¿Quieres ser como ellos?
¿Maravillosamente alzados y poderosos? ¿Dramáticamente imponentes y orgullosos? ¿Criminalmente ricachones hasta la molécula?
¿Nunca te imaginaste ser tan irrealmente millonario para hacer realidad cualquier antojo con solo sonar una campana? ¿Comer, viajar, vestir, comprar y experimentar cualquier cosas sin restricciones?
Pero nada es gratis en esta vida, así que, ¿A qué precio obtienes todo lo anterior?
La destrucción del mundo y la injusticia que se vive diariamente.
Tú querido lector… ¿Alguna vez pensaste sobre “eso”?
Hoy en día es natural que pocos gocen de los privilegios del mundo mientras que los otros lamen la tierra desgarrada.
Claro, aunque siempre aparecerá uno de los tantos políticos mentirosos pintándonos un mundo de colores igualitarios para la población entera. Aunque solo se quieren hacer con el poder para lograr despilfarrar a su antojo todo lo que sus manos tocan.
Es bastante crítico la situación actual que se vive: nuestro planeta está en coma y cada día empeora su salud con el mal uso que se le ha dado. ¿Cómo es posible que la injusticia tenga que ser parte de nuestra vida para que haya un equilibrio constante en nuestra sociedad?
La sequia, la deforestación, los desiertos, la desolación, el hambre, el sufrimiento… Todo eso se convertirá en nuestro futuro paisaje si el nivel de producción de este mundo lleno de seres insaciables sigue aumentando.
¿Cómo es posible que 1 estadounidense consuma lo mismo que 50 haitianos?
El despilfarro es una característica común del humano, característica que dentro de no mucho terminara pasándole factura. La propia ansiedad de la ambición de siempre querer más y más dará como resultado terminar en un callejón sin salida: nos está llevando a un mundo que pronto pasará de ser mercado y mercancía a ser un desierto lleno de injusticias, soledad, hambre y desesperación.
¿Podemos ser como ellos? ¿Aún después de saber las consecuencias asesinas que causan nuestro mayor deseo? Para el consumo de pocos hace falta la escasez de muchos. ¿Injusto pero equilibrado, no?
La tierra se está debilitando, en otras palabras, muriendo. Poco resistirá la presión contaminante del ser humano llevándose por delante a los inocentes, pero también a los culpables.
¿Podemos ser como ellos?
¡Claro que sí! Pero ¿A qué precio?