa. 

Corrí hacia el bosque y me escondí en uno de los árboles. Me senté en el suelo y puse mi cabeza entre mis rodillas. No podía creer que había perdido todo en un solo momento. Mi madre, el amor de mi vida y mi supuesto padre. 

Desde la distancia vi como se llevaban a Esther en una ambulancia, mientras que la policía se llevaba otros cuerpos, entre ellos el de mi madre. 

Estaba solo en este mundo, la única persona que en verdad me amaba me había abandonado.

—Vengaré tu muerte mamá, te prometo que la dinastía de los Nolán se acabará y yo me encargaré de que así sea. 

 

(…)

 

Habían pasado varias semanas desde la muerte de mi madre. Después de ese evento me encerré en mi habitación hasta que llegara el momento de partir. Ni siquiera me permitieron despedirme de mi padre, según Dimitri porque mi vida corría peligro. Pero tampoco iba a quedarme a vivir en el mismo techo de la asesina de mi madre. Estuvo en recuperación y ahora ya vivía en la casa. 

Desde hace varias semanas vengo planificando mi nueva vida, una lejos de los Nolan. Pero eso no significaba que olvidaba la promesa que le hice a mi madre antes de que muriera iba a destruir a Dimitri y Esther Nolan. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.