Oye tú, querido lector quizás inexistente de estas escrituras ¿Nunca te has sentido...Confundido? ¿Aturdido o indeciso? ¿Ya sea al tomar una decisión o por cualquier cosa que uno experimente en la vida cotidiana?
Aunque haya sido una sola vez, en algún momento de nuestras cortas vidas nos hemos encontrado en un gran dilema. Algo así como una odisea que tenemos que experimenta para así poder llega a la”iluminación” del camino que deberíamos de tomas.
Otro tipo de dilema es el momento inquietante en el que hay que definir nuestros sentimientos, muchas veces contradictorios.
El amor, el cerebro, la vida, la existencia del ser humano, los sentimientos y muchas otras cosas más son un completo enigma para la sociedad científica. Saber cómo funciona, se ejecutan o se producen estas cosas son una completa hazaña para los científicos y algo muy fácil para las personas que están “elevadas espiritualmente”
Pero volviendo al hilo del asunto ¿Qué tanto puede costar eso de “identificar” sentimientos y emociones? Mucho a mi parecer.
Aunque la psicología humana es “fácil” de entender, la persona que está siendo directamente afectada por sus emociones no lo siente de esa manera. En realidad tiende a sentirse molesta, triste, irritable, indecisa, confundida y otros sentimientos más que pueden incluso afectar su forma de vivir. Pero es lógico, la verdad, es que el motor de todo ser humano se encuentra en sus sentimientos, esas emociones que nos mueven a ser lo que somos y a atrevernos por lo que queremos.